No son pocos los episodios de crisis personales desde los cuales han surgido momentos de particular sensibilidad para la cultura musical contemporánea. Quizás en la música electrónica el caso más conocido sea el de Brian Eno; estando hospitalizado tras un accidente, el inglés visualizó —desde su cama, sin poderse mover y escuchando música de arpa sonando en un aparato con uno los altavoces atrofiados—los preceptos que lo llevaron a la creación de lo que hoy conocemos como ambient music.
Damage Count, del productor mexicano Emmerichk, marca un punto de inflexión de gran importancia en las historias tanto de este creador como del catálogo de lanzamientos de ENSAMBLE: se trata por un lado, del primer lanzamiento público en varios años de un artista con más de una década de producir música ininterrumpidamente -con releases dentro y fuera de México, y cuyo particular recelo hacia las escenas y los circuitos musicales locales y foráneos le ha hecho permanecer voluntariamente al margen de los mismos gran parte del tiempo. Pero además, hay una historia de vida y permanencia detrás de este álbum, tan estremecedora que sin ésta no podría entenderse del todo la narrativa y la particular fuerza de Damage Count. Porque ver la muerte de frente, a los ojos no es poca cosa, lo que ha de venir después, cuando se vive para contarlo, no debe serlo tampoco. Damage Count es el producto de un desafortunado accidente ocurrido en enero de 2017 y del cual Emmerichk se está recuperando aún mientras lees esto.
Videos by VICE
El proceso de creación de lo que su autor llama “el soundtrack de todo lo que viví desde el accidente hasta el largo proceso de recuperación”,no inicia frente a las herramientas de producción, sino inmóvil, convaleciente en cama. Y es un álbum que, estamos seguros, a nadie dejará indiferente.Sin poder siquiera sentarse, Emmerichk fue concibiendo mentalmente los bocetos de los trece cortes que forman el álbum, ayudado a veces por lápiz y papel; en algunos casos, los menos, trabajo sobre track que ya había comenzado anteriormente.
Pese al doloroso origen de la obra, el resultado es un jam que fluye con completa libertad, y al final, se trata de uno de los trabajos más luminosos en la carrera del productor, quien decidió compartirlo con el público para dejar no solo un testimonio, sino también un mayor legado de su obra ante la incertidumbre que enfrentamos todos aquellos quienes estamos vivos.Así, este soundtrack post-IDM, lleno de leads de síntesis análogos robustos, texturas y pads atmosféricos que crean conmovedores sentimientos de altura, comunica no únicamente un vigor único, sino que es narrativamente una obra redonda que pareciera tener muy claro suplan de desarrollo a seguir, con introducción, desarrollo y desenlace reales, cada uno con la fuerza dramática adecuada para funcionar unitariamente y en conjunto.
Damage Count representa más de ocho meses de trabajo para dejar atrás “el peor año” en la vida de Emmerichk; sin ponerle mucha poesía al álbum – ésta se encuentra ya en sus atmósferas, es sus secuencias, en sus ecos y sus líneas armónicas- se trata de un disco en donde contrastan episodios de mayor luminosidad que otros; momentos de sombra con otros de luz, de reclusión y sensación de abandono con otros de mucha más esperanza, es un viaje en el que, no nos cabe duda, el creador tuvo tiempo, mucho tiempo, para encontrarse con sus miedos, para llevar a cabo reflexiones muy personales y seguir adelante.
Aquí está el primer avance público de Damage Count
Todos los lanzamientos de ENSAMBLE están en su Bandcamp