“Me dijo que en las redes sociales vio mi penal, ya que en la página del América se alzó unos remates de mí, yo le dije que se quedara parado, pero bueno, no se quedó y gracias a Dios pude convertir para ganar”, dijo Cecilio Domínguez tras el partido ante Pumas la noche del sábado. El cobro del paraguayo al estilo Panenka rompió el empate a un gol que se mantenía hasta el 80′ y celebró con su compañero Silvio Romero, quien previamente falló un penal cobrado de la misma forma.
Hasta ahí, todo era risas y diversión por la victoria, pero al técnico Miguel Herrera no le hizo mucha gracia que sus jugadores cobraran así en un Clásico Capitalino. “Espero que no lo vuelvan a hacer. Hay momentos donde se pueden hacer esas cosas y momentos donde no, al final uno no puede estar dentro de la cancha. No me agradaron estas situaciones”.
Videos by VICE
Antonín Panenka le puso nombre al atrevimiento en la Eurocopa de 1976, su selección, Checoslovaquia, jugó la final ante Alemania Federal y con el empate a dos goles tras la prórroga, la tanda de penales quedó definida por el tiro picado de Antonín al centro de la portería ya con el arquero alemán vencido. El riesgo fue máximo y resultó, desde entonces varios futbolistas se han hecho famosos por cobros perfectos, como el ‘Loco’ Abreu y su sangre fría en la semifinal del Mundial de Sudáfrica ante Ghana, o errores vergonzosos, como el de Silvio Romero.
“Hay que tener claro que el objetivo es hacer gol, que la pelota acabe dentro, y para ello hay que burlar al arquero, ir contra la lógica. No es una locura, es clase”, declaró Sebastián Abreu en 2012, cuando había cobrado 24 penales a lo Panenka con solo dos errados y después de jugarse “la vida” en ese Mundial pidiendo el quinto penal de la tanda frente a los africanos. El “Loco” se había tomado el tiempo de analizar los movimientos del arquero en los tiros previos y lo consiguió. Habla del estilo como si se tratara de arte y sus palabras parecen fundamentadas en años de análisis, lo importante es hacerlo en duelos determinantes, dice. En un mismo partido ante Fluminense falló y repitió.
A diferencia de Abreu, para quien la confianza del estilo Panenka es algo usual, Andrea Pirlo explica que en la semifinal de la Eurocopa del 2012, decidió en un instante, sin premeditación: “Cuando inicié la carrera, todavía no decidía qué iba a hacer. Entonces él se movió y lo tuve claro (…) No había absolutamente nada de exageración en ello, ese no es mi estilo”. Pirlo golpeó sutilmente de derecha y dejó tendido a Joe Hart mirando cómo el balón ingresaba por el centro. Italia avanzó a la final y su técnico, Cesare Prandelli, celebró que su jugador buscará el reto.
Zinedine Zidane es uno más en esa lista de selectos atrevidos que confían en su reacción en instancias exigentes. Zizou se paró frente a Buffon, identificó su objetivo, respiró profundamente y disparó sobre Gigi, el balón golpeó el larguero dramáticamente y entró. La clase con la que cobró en la final del Mundial en 2006 es obviamente menos recordada que su cabezazo y la derrota.
Javier Casquero encabeza la lista de la vergüenza. El exmediocampista español lo intentó en 2009, el gol habría significado la victoria 3-2 del Getafe sobre el Real Madrid, pero su tiro no llevaba fuerza ni colocación. Panenka lo juzgó más tarde como la peor imitación de un profesional: “Para chutar así no hay que albergar ninguna duda, y Casquero las tuvo. Sobre todo, cuando vio que Casillas no se tiraba a ningún lado. Nunca hay que dudar: ese penalti se tira siempre al centro de la portería, y sabiendo además con seguridad que el portero se va a lanzar a un lado”.
Cecilio Domínguez lo consiguió frente a Saldívar, en un partido de rivalidad intensa, pero no es la primera vez que lo hace. En el entrenamiento semanal practicó el tiro que ya había le dado resultado cuando jugaba en Cerro Porteño en más de tres ocasiones, a tal punto que en algunos medios de su país le apodaron el “Loco”. El sábado les dio nueva noticia, pero según Miguel Herrera, Cecilio no volverá a tomar tanta libertad.
En palabras de Antonín Panenka, luego de vencer al arquero Sepp Maier, esa fue su “receta más sencilla para marcar”. Sin embargo, la noche del sábado, en el Clásico Capitalino, algunos celebraron que ambos jugadores intentarán algo diferente y otros acusaron el exceso de confianza. El debate se abrió: ¿Es irresponsable tirar un penal picado?