Diez preguntas que siempre has querido hacer a una mujer gitana

Noelia estudia Farmacia, escribe poesía y tiene 22 años. Cuando tenía 11, en su primer año de instituto, unos niños le dijeron que no podía subir al autobús porque era solo para payos. A ella “le dio un poco igual porque sabía que aquello no tenía sentido”, y ahora le explica en Twitter a todo el que quiere leerlo y, sobre todo, entenderlo, que los gitanos “no son el misticismo que ellos tienen montado en su cabeza”.

“Seguramente mi madre es distinta a las suyas en muchas cosas”, explica desde Águilas (Murcia), donde vive. “Pero son cuestiones socioculturales. Ella y sus hermanos también trabajan y hacen la compra y conducen y cambian de peinado y leen una novela y quieren que sus hijos lleguen con buenas notas a casa”, comenta. Le hacemos 10 preguntas relacionadas con cómo es ser mujer y pertenecer a una etnia, la suya, eternamente acusada de machista e inculta, de vaga y maleante, de “no hacer nada por integrarse”.

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VICE: ¿Qué hay, Noelia? ¿Sois los gitanos ladrones, estafadores, gente de la que no hay que fiarse y, en última instancia, incultos?
Noelia: Los que hablan de incultura del pueblo gitano supongo que no conocen a Papusza o a Curro Albayzín, a Manuel Molina, a Antonio Salazar, a Elena Lacková… Son los que luego se ríen de las faltas de ortografía en la nota de despedida de Camarón, sin tener en cuenta que nació en los años 50 en una familia gitana empobrecida en Cádiz, y que tuvo que dejar la escuela para trabajar en la fragua de su padre. Luego, sin haber tenido tanto acceso a la educación como ellos, recitaba a Federico García Lorca de memoria y no era un clasista rancio.

“Hay gitanas transexuales como Jennifer Rubí y gitanas lesbianas como Noelia “La Negri” Heredia o Alba Flores, ellas tienen mucho que decir sobre esto”

Estos falsísimos estereotipos se curarían estudiando la historia gitana en los colegios, ya que ni siquiera cuando se explica la Segunda Guerra Mundial nos cuentan que en el Holocausto asesinaron a cientos de miles de gitanos, ni que con niños gitanos probaron los efectos del gas Zyklon-B, usado después en las cámaras de los campos de concentración. En la Gran Redada de 1749 nos intentaron exterminar, con la complicidad del Marqués de Ensenada y del Rey Fernando VI. En 1986, en Martos (Jaén), rociaron con gasolina e incendiaron 30 viviendas de familias gitanas, para luego concentrarse pidiendo que fuesen expulsados de allí. A día de hoy siguen apartando a los gitanos en barrios alejados hasta que esas atmósferas comienzan a tener interés turístico, entonces los Ayuntamientos les ponen tantas condiciones e impuestos que se acaban yendo de allí y esas casas se las quedan los señoritos adinerados que nada tienen que ver con la esencia. Ya pasó con el Albayzín, el ejemplo más obvio. ¿Queréis conocer mejor nuestra historia? Escuchadnos.

¿Es la cultura gitana machista o más machista que otras? Existen los estereotipos de la mujer a cargo de la casa, de que a las chicas gitanas os sacan del colegio a una edad muy temprana, de que estáis menos liberadas a la hora de vivir vuestra sexualidad u orientación sexual…
No es más machista que otras culturas, sólo es más fácil para la gente señalar el machismo aquí. Ayudan los estereotipos y los programas de televisión que propician que se nos siga viendo así. El machismo es machismo en todas partes. Lo de la escolarización tiene suficientes matices como para hablar algún día exclusivamente sobre eso… Hace poco emitieron un documental en Ochéntame donde se veía cómo en España hace tres décadas los padres payos de los alumnos formaron un jaleo enorme porque iban a escolarizar a niños gitanos con sus hijos. Todavía existen en el país cientos de colegios donde el alumnado es exclusivamente gitano.

“Estos falsísimos estereotipos se curarían estudiando la historia gitana en los colegios, ya que ni siquiera cuando se explica la II Guerra Mundial nos cuentan que en el Holocausto asesinaron a cientos de miles de gitanos”

Hay muchísimas gitanas en el feminismo. El pasado noviembre organizamos el Primer Congreso de Feminismo Romaní Europeo y fue en Madrid. Yo prefiero ir por libre, pero he ayudado hace años en Gitanas Feministas por la Diversidad, y existen otras como Fakali o Ververipén. Aprendo de todas ellas pero también de referentes de hace tiempo como Papusza y Lole, o de las mujeres gitanas anónimas de las que me rodeo (y de hombres como Rafael Buhigas). Conocemos muy bien nuestra situación y no nos movemos desde el victimismo sino desde la rabia de que nadie quiera escuchar pero sí darnos lecciones paternalistas. En cuanto a la liberación sexual no es verdad, cada caso es un mundo. Hay gitanas transexuales como Jennifer Rubí y gitanas lesbianas como Noelia “La Negri” Heredia o Alba Flores, ellas tienen mucho que decir sobre esto.

Supongo que es una pregunta que te habrán hecho ya mil veces y te harán mil veces más. ¿La prueba del pañuelo qué?
Yo nunca he visto a nadie inculcando que haya que hacerla, sólo el respeto a quien sí lo sienta así. Yo no voy a hacerlo, pero he visto a primas que se han pedido y al final queda un recuerdo divertido, con sentimiento y alegría. Mientras sea una elección libre me parece bonita… Aunque no va a faltar gente de fuera compadeciendo y explicándonos nuestra propia cultura. ¡Qué afán de sentirse héroes! Luego id a celebrarle a una paya racista que baile el Yeli, que si ella fuese gitana y se hiciera la prueba la miraríais como si hubiera salido de los Picapiedra.

Foto cedida por Marina Kaysen
¿Has vivido alguna situación incómoda por ser gitana?

Sí, claro. Lo que más recuerdo es que en el primer año de instituto escucharon que me apellido Cortés y me dijeron que el autobús era solamente de los payos y que no querían verme subir. Me dio un poco igual porque yo entendía que eso no tenía sentido, pero a otra niña que se lo tomase distinto podrían haberle hecho sufrir mucho. ¿Qué no habrán escuchado unos niños de 11/12 años para decir esas cosas? Luego está la gente con la que te llevas bien pero que suelta: “ay, qué sucia y despeinada, hoy vengo hecha una gitana” y expresiones similares. ¿Qué haces en ese momento? O qué hago cuando me dicen que no parezco prima de mis primos “porque yo sé hablar bien”. O cuando hablan entre el miedo y la risa sobre “el barrio” y evitan pasar por allí como si fuese un lugar caricaturizado de algún tebeo, mientras que yo he estado en muchas de las casas porque son de familiares míos. ¿Cómo respondo? Son cosas muy distintas a las bromas sobre gitanos que me pueden hacer mis amigos y de las que yo misma me sé reír.

“En el primer año de instituto escucharon que me apellido Cortés y me dijeron que el autobús era solamente de los payos y que no querían verme subir”

¿Crees que si el pueblo gitano hubiera sido tradicionalmente rico y lo siguiera siendo habría tenido los mismos problemas de marginación y racismo? Es decir, ¿derivan muchos de los estigmas de los gitanos de la clase social?
El pueblo gitano es en sí mismo considerado una clase social, independientemente del dinero que cada familia tenga. Aunque, como explicó muy bien hace unos días María José Llergo en una entrevista, “si eres rico te perdonan lo que sea”. Yo creo que el clasismo y el racismo son primos hermanos, y que van tan de la mano que es complicado responder a estas cosas sin sentir que te ha faltado análisis.

Mira la historia del Jaro: está aceptadísimo que a ese niño lo matasen a tiros. Yo me pregunto qué podría haber hecho él para no morir joven: era morirse de hambre encerrado en su casa bajo llave, o salir a robar para tener algo que llevarse a la boca y arriesgarse a que le mataran. No es recordado como una víctima de su época y clase social, lo pintan como a un delincuente de cómic y poco más. Y Juan José Moreno Cuenca fue un joven gitano al que la generación perdida por la heroína le pilló con su familia pobre en el Campo de la Bota, viendo desde entonces a la Guardia Civil quemar chabolas y pegar palizas a las mujeres, entre ellas, su madre. Incluso matar a tiros a su padrastro. Sin embargo es recordado como “el sinvergüenza de El Vaquilla”. Tanto su tumba como la de su madre fueron profanadas. Queda tanto reconocimiento pendiente… Y, por supuesto, la clase social es clave para comprender.

¿Vais los gitanos a vuestra bola y os cuesta “integraros”? ¿Es así?
Los gitanos no se relacionan solamente con gitanos, ni necesitan “integrarse”. Esa palabra sugiere un paternalismo terrible, como si fuesen algo extraño e inferior que necesitase aceptación de la gente “normal” para vivir como tal. Los centros del problema están en el hecho de que nadie quiere escucharnos, sólo explicarnos.

A Yanira (17 años) la asesinó su pareja hace unos meses. La madre de ella había denunciado antes y le dijeron que, al ser gitanos, se cobrasen justicia por sí mismos. Ahora su hija está muerta y no puede recuperar a su nieta. A Manuel Fernández Jiménez lo asesinaron bajo custodia policial y su familia sigue luchando por esclarecer las causas. ¿Quién cuenta esto? ¿Quién quiere escucharlo?

¿Cómo te sientes cuando los payos usamos alguna palabra o algún elemento cultural o estético tradicional de tu pueblo? La llamada apropiación cultural.
Mira, la Gata Cattana no era gitana pero sí andaluza, y ha hecho mucho con sus letras en el sentido político (escucha Yerma, De la tierra, Lisístrata, Cuatro monedas, Tientos, Desértico…) Entonces al escucharla cantar algunas palabras en caló o usar simbolismos me siento afortunada de tenerla ahí protegiendo, sé que de verdad nos ha analizado socialmente y que no nos nombraba como adorno. O los Sweet Barrio usando el verbo “najar” me flipan, porque sin ser gitanos han hablado sobre el reconocimiento perdido a Las Grecas y a Los Chichos, sobre el estigma racial del flamenco… se han preocupado y han dejado ahí el mensaje. No puede molestarme, sólo me nace agradecimiento.

Quien me da arcadas es quien no quiere escuchar al pueblo gitano ni reconocer sus privilegios ante él, o las aportaciones esenciales de este pueblo al flamenco, pero vive de usar sus elementos culturales (sobre los que socialmente ejerce un poder de opresión, sabiendo que aunque los use no va a recibir racismo porque no sufre factor racial ninguno). El propio Paco de Lucía decía que el flamenco es la música de un pueblo oprimido como el gitano y de un pueblo pobre como el andaluz, no entiendo por qué a algunas personas se les cae la lengua al suelo antes que admitir esto.

Y, ¿qué pasa con programas como Palabra de gitano o Los Gipsy Kings?
Pasa que me avergüenza que esos programas producidos y dirigidos por payos perpetúen la discriminación hacia nosotros a base de mentiras guionizadas, usando nuestra cultura como una máquina de hacer dinero, sin haberse molestado nunca en comprenderla. Me asquea la gente que se sienta a reírse mirándolos y luego cruza de acera si pasa una gitana con su carro de la compra.

“Me avergüenza que esos programas [Palabra de Gitano o Los Gipsy Kings] producidos y dirigidos por payos perpetúen la discriminación hacia nosotros a base de mentiras guionizadas”

Al pueblo gitano fue Federico el primero que lo representó con justicia y dignidad en la literatura. Hasta Cervantes nos pintaba de ladrones. Ahora lo tratan así de bonito el Chico la Pena en sus ilustraciones o el Coleta y el Khaled en sus letras, por ejemplo. Gracias a Dios hay unos pocos Federicos siempre por ahí, pero como norma general nos caricaturizan “malamente”. ¿Sabes quién es Cathy Claret? Compuso Bolleré y consiguió que la tocase B.B.King y que OCB sacase una tirada de libros de papel en honor a la canción, con la cara de Raimundo Amador. ¿Y el talentazo del Moneo, demostrado en temas como Me pelea de Dellafuente, eso qué? Hablemos de quien hay que hablar, por favor.

Da la impresión de que el pueblo gitano está generalmente despolitizado, ¿hasta qué punto es así?
No está despolitizado, sencillamente necesita una manera diferente de cambiarse a sí mismo. Es difícil encontrar tu bando en un sistema que ni siquiera tiene en cuenta tu existencia, un sistema que saca en portada de revista al Ministro Salvini diciendo que quiere expulsar a todos los gitanos de Italia. Un sistema cuya industria no deja de poner dinero para que los medios defiendan a Rosalía aunque peque abiertamente de un racismo neoliberal e ignorancia absoluta hacia el pueblo gitano (y el andaluz), pese a disfrazarse de él continuamente. ¿Dónde están esos medios a la hora de contar que se van a buscar los huesos de Federico García Lorca en la fuente de Alfacar, a la hora de informar del concurso de poesía en honor a Gata Cattana? Sólo somos un tema urgente para vosotros cuando cuestionamos a alguien que no os incomoda.

¿Las representaciones esterotípicas de los gitanos no representan en absoluto al pueblo gitano en ningún sentido? El despilfarro, el crimen, la conflictividad…
Claro que no, son injustas. Recomiendo leer y escuchar siempre a Rafael Buhigas Jiménez para conocer mejor al pueblo gitano.

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