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En diciembre de 2006 el ejército mexicano salió a las calles por órdenes del expresidente Felipe Calderón para emprender una campaña militar contra los cárteles del narcotráfico. Desde entonces el país cambió. Palabras como ejecutado, levantado o abatido, se volvieron parte del vocabulario habitual de los mexicanos y los titulares de prensa se cubrieron de rojo.
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Todos los días los medios de comunicación relataban enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, o entre narcos y fuerzas armadas o, incluso, entre elementos de las propias fuerzas de seguridad. El ejército tomó el control de varias ciudades que se consideraban focos rojos de violencia en varias entidades del país y se colocó en la mira de los grupos criminales a los que enfrentaba, por ello sufrió considerables bajas en sus filas.
De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) entre el 1 de enero de 2007 y el 30 de abril de 2016 el ejército mexicano ha sufrido 3.813 agresiones. Es decir 34 cada mes, o más de una diaria, como se quiera ver. Las agresiones han dejado 236 soldados muertos y 1.350 heridos; y los métodos para matar a los militares van desde la ejecución con arma de fuego hasta la decapitación.
Un grupo criminal raptó, torturó y ejecutó a dos militares mexicanos en Acapulco. Leer más aquí.
A casi 10 años de la llamada ‘Guerra contra el narco’ el ejército parece enfrentarse a una situación difícil. Apenas el 20 de octubre pasado, el propio ministro de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos admitió en una declaración pública —muy poco usual— que sus tropas enfrentaban un claro desgaste: “hay un desgaste; es obvio, estamos trabajando en todo el país, a toda hora, en todo momento; en la sierra, en las ciudades”, dijo durante un ceremonia.
Francisco Gallardo, exgeneral del ejército mexicano y especialista en fuerzas armadas, comenta a VICE News que las fuerzas armadas tienen una preparación mayor en asuntos de orden interno como el combate al narcotráfico, ya que poseen mayor equipamiento, adiestramiento y capacitación que cualquier grupo criminal, “pero hay una desventaja operativa: el crimen organizado puede atacar en un punto y momento preciso utilizando el factor sorpresa como un mecanismo de ataque contra las tropas”.
“Esto —agrega— se puede dar mediante una emboscada. El que realiza una acción sorpresiva como esta sabe tiempos, conoce los recursos con los que cuentan los posibles blancos, y ubica el territorio, es ahí en donde pueden dejar más bajas militares”, explica Gallardo.
‘El ejército mexicano está capacitado para aniquilar a un enemigo’
Sin embargo, la cifras de los militares asesinados contrasta con los civiles que han muerto y han sido heridos por el ejército en esas mismas agresiones. Las cifras de la SEDENA indican que 2.959 civiles han sido abatidos en el mismo periodo [2007 a abril de 206] y 405 heridos en respuesta a los ataques que ha sufrido la milicia, lo que significa que por cada militar que es muerto hay 12 víctimas civiles.
Respecto a ese dato el exgeneral comenta que “el ejército mexicano está capacitado para aniquilar a un enemigo, esto se refleja en una política de actuación de las fuerzas armadas de no dejar a nadie herido porque luego [a la persona herida] la ven como un problema, porque que puede atestiguar en contra de la actuación de esas fuerzas armadas”.
Gallardo agrega que “la autoridad debe de revisar esa situación porque ya hay un desborde del poder militar sobre la sociedad y sobre el poder civl del Estado. Lo que vemos es un trastrocamiento del estado de derecho y un rompimiento del orden institucional del propio Estado”, explica el exgeneral.
Juez absuelve a militares relacionados con una masacre en México. Leer más aquí.
El último caso conocido de militares asesinados se registró el fin de semana pasado cuando dos soldados fueron raptados en Acapulco, Guerrero. Sus cuerpos aparecieron el domingo por la noche con visibles huellas de tortura de acuerdo con varios medios de comunicación locales. Las autoridades estatales afirmaron que un grupo criminal era el responsable del hecho, sin embargo no precisaron qué grupo.
Asimismo, el 30 de septiembre pasado un grupo compuesto por 60 civiles armados atacó a un convoy militar en Culiacán, Sinaloa, mató a cinco soldados e hirió a 10, las autoridades informaron que los posibles autores del ataque fueron los hijos del famoso narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, preso en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Otro de los eventos más sangrientos para la milicia se registró el 1 de mayo de 2015, cuando miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación se enfrentaron a elementos del ejército mexicano en Villa Purificación, Jalisco. Los narcos derribaron un helicóptero militar, lo que provocó la muerte de ocho soldados.
Finalmente, la SEDENA reporta la detención de 2.560 personas por haber participado en ataques contra el ejército entre enero de 2007 y abril de este año.
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