En Imágenes: La Habana antes de la inminente llegada de empresas extranjeras

Desde que Fidel Castro dejó el mando del país insular en manos de su hermano Raúl, la vida en la Cuba socialista ha experimentando lentos pero significativos cambios.

Tras el anuncio en diciembre del “deshielo” en las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba y la salida definitiva del país caribeño de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, se ha especulado mucho con la llegada de una inminente avalancha de inversiones de empresas extranjeras. Grandes multinacionales como Mastercard, JetBlue, o Pfizer ya han dado el primer paso para quedarse con parte de lo que intuyen será un suculento nuevo mercado.

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“Queremos que los empresarios de Nueva York estén a la cabeza de esta nueva oportunidad”, declaró el gobernador de Nueva York, Andres Cuomo, durante su viaje a la isla realizado semanas atrás junto a un grupo de ejecutivos de grandes empresas neoyorquinas. Este viaje representó la primera visita oficial de un gobernador estadounidense a Cuba tras el comienzo de normalización de la relación con Estados Unidos.

Un alto cargo de la empresa MasterCard dijo durante ese viaje que su empresa ya estaba preparada para prestar servicio en Cuba.

Si bien los ciudadanos de Estados Unidos aun no pueden hacer turismo en Cuba si no se encuentran dentro de alguna de las 12 categorías autorizadas para visitar la isla, desde diciembre es más fácil conseguir una visa. Algunas compañías ya se preparan para la liberalización de esta regulación. La aerolínea JetBlue ha declarado que comenzará a realizar vuelos comerciales directos desde Nueva York a La Habana a partir del 3 de julio.
En ese mismo sentido, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha emitido licencias para el transporte de pasajeros por vía marítima a través de ferris.

En lo que va de 2015 los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba se incrementaron en un 36 por ciento en relación al año anterior, según The Associated Press.

Gente haciendo cola para comprar objetos de segunda mano en el portal de una casa 

Caseta de correos donde se puede adquirir el histórico periódico Granma.

Una encuesta publicada el 23 de marzo por el Instituto Republicano Internacional, una organización que recibe fondos del gobierno norteamericano, refleja que el 55 por ciento de los cubanos desea abandonar la isla.

Tras la reforma migratoria del 2013 los cubanos ya no necesitan la ‘carta blanca’ — una autorización del gobierno — para viajar. Las restricciones actuales se limitan a tramitar el pasaporte, reunir el dinero necesario, y conseguir el visado del país al que se desea ir. El gobierno aun se reserva el derecho de impedir salir del país a determinadas personas por motivos políticos.

El principal ingreso en la economía de Cuba es el turismo. Desde que Raúl Castro relajó las restricciones para los negocios privados en 2008, muchos propietarios de viviendas han adquirido un permiso estatal para alquilar habitaciones a extranjeros en casas particulares.

Recientemente la empresa Airbnb ha anunciado su desembarco en Cuba, transformándose en una de las primeras empresas estadounidense en ingresar a la isla tras las décadas de bloqueo.

Airbnb se expande a Cuba, donde sólo un 4 por ciento de las casas tiene Internet. Leer más aquí.

Negocio privado de arreglos de objetos de joyería. 

Punto de venta en la ventana de un hogar.

En la capital cubana, las puertas y ventanas de las casas y los locales a pie de calle — e incluso algunas entradas de edificios — se han transformado en los últimos años en improvisados puntos de venta de café, alimentos, sándwiches o prendas de ropa. La variedad no abunda, pero la posibilidad de vender de forma privada e independiente del Estado es uno de los cambios más significativos tras el la llegada de Raúl Castro a la presidencia.

Así mismo, a finales de 2010 el gobierno aprobó 178 categorías de autoempleo, que luego fueron ampliadas a 181.  La nueva ley permitió el surgimiento de nuevos locales no estatales, como cafeterías y ‘paladares’ — restaurantes en casas antiguas — de propiedad privada, que conforman un nuevo modelo de subsistencia legal para los cubanos.

El antropólogo Roberto Armengol de la Universidad de Virginia en Estados Unidos explicó a BBC Mundo que si bien los emprendimientos por cuenta propia “han existido desde el inicio de la revolución”, “lo que ahora sí será posible, aparentemente, es hacerlo con menos dificultad y preocupación, con más visibilidad”.

El emblemático centro comercial “5ta y 42”.

La conexión a internet en Cuba es limitada. Solo extranjeros con permiso de permanencia temporal o definitivo pueden tener conexión en su casa, y es por línea telefónica. Los ciudadanos comunes tienen acceso a una “intranet” controlada por el Estado en sus lugares de trabajo y en las escuelas. Solamente un 4 por ciento de los cubanos tiene acceso a internet en su casa. La escasa transmisión de datos gira entorno a los 40 kbps.

El sitio web de ETECSA publica que “por el momento este servicio no se oferta a las personas naturales cubanas (…) ni al sector residencial cubano”. Tras las recientes conversaciones entre EEUU y Cuba sobre telecomunicaciones, un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que el gobierno de Cuba se habría comprometido a dar conexión a internet al 50 por ciento de su población para el año 2020.

Fotos de Cristina Santa Quiteria. Síguela en Flickr aquí
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