Algunos de los colores que obtuvimos en tan sólo media hora
Creators se acerca esta vez a hallar algunos de los tesoros naturales de nuestro país en Teotitlán, palabra que como Teocaltitlán viene del nahuatl y significa Tierra de Dioses. Teotitlán del Valle es una región que pertenece a los Valles Centrales de Oaxaca y se encuentra a 31 kilómetros de la capital del estado, Ciudad de Oaxaca.
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Fuimos a Teotitlán invitados por LocalYLejos, una iniciativa comercial con base en Los Ángeles, cuya misión principal está basada en empoderar a mujeres artesanas de varios lugares del mundo, normalmente pequeñas poblaciones remotas como Teotitlán, importando sus productos y vendiéndolos bajo estrictas normas de comercio justo en la ciudad más grande del Estado de California.
Es sabido por todos que la elaboración de tapetes e hilados de lana es una de las artesanías más populares en el estado de Oaxaca, pero es, sobre todo, en este pequeño municipio donde esta técnica es poderosa y famosamente exhibida gracias a la abundancia de talleres donde se practica esta técnica ancestral. Esta producción es un proceso transmitido de generación en generación y recurre a métodos sumamente rudimentarios pero muy efectivos.
Nosotros nos acercamos para descubrir el secreto de los colores tan ricos y luminosos utilizados, pigmentos que extraídos de la propia naturaleza y fijados en estos telares e hilos de una manera casi mágica.
Antes de colorear la lana o el hilo, el artesano comienza por el cepillado de la lana para ésta poder ser hilada y ordenada en grandes manojos fáciles de manipular.
La coloración de las madejas de lana se corresponde al uso de diferentes plantas e insectos como el huizache, el añil , la cochinilla , el índigo, el musgo de roca, la flor de cempazuchitl, la granada y el palo de águila, entre otros, simplemente dejándolos reposar en agua.
Pastora, quien trabaja con LocalLlejos, nos presentó a su familia y nos explicó cómo se obtienen estos colores:
El amarillo viene de la fruta de la granada previamente secada.
El azul claro procede del muitle, que es una planta medicinal.
El azul oscuro (indigo o añil) y los turquesas se extraen de las hojas del juquilite y sólo puede usarse (el tinte) después de las 6 de la tarde cuando el sol se ha ido, porque el sol abosorbe muy rápidamente este color.
La gama de los colores rosas (hasta los rojos), se obtiene remojando el palo de águila y depende del tiempo que se quede en remojo, así los tonos serán más claros (rosas) o más oscuros (hasta llegar al rojo vino).
A veces añadiendo limón los colores cambian en segundos. Un ejemplo es el rojo del palo de águila se transformará en Amarillo con tan sólo unas gotitas de limón.
Los naranjas y los colores más tierrosos, se obtienen de la cochinilla. Este insecto se instala en los nopales. Suelen tener tres meses de vida y se reproducen justo antes de morir. Por ello, se recogen de los nopales las cochinillas (y sus crías) justo antes de los tres meses, para secarlas y usarlas como pigmento.
Será tras lavar la lana en crudo cuando se realice este proceso de coloración (conocido como “lavado de color”).
A continuación les mostramos todo el proceso y los ingredientes de los que hemos hablado. Sólo tienes que encontrarlos, colocarlos en agua, y voilá.
Las hojas del juquilite
Palo de águila
Piedra alumbre para fijar los colores. Es preferible fijarlos con sal pero si no se tiene, esta piedra también lo hace.
Índigo
Granadas secas
Peinando la lana para pasarla a hilo
Hilando la lana
La lana en crudo
Pastora enseñándonos cómo obtener colores
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