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Agencias científicas de Estados Unidos y de Reino Unido anunciaron que en conjunto que destinarían entre 20 y 25 millones de dólares para investigaciones en el glaciar Thwaites. El cuerpo de hielo, uno de los más grandes y lejanos de la Antártida, se ha convertido en una de las principales causas del aumento en el nivel de mar debido a su colapso.
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Si el glaciar llegase a derretirse completamente, provocaría que el nivel del mar aumentara más de medio metro. Además se cree que su deshielo ha contribuido un 10 por ciento al desplazamiento de las líneas costeras en todo el mundo. Ahora, los investigadores buscan tratar de entender exactamente por qué el glaciar es tan vulnerable.
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A pesar de la obvia importancia de comprender cómo el calentamiento global afecta las capas de hielo polar, el patrón de deshielo de Thwaites ha sido poco estudiado, especialmente por encontrarse tan lejano. El glaciar es prácticamente inaccesible por barco debido a las peligrosas condiciones del Mar de Amunden que lo rodea, y la base de investigación más cercana está a 1.609 kilómetros de distancia.
Para enfrentar estos retos, los investigadores que están detrás de la propuesta millonaria —anunciada la semana pasada—, tendrán que ser creativos al momento de abordar el objetivo cuando se embarquen en la primera misión de campo en 2018. Las fundaciones científicas predicen que el sustento logístico que necesitan para trabajar en un ambiente inhóspito añadirá millones de dólares al presupuesto final.
Paul Cutler, director de programa de Antarctic Integrated System Science, dijo a The Washington Post que la misión requerirá que los científicos instalen campamentos en el glaciar, envíen vehículos submarinos bajo la placa de hielo y realicen múltiples viajes para sobrevolar el área y así reunir información suficiente para evaluar la situación.
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Apenas hace unos años, los científicos asumían que la parte oeste del Ártico permanecería estable y sería resistente al cambio climático, pero la evidencia reciente muestra que en realidad se está derritiendo rápidamente.
Thwaites no es la excepción: el frente glaciar donde un muro de hielo colinda con el Mar de Amunden está colapsando y se ha retraído varios kilómetros a lo largo de 20 años, mientras que los índices de deshielo se han duplicado en sólo seis años. Y mientras continúa derritiéndose, los científicos deben apresurarse a entender cómo y qué tanto va a afectar el calentamiento global a la Antártida en las próximas décadas y siglos, además de prevenirnos sobre cuán preocupados deberíamos estar.
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