En alguna ocasión, platicando con el honorable editor de esta publicación, salió a relucir el líder absoluto de El Tri de México, San Alex Lora, de quien mi editor dijo que si toda apropiación es una simulación, entonces Alejandro Lora lo hacía muy mal, que el vocalista de El Tri no representaba ni de lejos nada que se pareciera a nuestro Jagger mexicano. Y por fortuna.
Lejos de la evidente discrepancia que tuve con mi interlocutor, hay cosas que son evidentes: llevar a cuestas más de 40 años de trayectoria artística no es sencillo, y no exime a Lora de haberse convertido en una caricatura de sí mismo. No dan ganas, ni tantitas, de seguir escuchando “Triste canción de amor”, ni de ver al autor de “Niño sin amor” sacar leche de su bajo en forma de señal de pito, hacer los mismos chistes babosos de siempre y cantar rolas dedicadas a lo que sea, desde el taxista hasta el gato de la calle.
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Bien dicen que hay que saberse retirar a tiempo, y Lora debió haberlo hecho para tener un lugar decoroso en la historia del rock mexicano, por lo menos hace más de diez años. Sin embargo, y aunque las nuevas generaciones no lo crean, hubo un tiempo en que Alex Lora lo hacía bien, era la mugre rockera y tenía bien clavado el blues y el rock más agreste.
Al chilango incomprendido se le asocia con su domadora, la inmamable Chela Lora, a su mamá y la grabadora y, más recientemente, a los escándalos derivados de tener una hija malcriada. Pero previo a convertirse en El Tri de México por pedos legales, juglar rockero del populacho por excelencia, Alex Lora tuvo una larga etapa en la que sus canciones castigaban macizo como activo FZ-10, llenas de lugares comunes, sí, pero con un ingenio y chispa inigualables. Sirvan estos 45 pretextos para reivindicar una época en la que el ThreeSouls in myMind y un temprano El Tri eran políticamente incorrectos, rascuaches y muy, pero muy chingones.
Sin meterse en honduras de quién representa qué o si es más una simpatía de un tipo aferrado, las canciones rigen y siguen rugiendo a lo que son: rolas del rock más simple y machacón. Dense.
1.- Viejas del Distrito Federal: “… no les gusta nada, no les gusta el rock, de todo se quejan, y su idolo es Tom Jones. Así son las viejas, en el Distrito Federal”.
2.- “Oye túsabes que soy como una llanta, una vil llanta de camión. Ya muchos sapos he pisado, muchas botellas he quebrado y ya varias veces me han multado. Pero aún sigo rodando, todavía sigo rodando”.
3.- “Ya nadie piensa en el cariño, ya nadie piensa en el amor, los sentimientos están dormidos, después de la devaluación, yo sé que sí.Pobrecito Morelos, pobre del cura Hidalgo, los dos están temblando después de la devaluación”.
4.- “Betty Jean”. Y sí, también en english.
5.-Inyecciones de Rock and Roll.“Me sentí enfermo y fui a ver al doctor. Y el Doc me dijo Alex estás muy flaco. Él me dijo Alex estás muy flaco. Son las mujeres, el vino y el tabaco. Voy a decirles lo que me receto. Me recetó inyecciones de rock and roll. Pastas de boogie y jarabe de blues”.
6.- La encuerada de Avándaro. “Tengo una nena a todo dar, le gusta mucho rocanrolear, y ella me dice que me quiere y que no hay otro como yo. Y ella me confesó que ella es la encuerada de Avándaro”.
7.- Qué bonito es no hacer nada. “Qué bonito es no hacer nada y despues descansar. Que bonito es no hacer nada y después de no hacer nada descansar. Me gusta perder el tiempo, me gusta la libertad. Soy dueño de mi pensamiento, y no hay nada que pueda hacerme cambiar.
8.- Viejas Rolas. Esta canción vale toda la pena por escuchar a un Lora chimuelito e inflando cachete. Quizás esta canción es la génesis del infame “rock pujadito” que hoy tanto abunda en México.
9.- FZ10. Alex Lora le cantaba a la periferia, a la moreniza y a la pandilla que le pegaba al activo. El FZ 10 es chemo, resistolvaledor. Primer intento de Alex por moralizar a la banda drogata y segundo disco ya con el nombre de El Tri, en plan tengo dinero. Esto se convirtió en una chamba.
10.- Mujer diabólica. En el 87 comienza lo que para quien esto escribe es la mejor época de El Tri: abuso de flanger, letras callejeronas, pandilleritas y rock guerrero. La banda de Lora nunca lograría alcanzar los vuelos de discos como Niño sin Amor, Otra Tocada Más y 21 años después. Esta canción es la favorita: “Un señor, que es chamán, vivía en San Juan de Letrán, se la quiso ligar y no se la acabó. Ahora vive en el manicure”.
11.-Más allá del sol. Uno de esos primeros puentes de El Tri por el rock épico, una canción chicles matona que ya ni tocan.
12.- El boogie del SIDA. Pinche rolón de 1988 que habla de esta peste homicida que “decía la Biblia” que tenía que pasar.
13.- Sara. Antes de que Lora se pusiera a dar mensajes muy cercanos a próvida, había canciones como ésta, dedicada a la esposa del gran narcotraficante Caro Quintero, quien en esta rola se come las habas por salir del reclu para fumarse un kilo entero. Alex Lora era drogota y pedote y ya luego lo tapó en pro de la lana.
14.- María Sabina. Antes de Santa Sabina, la referencia más clara a la santa patrona de los “niños santos” fue esta rola de Alex Lora. Justo con esta canción comienza una etapa que combinaba buenas producciones con rolas respetables. Cábulas y oscuras todavía pero por primera vez con una buena lana de presupuesto. También en esta época (1989) comienzan las apariciones en la tele y el impero de Celia Lora Ono madre.
15.- El As no conocido. Una de las mejores rolas de Lora, dedicada a la banda mamona y escenosa con una de las letras más incomprensibles del mundo: “Johnny Winter, Johnny Walker, JB y Rocío Banquels. Los cuatro se juntaron y fue su perdición”.
16.- Tren del infierno. Definitivamente el disco 21 años podría verse como el último gran disco de Lora, a partir de ahí vino la gran debacle, la masificación y el mame interminable. Esta canción logra el crooner con el rock sencillo y oscurón. La historia de una morra perdida que termina de bailarina está contada con tino y sin las líneas burdas que hoy acostumbra Lora.
17.- Encuentros cercanos del tercer sexo. “Iba yo caminando, por San Juan de Letrán, viendo las nenas que pasan, bizcochos vienen y van. Una güera a todo dar, se me comenzó a lanzar, ella me dijo que quería que nos fuéramos a cotorrear. Todo era felicidad, yo me sentía muy galán, hasta que ella me dijo ‘mi nombre es Juan’. “El Conapred seguro se le hubiera ido a la yugular a Lora con una multota de haber grabado esto hace un par de años.
18.- Qué reventón. Hasta el pito: “Hubo un refuego allá en la vecindad, unos machines me invitaron a chupar. Qué reventón, qué loco reventón. Hubo cubetas de brandy y de ron, corrió el agua y uno que otro son”.
19.-La fuerza del amor. Tengo la teoría de que las rolas más honestamente pop están en los últimos tracks de sus discos de los ochenta. Desafinadas, tontorronas pero pegadoras. Casi evoca un beso apasionado adentro de un Chimeco iluminado con un bote morado vacío de Nivea. Olor a gasolina y la pinche fuerza del amor.
20.- Presta (en vivo en Santa Marta). En el 89 se puso de moda tocar en los reclus, aunque no fue la primera vez que se hacía esto, sí se instauró sacar disco de ello. La contraparte más rasposa del disco en vivo en Santa Marta de El Tri es Capturados de la Banda Bostik (en vivo en Reclusorio Barrientos), de ese mismo año. El opus de ese disco tiene con queso: “tú dices que eres bien macizo pero andabas bien erizo cuando yo te vi”.
21.-Vampiro. Un de lo peor, vividor, bebedor, un pinche cinturita. Alex Lora sí sabía de qué lado mascaba la iguana en los setenta. Sin más.
22.- Enciende el cerebro. Regresando a su segundo disco como El Tri, esta rola parece presumir un grupo que pudo irse más hacia algo muy a lo ZZ Top que a la familia Burrón en ron con coca. Buen tema.
23.- Viejas de vecindad (versión En Vivo y a Todo Calor). Una de las baladitas más pegadoras de Lora y comitiva, valiendo madre el audio y dándose cuenta que con los años logró jalar a mexicanos de todos los estratos. Este sería el último testimonio en vivo fresco de El Tri.
24.- Cuando canta el grillo. Saltándonos el infame disco 25 años, en donde empieza a irse todo al garete con rolas a la Arjona y analogías pendejas a mil por hora, más la incorporación de su ruca en los coros, nos vamos al disco Indocumentado, igual del 92, donde si bien continúa esa avalancha de letras tontorronas y de hueva, hay unas que encuentran en el humor involuntario su encanto. Como ésta, que es un homenaje a CriCri que saca mucho de pedo.
25.- Así se hacen los chismes. Al final de los tiempos, Lora se va a evidenciar por hacer rolas de cosas que no dicen casi nada, pero… psss, está chido. Esta canción tiene toda la onda de tira cómica con una tónica grave. Patentar ese portento de estilo tiene lleva su tiempo. Medios de comunicación y chismes.
26.-Puros Chango. Que alguien me dé de esa cosecha que consumía el Lora en el 89. Una canción de changos rockanroleros. Bien jugado, Alex.
27.- Otro pecado. Uno de esos rockcitos en los que aún le creíamos a El Tri que eran recios, putañeros y gandallones, pa bailar rock blues con grasa y pantalones ajustados.
28.-MannishBoy. Lora fumaba demasiada macoña, le gustaba Waters, Johnson y Hendrix. Además mascaba el inglés mejor que algunos de sus contemporáneos. Este cover a la clásica Mannish del buen Muddy no tiene desperdicio… ni calidad. En vivo en el Reclusorio Oriente, que venía en un disco del 78 en donde viene en la portada una señora sin piernas, que yo de niño creía que era María Sabina. Y no.
29.- Amor Amor. Del disco La Devaluación (originalmente llamado No Hay Quinto Malo), esta canción demostraba la capacidad de Lora para hacer canciones a casco porro, gestando más que un estilo, un oficio, una habilidad. Rock inocente pero ya con un paso fuera de las calcas anglosajonas predominantes en los sesenta.
30.- Déjate Querer. Antes había censura de a debis en México, y las analogías tenían que estar, si no más sutiles si mejor plantadas. Aquí el amor es la droga, el atasque y el rock. Que Alex Lora se retire o recapitule este mood de rolas parece una labor insalvable. Estoy seguro que si Lora cantara estas rolas cañeras siempre, otro México sería.
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