Las joyas de la historia arqueológica no siempre son descubiertas de forma intencional, pues de vez en cuando son producto de lo que Bob Ross llamaba “accidentes felices”, y así es como se encontró recientemente la osamenta de un mamut en la comunidad de Xahuento, en el municipio de Tultepec del Estado de México, una región famosa por su producción de juegos pirotécnicos y ahora por este hallazgo.
Como parte del desarrollo de infraestructura de una comunidad llena de ejidos y polvorines, el gobierno municipal trabajó en introducir drenaje en la Avenida Saucera, pero se encontraron el pasado 22 de diciembre de 2015 con un conjunto de huesos que al poco tiempo serían confirmados como parte de un mamut de más de 10 mil años de antigüedad. Los restos fueron encontrados a dos metros y medio bajo la superficie y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encargó de la recuperación de los restos de este ejemplar.
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Luis Córdoba Barradas, arqueólogo del INAH, está a cargo de los trabajos de recuperación y señala “la posición de los huesos muestra que el ejemplar pudo haber sido parcialmente destazado por un grupo humano”. Según Córdoba Barradas, la forma en la que se encontraron dispuestos los restos es un indicio sobre la posible muerte del mamut en la zona: la gran cantidad de fango hacía que los animales se atascaran y se convirtieran en presa fácil para humanos y más depredadores.
Por su parte, la cronista municipal Juana Antonieta Zúñiga Urbán cuenta que debido a la fecha del hallazgo (coincidía con un cambio de administración gubernamental) se decidió tapar el lugar y buscar que el Consejo de Arqueología de México concediera la autorización para realizar las excavaciones formales con la finalidad de preservar los restos encontrados, y fue ya con la nueva administración que se consiguió la participación del INAH para el rescate.
“Son labores muy minuciosas, como lo amerita este tipo de rescates, para evitar dañar los restos de este ejemplar que se estima miden alrededor de 3.5 metros de altura”.
Los trabajos de excavación comenzaron el pasado 25 de abril y se espera que terminen a mediados de junio del 2016. El arqueólogo describió que hasta el momento hay unos 60 huesos recuperados y se está ampliando la zona de excavación para intentar localizar la totalidad de los restos y determinar si tienen un ejemplar completo. “Son labores muy minuciosas, como lo amerita este tipo de rescates, para evitar dañar los restos de este ejemplar que se estima miden alrededor de 3.5 metros de altura”, señaló.
El INAH señala que “a través del análisis estratigráfico, el investigador Luis Córdoba, adscrito a la Dirección de Salvamento Arqueológico, estableció que el mamífero perteneció al periodo final del Pleistoceno (hace 14,000-12,000 años)”. El propio Instituto señala que estos hallazgos recientes de megafauna en el Estado de México están vinculados a la existencia varios lagos poco profundos en la región.
Tultepec pertenecía a una zona que en la era pleistocénica se dividía en tres lagos durante las sequías: el de Ecatepec, el de Xaltocan y el de Zumpango, los cuales se unían en un solo cuerpo de agua, muy extenso, en los periodos de lluvias.
Este no es el primer hallazgo de su tipo en la zona, según Juana Antonieta Zúñiga, “desde hace mucho tiempo se ha tenido la noticia de que cuando la gente excavaba para construir su pozo artesano, drenaje o conductos de agua, encontraban osamentas que no eran reportadas de manera adecuada”.
Y bien, es evidente que podríamos tener un verdadero cementerio de mamuts bajo nuestros pies, incluso en una de esas podríamos entrar a la carrera por traerlos de vuelta a la vida, como al mamut lanudo.