Lauren Mayberry me dice que desayune. Es un día gélido de febrero, y la vocalista de CHVRCHES, sus compañeros de banda Martin Doherty y Iain Cook, y yo, estamos cómodamente sentados en un restaurante de la cadena Fran’s en Toronto (abierto las 24 horas y con impecables malteadas), decidiendo qué vamos a pedir. La banda estuvo en Toronto durante dos días de intensa promoción para su nuevo sencillo, “Get Out”, y su esperado tercer álbum de estudio, iniciando así la ardua labor que implica el ciclo de un nuevo LP.
La banda de electrónica alternativa estrenará Love Is Dead este viernes 25 de mayo, y aunque el título del álbum es, en un principio, discordante para la vista (y el oído), en él subyace una profunda e importante discusión. “Cuando piensas en algunos de los mejores títulos de álbumes de todos los tiempos, todos tienen este tipo de afirmaciones o títulos antiguos y completamente inclusivos”, dice Doherty. “No es necesariamente una afirmación de facto”, dice Mayberry, y agrega: “Podría haber una elipsis o un signo de interrogación después de enunciarla. Es más una cuestión de en qué momento de tu vida te encuentras. Espero que cuando las personas lean el título del álbum, digan ‘¿qué?’; que quieran investigar más o hablar más de ello. Alentar la comunicación”, dice asintiendo con severidad. Love Is Dead aborda ideas básicas, las cuales parecen ser las más complicadas de entender (comunicación, creencias, confianza, compasión) en un momento de gran intensidad en el que todo eso parece estar reprimido. El álbum es una expresión de autenticidad en los sentimientos; un recordatorio de que profundizar en tu propio ser tiene una recompensa.
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Luego empezamos a hablar de los alimentos para el desayuno (sobre los beneficios de las semillas de hemp) y después sobre la empalagosa música pop que se escuchaba en el restaurante; canciones que combinaban sonoramente con la estética color rosa y turquesa del lugar. Se escuchaba una canción de Meghan Trainor, lo que nos llevó a debatir si es buena como músico o no. En aras de la transparencia, nunca he sido gran admiradora de la música de Trainor, pero Doherty y Cook concordaron en que es una excelente compositora. Luego hablamos de diversos personajes y de cuán a menudo tanto en la crítica como en el consumo musical, diseccionamos a las personas en lugar de diseccionar sus productos. Mayberry dijo con un suspiro, justo a media charla: “Yo sería terrible como crítico musical en este momento. Diría ‘¡Esto no es para mí! No estuve ahí cuando lo hicieron’ ¿sabes?, ‘¡No los conozco!’”. Y continuó: “Por la forma en la que hablo de las personas, creo que ahora tengo mucha más empatía con ellas que cuando tenía 20 años”.
La empatía es un factor importante tanto en la vida personal como en la vida laboral de CHVRCHES. La incorporación de este ethos está más motivada por la intuición que por la inspiración: nos recuerda y refuerza la idea de que, en este mundo, somos seres humanos que interactúan con otros seres humanos que también tienen corazones y sentimientos complejos. Esto le ha dado a su música, compuesta por sintetizadores y modificaciones sonoras, una ventaja empática. Si fijas tu atención más allá de los estremecedores sintetizadores, encontrarás algo sustancial; algo sin artificio, en palabras de Mayberry. Desde que formaron la banda en 2011, y se volvieron inmensamente exitosos gracias a su debut auto-producido, The Bones Of What You Believe, el grupo ha sido elocuente respecto a su propia humanidad, sus propias experiencias y su lugar en el mundo. Esto nunca fue tan evidente como cuando Mayberry escribió en The Guardian en 2013 sobre el acoso y la misoginia que sufre en línea como una mujer en la industria de la música. Dirigiéndose a los trolls en línea, pero siendo aplicable a todos los ámbitos de la vida, Mayberry escribió: “Hay que tener un poco de empatía. Un poco de respeto por las otras personas. Pensar antes de hablar”.
CHVRCHES se tomó más tiempo para hacer Love Is Dead, me dicen. No sintieron tanta presión para lanzar algo inmediatamente después de su segundo álbum Every Open Eye. Esta vez buscaron un productor adicional para ayudar a darle forma y elevar su sonido. Se trató casi como de “carreritas con productores”, dicen, y finalmente se decidieron por Greg Kurstin, famoso por coescribir “Hello” con Adele, entre su exhaustiva y ecléctica lista de colaboraciones. CHVRCHES se enorgullece de la autonomía que ha tenido en todo su trabajo, diciendo en una entrevista con Pitchfork en 2015 cómo la llegada de su álbum debut —escrito, producido y grabado por ellos mismos— al Top 10 del Reino Unido representó un gran momento, pero que haberle agregado a Kurstin a la mezcla fue una experiencia grata y refrescante.
Love Is Dead conserva el estilo fundamental de CHVRCHES: sintetizadores exuberantes. Pero de alguna manera logra mantenerse en el lado más oscuro, tal como Mayberry me dice alegremente: “¡Góticos hasta la muerte!”. Y con la adición de Kurstin, CHVRCHES acaba de entrar en el mundo de lo más sobresaliente del pop. Las canciones de Love Is Dead son incluso más impresionantes que lo que la banda había hecho en álbumes y EP anteriores, lo que, considerando el gran alcance de su sonido, es una hazaña increíble. “Intentamos trabajar con varias personas diferentes que tuvieran diversos grados de éxito. Pero, desde el primer día que entramos [al estudio] con Greg, supimos que todo iba a estar bien. Lo primero que obtuvimos fue “Get Out”, dice Cook. Lo que sería sólo una semana de sesiones con Kurstin se convirtió en un álbum completo. Doherty dice que trabajar con Kurstin le recordó la energía inicial que tenía el grupo cuando comenzaron. “No es que hayamos perdido esa química porque no creo que sea el caso”, explica, “hablo de la emoción ante algo tan inesperado y sorprendente… tener en la mezcla algo de ese linaje que nos da respeto como músicos y compositores fue realmente poderoso”.
El objetivo de Kurstin fue mantener la base sónica de la banda y a su vez llevar sus canciones al punto de crear, de acuerdo con Mayberry en una entrevista del año pasado, el álbum más pop que han hecho hasta ahora. Ocho de las 12 canciones de Love Is Dead estuvieron a cargo de Kurstin, y fueron grabadas en su estudio en Silver Lake, Los Ángeles. La grabación de este álbum fue diferente a la anterior, que se llevó a cabo en lugares como Los Ángeles, Londres y Nueva York, lugar que la banda llama hogar en estos días, cuando no se encuentra en su propio estudio. Kurstin, dice Doherty, hizo una gran diferencia, como si se hubiera fusionado con la banda y se hubiera convertido en el cuarto miembro; escribiendo con ellos y no para ellos.
Los temas de la comunicación y la empatía, así como la manera en que uno los enfrenta, están entretejidos en las poderosas canciones pop del álbum. Los grandes mensajes merecen grandes sonidos. “Gran parte de este disco es acerca de lidiar con la forma en que las personas se tratan entre sí”, me dijo Mayberry. Ese sentimiento es evidente en el primer sencillo del álbum, “Get Out”. En él Mayberry canta, “Talked ourselves to death / never saying what I wanted / never saying what I needed” [Hablamos hasta morir / sin decir nunca lo que queríamos / sin decir nunca lo que necesitábamos]. En “My Enemy”, que cuenta con la participación de Matt Berninger de The National, él abre la canción con “All your words are so cold, so callous, so clean / In the moment you could be honest, you could wake up” [Todas tus palabras son tan frías, tan crueles, tan impecables / en el momento en que puedas ser honesto, podrías despertar]. La intensión de Mayberry era ser más honesta, y con esa honestidad viene la complejidad y el conflicto. Esa es la parte agobiante de la comunicación: Al buscar comprender la perspectiva del otro, e intentar hacer comprender la tuya, las cosas se enredan y complican.
Esta producción también se inclina con un poco más de destreza hacia la religiosidad. La lista de canciones lo demuestra por sí sola con títulos como “Deliverance” [Salvación], “Heaven/Hell” [Cielo/Infierno], “God’s Plan” [El plan de Dios] y “Miracle” [Milagro], por nombrar algunos. Para una banda llamada… CHVRCHES, la idea de cualquier tipo de afiliación o creencia religiosa no parece afectar su imagen o narrativa. “Los temas de la fe encajan en el intento de develar aquello en lo que crees o no crees o por qué las personas son como son”, dice Mayberry. “Nunca he sido muy religiosa, pero es interesante ver cómo todos quieren pertenecer a alguna parte, todos quieren creer en algo, y algunas veces hacen cosas buenas en consecuencia con ese fin y otras veces no”.
La grandiosidad de su explosión musical concuerda perfectamente con este enfoque. Es urgente, audaz, casi abrumadora, como en la perfecta “Never Say Die”, que se basa en los zumbidos burbujeantes de los sintetizadores y las letras casi prosaicas de Mayberry, hasta un punto de ebullición abrasador en el coro. “Sabes que algunas de las cosas que escribes pueden ser bastante desagradables y reveladoras [pero] esas son las cosas que tienes que escribir”, dice Mayberry, reforzando la idea de que la presencia de la franqueza y la honestidad, al menos en parte, es más estimulante que su ausencia.
Este artículo se publico originalmente en Noisey US. Léelo en inglés.
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