Este artículo fue publicado originalmente en VICE News, nuestra plataforma de noticias.
El gobierno mexicano ha querido tomar distancia de un anuncio publicitario propio, el cual reprueba a los críticos de la gestión gubernamental y pide que abandonen las quejas. El anuncio retrata también a un gobierno que está cumpliendo con la grandeza de las reformas estructurales programadas.
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El controvertido anuncio fue publicado este lunes, pero fue retirado del canal de YouTube del gobierno unas horas después. En ese momento la voz de los mexicanos se había convertido en un clamor en las redes sociales. Un clamor en contra de un anuncio que les dice que dejen de quejarse.
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El video muestra a un carpintero quejándose ante un compañero de trabajo de las reformas del gobierno. Ambos están trabajando, cuando la radio anuncia las nuevas reformas del ejecutivo. “Ya chole con estas reformas”, dice el carpintero. Su colega responde: “Ya chole con tus quejas”.
Acto seguido, el carpintero que le dice a su colega que deje de quejarse, se pone a enumerar las virtudes de las reformas. Se refiere a tres mejoras recientes en sus vidas: facturas de electricidad más bajas, la cancelación de las llamadas telefónicas de larga distancia, y la posibilidad de poder trabajar como autónomos y asegurados. O sea, que ahora que pagan impuestos, pueden acceder a beneficios como la sanidad y la jubilación.
“¿Y todo esto, ¿sabes por qué?”, pregunta el enamorado del gobierno. “Pues por las reformas. Así es que ya chole con tus quejas”.
El presidente Enrique Peña Nieto fue aclamado por la portada de la revista Time por haber impulsado un ambicioso programa político. Este contempla reformas estructurales en áreas como la industria energética, las telecomunicaciones y los mercados laborales, que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) interpuso irónicamente entre el año 2000, después de 71 años en el gobierno, y 2012, cuando lo recuperó.
Sin embargo muchos mexicanos nunca estuvieron convencidos de que las promesas de reforma reportarían beneficios. Y mucho menos que significaran un crecimiento del 5 por ciento anual, tal y como se espera que suceda en 2018.
El escepticismo está motivado por las experiencias del pasado. La última oleada de grandes reformas fue impulsada en los años 90. Entonces se generaron enormes fortunas, como el imperio construido por el magnate Carlos Slim. Slim compró el monopolio telefónica del país y se convirtió en el hombre más rico del mundo. Sin embargo, el gobierno jamás cumplió sus promesas de dinamismo económico, reducción de la pobreza o de beneficios para los consumidores.
Al mismo tiempo, con las nuevas y más recientes reformas “los resultados están muy, muy lejos de la tierra prometida”, comenta a VICE News Jonathan Heath, un economista independiente que trabaja en el DF.
A finales de agosto, en una encuesta publicada por el periódico Excelsiór, solo el 5 por ciento de los encuestados reconocían haber notado los efectos de algunas de las 11 reformas estructurales impulsadas por Peña Nieto.
Desde la oficina del presidente, se pide paciencia y se insiste en que ya se han levantado los bloques que conducirán al éxito.
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En reformas como la educativa, se exige ahora que los profesores rindan exámenes obligatorios. Se trata de mejorar el nivel, aunque los resultados no podrán valorarse más que a largo plazo. Por otra parte, la inauguración de industria petrolífera gestionada por el gobierno padeció una salida en falso durante la primera subasta destinada al desarrollo de los campos de petróleo. Sin embargo, una segunda ronda de remates celebrada el mes pasado superó las expectativas con creces.
El presidente redobló el discurso triunfalista de la reforma el martes. Entonces proclamó que se han creado 1.6 millones de trabajos desde que Peña Nieto asumió el poder. El ejecutivo se vanagloria no solo de que se trata de cifras “récord”, sino también de haber contribuido a la disminución de la economía sumergida del país y de haber impuesto un nuevo salario mínimo en las regiones de todo el país, de 70.10 pesos el día.
“Continuamos trabajando para que nuestro país y nuestra población tengan mejores condiciones de vida y lo estamos logrando poniendo en acción las reformas estructurales”, aseguró el martes Peña Nieto en la ciudad de Aguascalientes. “Somos un gobierno que no recurre ni a la estridencia ni a la ocurrencia”.
Sin embargo, el país ha montado en cólera con el anuncio de “Ya Chole”. La publicidad demuestra las dificultades que está encontrando el ejecutivo para reforzar su discurso sobre las reformas. Estas fueron arrinconadas del programa político del PRI por la masiva irrupción de crisis de seguridad, casos de impunidad y de escándalos de corrupción que asolan al país.
“El Gobierno se queja de que nos quejamos. No entienden que no entienden”, tuiteó Armando Regil, fundador de una think tank que publica investigaciones de estudiantes. Regil fue uno de los primeros en apresurarse a expresar su indignación ante la lectura que hizo el ejecutivo mexicano de Twitter. Allí, el hashtag #YaCholeConTusQuejas se convirtió en trending topic durante horas.
El gobierno de Peña Nieto ha dilapidado nada menos que 650 millones de dólares en campañas oficiales de publicidad desde diciembre de 2012. Así lo asegura la organización por la libertad de prensa Artículo 19.
Pese a la inmensa inversión, los analistas creen que los anuncios han fracasado entre el público. De la misma manera que también creen que las apariciones públicas del presidente, completamente rígidas, sometidas a pesados guiones, tampoco funcionan. Las intervenciones de Peña Nieto conectan con el estilo político de una época desfasada, de cuando el presidente tenía la última palabra en cuestiones nacionales y se silenciaba la disidencia.
“Sus asesores no tienen idea del país y cuánto cambió en 12 años”, sentencia el analista político Fernando Dworak, en relación a la larga temporada que el PRI se pasó como partido de la oposición. “No hay una narrativa que guíe a este gobierno, me refiero a algo básico algo que de un sentido de pertenencia y nos proyecte a alguna parte”.
Sigue a David Agren en Twitter: @el_reportero