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En esta sala de Clubhouse la gente gime como ballenas

Ballena saliendo del agua

Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.

Clubhouse, la app de audio por invitación donde los usuarios pueden crear salas para hablar sobre cualquier tema, ha sido un espacio que alberga de todo, desde campañas de acoso contra doctores hasta acaloradas discusiones públicas con celebridades. Pero las “salas de gemidos” de la app —que ofrecen una cacofonía ininterrumpida que abarca sonidos de animales, gritos y contenido ASMR situacional— son probablemente algunas de las salas populares menos comprendidas.

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Una sala en particular, la Whale Moan Room (la Sala de gemidos de ballena), salió de Clubhouse y se volvió viral en Twitter después de que varios grupos de usuarios afirmaran ser los creadores originales, lo que culminó en los argumentos siendo ahogados con peticiones para resolver la disputa con un “concurso de gemidos”. Es exactamente lo que parece: los participantes en la sala gimen incesantemente como ballenas, a veces inventando personajes con historias de fondo, mientras que los moderadores hablan en lenguaje humano y fingen ser investigadores de ballenas. ¡Sencillo!

Al principio había muchas salas de gemidos. Desde los primeros días de la app han surgido varias iteraciones: algunas ofrecían premios en efectivo y otras simplemente eran una oportunidad para perfeccionar el oficio. No está claro cuándo comenzaron este tipo de salas, pero estas versiones anteriores han aparecido y desaparecido de nuestra conciencia con regularidad, como cuando el actor LaKeith Stanfield ganó un premio en efectivo de 300 dólares en diciembre por gemir. En el podcast Higher Learning, dijo que la sala era “lo más divertido que he visto”.

Fue entonces que nacieron las salas de gemidos de ballenas. En febrero, un grupo particular de amigos inició la Whale Moan Room original que se volvió viral, enfocándose en crear un espacio para noctámbulos, donde los usuarios de la diáspora asiática pudieran pasar el rato hasta altas horas de la noche. La idea surgió después de una sesión de discusión sobre el sueño.

“Mencioné que había estado escuchando en loop una lista de reproducción de sonidos de ballenas en Spotify para ayudarme a conciliar el sueño”, dijo April Chan, una de las moderadoras de Whale Moan Room, en un correo electrónico. “[La idea ] debe haberse quedado con el equipo, porque al día siguiente Noah Conk y Joe Park crearon Whale Moan Room por puro entretenimiento”.

A partir de ahí, Chan y su grupo de amigos se reunieron y empezaron a idear formas de “burlarse unos de otros” y divertirse en un “espacio sin juicios morales”. La verdadera magia de la sala, dijo Chan, fue que se convirtió en un lugar para que las personas “se rieran, se liberaran del estrés o incluso tuvieran un espacio alternativo para expresarse auténticamente. ¡Todo con diversión!”.

“Joe, April, Slyvia, Cat, Kofi, Andrew y yo decidimos que éramos ‘investigadores profesionales de ballenas’, estudiando sus gemidos”, agregó Noah Conk, otro de los cocreadores. “Los participantes hicieron que la sala fuera especial, con las historias creativas que aportaron y su deseo por divertirse”.

Otros miembros del grupo describieron cómo los participantes inventaban sus propias biografías intrincadas cuando se unían a una sala, particularmente en las de gemidos de ballenas, donde algunas historias notables incluían: “la ballena que se escapó” o “la ballena que perdió a su familia”. La audiencia impulsó en gran medida la creación de personajes y las sesiones; la única guía real fue que el equipo continuó con su papel de investigadores de ballenas.

A partir de ahí, las salas crecieron con rapidez a medida que cientos de personas se unieron para participar no solo en la Whale Moan Room, sino también en las salas de gritos Super Saiyajin y una sala llamada Padres asiáticos dando comentarios positivos.

Conk le dijo a Motherboard que al crear las salas, estaban tratando de “encontrar algo que fuera nostálgico, divertido, o que hiciera falta en nuestras comunidades (Padres asiáticos dando comentarios positivos)”, y Clubhouse brindó una oportunidad perfecta para dejar que la gente se lanzara de lleno a crear personajes serios o divertidos con otras personas similares.

Durante un tiempo, las cosas parecieron marchar sin problema. Pero luego los influencers de la app se enteraron de sus salas, dijo el equipo. Lo que en un inicio comenzó con la aparición de otras salas de gemidos se convirtió en un intento por apropiarse de la idea y eliminar el propósito real de las salas: espacios para la informalidad, interpretar personajes y la construcción de una comunidad en medio de la pandemia.

“Es algo que se repite con demasiada frecuencia en Clubhouse. Actualmente, la app está construida sobre la cultura negra y se inspira en la comunidad negra. Punto”, dijo Conk. “Muchas de estas salas nacieron de la increíble comunidad negra de Clubhouse (es decir, las “salas de gemidos”). La mayoría de los creadores de estas salas conceptuales son personas de color. Incluso el espacio de los tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés) que ven hoy en día es gracias a Lady PheOnix: fue una de las primeras en hablar con la gente en Clubhouse sobre cómo acuñar y crear NFTs”.

Grupos de influencers crearon sus propias Whale Moan Rooms, les dijeron a otros que eran los creadores y escribieron biografías en las que afirmaban haber creado varios tipos de salas de gemidos. Fue entonces que el grupo de Chan creó otra sala para crear conciencia sobre lo que describieron como un grupo organizado en Clubhouse: los “Clubfluencers”.

“Los Clubfluencers estaban pasando tiempo juntos en la vida real, escondiéndose detrás de un solo avatar. No decían sus nombres y estaban creando caos en nuestra sala”, dijo Conk. Sin embargo, lo que más molestó al equipo fue que los Clubfluencers ahogaron sus preocupaciones, insistiendo en que “deberíamos resolverlo mediante gemidos” o tener “un concurso de gemidos”.

Para el equipo, el verdadero problema fue que estaban “usando el humor de nuestras salas como un arma” para desestimar las preocupaciones de que este era otro ejemplo de “eliminación de la creatividad de las comunidades BIPOC/NBPOC (personas negras indígenas de color y personas de color que no son negras, respectivamente)”.

“Para nosotros, el conflicto hizo surgir un sentimiento familiar de gente blanca que plagia nuestro contenido creativo original y lo reclama como propio, además de no dejarnos hablar, mientras invalida por completo nuestras preocupaciones”, dijo Chan a Motherboard.

“Institucionalmente, he observado que mi voz como una mujer del sudeste asiático es silenciada e ignorada constantemente, en mi propia universidad, un espacio predominantemente blanco, así que fue un detonante negativo revivir esa experiencia en Clubhouse, un lugar que considero sagrado; para mí y mi comunidad de la diáspora asiática”, explicó. “Que nos borraran, como si no importáramos, es una agresión que ya tolero en la vida real”.

La mayoría de las veces, cuando hablamos de cómo los creadores de contenido que no son blancos son plagiados y eliminados, nos enfocamos en el aspecto monetario. Si bien hemos visto una y otra vez que los creadores de contenido negros pueden hacer todo tipo de artefactos culturales que se disfrutan ampliamente, son principalmente los creadores de contenido blancos los que terminan ganando dinero haciendo lo mismo. Sin embargo, lo que le preocupa al grupo detrás de Whale Moan Room es que en los intentos torpes de otros influencers de atribuirse el mérito, ganar seguidores y aumentar su propio potencial de monetización, la comunidad que se formó en torno a estas salas quedará aplastada.

“La belleza de nuestra primera sala es que se convirtió en un espacio seguro para que cualquier persona procesara sus emociones con un sonido sin palabras, sin importar por lo que estuvieran pasando ese día. Y una gran parte de lo que hizo que la sala de gemidos de ballenas fuera tan viral fueron las bromas y los comentarios entre los moderadores (realmente disfrutamos de la compañía del otro) y el espíritu kampong que fomentamos”, contó Chan a Motherboard.

“De esa manera, ninguna de las versiones posteriores (que nosotros no encabezamos) logró recrear la magia de los espacios que construimos”.