Orlando P. Flores y Alfredo Cano son las mentes detrás de Acid Waves, uno de los proyectos independientes originados en Mérida, con mejor propuesta en la actualidad. En sus inicios se recargaron en la expectativa de un concepto psicodélico pero ambos músicos lucharon por desprenderse de sus influencias para encontrar un sello característico, “ese algo” que hiciera de la banda algo único e irrepetible. Sobre su origen, Orlando nos dijo “Este proyecto inicia en 2015, aproximadamente en octubre. Hablo de su inicio porque para esas fechas fue cuando tuve la idea de hacer un Larga Duración desde mi cuarto. Me arme como 7 tracks e hice un video para el primero, “Oxygen“. En este punto la música nunca había salido, ni se tenían intenciones de llevarlo más allá. Pero le mande el video a Alfredo y me dijo que qué esperaba para subirlo y así fue, el 6 de Noviembre 2015 que se lanzó la primera canción”.
Prometiendo un nuevo material que concrete la labor que durante 2015 y 2016 estuvieron realizando a manera de sencillos en YouTube, el dúo da su primer paso rumbo a Drive Me Dirty, segundo EP de la banda y placa en la que explorarán nuevos conceptos de producción. Sobre este proceso nos relató Orlando: “Utilizamos guitarra, bajo y un mundo de instrumentos virtuales. Todo se hace en Ableton Live, ahí tengo unos sintes virtuales que emulan un moog, jupiter y utilizo U-he Diva, es buenísimo. Así que intentaremos salir un poquito más allá del área de confort; explorando cosas nuevas, dando un twist con las que ya teníamos y siempre empujando el potencial de Acid Waves hacia adelante”.
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“Inferno Club” de Acid Waves es un track que de verdad logra juntar dos aspectos de dos mundos distintos, en una especie de aquelarre de ruidos y ritmos pegajosos que no salen de tus oídos una vez que entran por los audífonos.
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