Artículo publicado por VICE México.
En México, cerca de 20 millones de personas sufren de insomnio. Esto representa casi el 30 por ciento de la población, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Una estadística que, de acuerdo con Javier Velázquez Moctezuma, director de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), representa una epidemia.
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Estos 20 millones de mexicanos son sólo una parte del problema, ya que existen algunas personas que tienen conflictos para dormir debido a otros trastornos —como contar con pocas horas para descansar—, práctica que puede tener como consecuencia una baja velocidad de reacción, falta de memoria, concentración y atención, poniendo en riesgo nuestro metabolismo y estabilidad cardiológica. Estaríamos hablando de que cerca del 50 por ciento de mexicanos están padeciendo trastornos de sueño, y solamente el 5 por ciento se está atendiendo, de acuerdo con Alejandro Jiménez Genchi, coordinador de la Clínica del Sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Existen varias razones por las cuales puedes estar durmiendo mal o se te esté complicando descansar de forma tendida y placentera, pero es importante diagnosticar la fuente de tu insomnio; en algunos casos se tratará de una causa menor, pero en otros de algo más grave. No es lo mismo no poder dormir por la carga de tus entregas universitarias o laborales, que por estrés postraumático después de una tragedia.
Este corto refleja una de las caras del insomnio y explica que probablemente no estés teniendo toda la reflexión que deberías en tu día a día, esperando hasta la noche para poder hacerlo y así perjudicando tus momento de sueño:
Si tu insomnio no es severo, sino circunstancial y poco protagonista en tu vida cotidiana, puede ser que el Mecanismo 478 te ayude a caer en el sueño mucho más rápido. La técnica para poder quedarse dormido en menos de un minuto es de Andrew Weil, doctor de Medicina Integral de la Universidad de Arizona, quien diseñó un mecanismo de respiración que, al menos personalmente, me sigue funcionando hasta en casos aparentemente muy complicados: situaciones con mucho ruido, pensamientos recurrentes o después de una fiesta con estimulantes.
Consiste en inhalar aire durante 4 segundos, retenerlo 7 y exhalarlo completamente en otro periodo de 8 segundos; para contar los segundos de forma más certera y evitar dañar el intervalo lo ideal es usar “mil 1, mil 2, mil 3, etc.” para dar el espacio necesario entre cada segundo. Este ciclo se repite varias veces hasta lograr quedarnos dormidos.
Lo que hará esta técnica de respiración diafragmática —respirar con la barriga y no con los pulmones—, es reiniciar nuestra forma de respirar, llevando nuestro ritmo cardiaco a la misma cadencia que experimentamos cuando entramos a la fase MOR (movimientos oculares rápidos) a la hora de soñar, también conocida como fase REM por sus siglas en inglés, logrando poner en esa sintonía nuestro pulso y así lograr entrar más fácil al universo onírico.
He utilizado este mecanismo para quedarme dormido de forma rápida, casi inmediata, o cuando me cuesta trabajo por los estragos de la fiesta. Como consejo adicional, para que funcione mejor, la mente debe alejarse de otros pensamientos y distracciones; de nada servirá hacer la secuencia si tu cabeza está en otro lado, esperando cualquier momento para interrumpir los sets de respiración, así que concéntrate pero sin concentrarte tanto.
Luis todavía duerme bien, síguelo en Instagram.