Foto cortesía del Dr. Joachim Pömer
Este artículo se publicó originalmente en VICE Alemania.
Videos by VICE
Ir a la consulta de una persona desconocida para enseñarle la vagina resulta a la vez un acto terriblemente íntimo y reconfortantemente anónimo. Te tumbas y dejas que esa persona le eche un vistazo a tu túnel del amor y, pese a que sabes que ha visto miles de ellos, no puedes evitar preguntarte qué sentirá estando tan cerca de tus labios genitales y por qué, de entre todas las profesiones, habrá escogido la ginecología.
El doctor Joachim Pömer, de 34 años, tiene una clínica propia en la ciudad austriaca de Linz. Cuando le pregunté qué le llevó a dedicarse a esto, me contó que fue a raíz de un viaje a Namibia, a los 28 años, en el que tuvo la oportunidad de ver a varias mujeres dar a luz. Tras aquella experiencia, tuvo claro que quería formar parte de ese momento en que una nueva vida llega al mundo. Pömer estaba preparado para esa pregunta, pero no para las otras diez que tenía en la recámara.
VICE: ¿Qué es lo más asqueroso de tu trabajo?
Dr. Joachim Pömer: La palabra “asqueroso” debería estar vetada en medicina. Ninguna mujer tiene por qué aguantar que su ginecólogo ponga cara de asco. Muchas veces vienen pacientes con periodos menstruales abundantes o muy prolongados, o simplemente para hacerse una revisión. A veces tengo que extraer tampones que se han perdido en el interior de la vagina de las pacientes, pero en cualquier caso, no resulta asqueroso ni incómodo. Es mi trabajo.
¿Es verdad que muchas veces a las pacientes les huelen peor los pies que la parte íntima?
Es como cuando vas al dentista y te cepillas los dientes antes: por lo general, mis pacientes se han duchado poco antes de venir y no hay problema. La vagina de una mujer saludable no huele mal. De hecho, la higiene específica de la zona íntima puede ser contraproducente. Muchas mujeres que han estado usando este tipo de productos de higiene durante periodos prolongados acaban teniendo hongos. Basta con usar agua para la higiene íntima. Y si hay mal olor, es señal de que se ha producido algún tipo de infección. En ese caso, mi trabajo es asegurarme de eliminarla.
¿Cuántas pacientes se afeitan antes de acudir a tu consulta?
Aquí tengo los datos de una investigación que dicen que más del 60 por ciento de las mujeres se rasuran la zona íntima de forma regular. No creo que una mujer que no tenga por costumbre afeitarse lo haga para ir al ginecólogo. Además, muchas pacientes vienen de urgencia, por lo que no están por la labor de afeitarse. Es lo de menos.
¿Te molesta el vello púbico para desempeñar tu trabajo?
No. Lo de eliminar el vello púbico es una mera cuestión de gustos. Cada cual es libre de hacer lo que quiera o de consultarlo con su pareja, pero no tiene por qué preocuparle lo que pueda pensar su ginecólogo. Solo en caso de tener que intervenir es necesario afeitar, y en ese caso ya nos encargamos nosotros de hacerlo.
¿Qué es lo más absurdo que has aprendido sobre el sexo ejerciendo como ginecólogo?
He aprendido que realmente no hay nada absurdo en el sexo cuando este es consensuado. Olvídate de lo que piense la gente y haz lo que te apetezca, siempre que tu pareja esté de acuerdo, por su puesto, y que no sea nada ilegal.
¿Alguna vez te has excitado al ver a una paciente desnudarse en tu consulta?
No. Mis pacientes depositan toda su confianza en mí. Puede ser difícil de creer, pero uno aprende a desconectar su faceta sexual en el trabajo.
¿Cómo es ese momento en que te encuentras por casualidad con una paciente en el súper?
Pues la saludo y, si la situación lo permite, charlamos un poco. Si además estoy con mi mujer y mi hijo, se los presento. Con mi mujer nunca hablo del trabajo porque tengo que preservar la intimidad de mis pacientes, pero si me cruzo con una paciente que me comenta que tiene algún problema, podemos concertar una cita en ese mismo momento sin ningún problema, pero nunca me pondría a hablar del tema en detalle en público o en plena calle.
¿Alguna vez has tenido relaciones con una mujer y has pensado, “Debería mirárselo”?
En el trabajo, aíslo mi faceta sexual y en mi vida privada aíslo mi faceta profesional. Estoy casado y amo a mi mujer. Si viera que algo va mal durante el sexo o durante su embarazo, se lo diría. Para eso son las relaciones, pero no tiene nada que ver con mi trabajo.
¿Qué opina tu mujer de tu trabajo?
Al principio le estresaba un poco. Muchos amigos médicos están divorciados porque no pasaban suficiente tiempo con sus familias. Inicialmente, mi mujer tenía dudas porque no sabía cómo reaccionaría yo viendo a mujeres parcialmente desnudas, pero ya lo ha superado. Incluso les dice a sus amigas que vengan a verme si necesitan hacerse una revisión. Creo que es la mayor muestra de confianza que puede darte tu pareja.
¿Puedes encontrar el punto G más fácilmente que otros hombres?
Bueno, lo gracioso es que todavía se especula si realmente existe. Muchos facultativos lo sitúan en la pared delantera dela vagina, unos centímetros por encima de la uretra, en una zona con muchas células nerviosas y glándulas que pueden estimularse. Así que sí, los ginecólogos creemos que sabemos dónde está el punto G.
Traducción por Mario Abad.