Con una sed insaciable por los recuerdos, el siglo XIX estuvo marcado por la obsesión victoriana con la espiritualidad y primeras técnicas de fotografía. La introducción del daguerrotipo, una técnica fotográfica del siglo XIX, permitió a los victorianos capturar fotografías espectrales de sus seres queridos que ilustraban su actitud ante la intimidad y la muerte. En la era victoriana se desarrollaron dos tendencias fotográficas un tanto espeluznantes, una era lo que ahora llamamos “madres escondidas”, fotografías fantasmales de padres que aparecen escondidos tras velos, y la otra la fotografía post morten para retratar a los muertos. En una época en que las pinturas salían caras, la invención del daguerrotipo era una forma asequible de poder recordar a los seres queridos.
En la fotografía de las madres escondidas vemos a la madre escondiéndose detrás de un velo mientras sostiene a su hijo y el fotógrafo hace la fotografía de larga exposición. Esta práctica era necesaria debido a la lentitud de la técnica del daguerrotipo. Los niños más mayores podían sentarse en una silla o quedarse solos de pie, pero en el caso de los bebés los padres tenían que cogerlos en brazos para asegurarse de que no se movieran y la foto no saliera borrosa. Estos padres se colocaban tras una cortina o una silla y a menudo aparecían con un aspecto fantasmal mostrando sus manos o brazos.
Videos by VICE
La muerte en el siglo XIX no era tan dramática como en nuestros tiempos, pues la esperanza de vida rondaba los 40 años y había un alto índice de mortalidad infantil. Hans Kraus Jr, coleccionista de fotos de los siglos XIX y XX, dice a The Creators Project: “Hacia la mitad del siglo XIX, debido al alto índice de mortalidad, sobre todo entre niños, la muerte a menudo se percibía como una manifestación de la voluntad de Dios. Como la muerte solía ocurrir en el hogar, la experiencia se compartía con todos los miembros de la familia y se documentaba para poder recordarla”, explcia Kraus Jr.
La fotografía post mortem también era popular en la era victoriana. Según explica Kraus Jr.: “La fotografía post mortem servía para consolar a los supervivientes y recordar a los muertos. Una foto era un objeto tangible que representaba a los fallecidos y podía guardarse cerca del cuerpo”. En muchas ocasiones, los niños que aparecen en estas imágenes parecen dormidos, pero en realidad están muertos. A veces, el fotógrafo se aseguraba de que sus ojos permanecieran abiertos o los pintaban para que parecieran vivos.
Aquí encontrarás otras imágenes de la colección de Hans P. Kraus Jr.
Artículos relacionados:
Conoce a los fotógrafos de la muerte de la India
Estos huevos orgánicos convierten tu cadáver putrefacto en un árbol