A veces, cuando veía películas de Almodóvar o escuchaba música de Nas, me encabronaba que escasos artistas chilangos ––más allá de las riquezas encontradas en el rock urbano–– se atrevieran a darle sentido a la identidad de su y mi casa, la Ciudad de México. No obstante, ha pasado el tiempo y la superficie se ha erosionado, lo que me ha permitido llegar a un subterráneo con propuestas tan defeñas como suadero en el diente y la hora doble y diaria de los bitles en Universal Stereo.
Israel Ramírez, nativo de Iztapalapa y cantautor heredero de las glorias de Rockdrigo y Alex Lora, ha sido uno de los sostenes más importantes de ese rescate identitario a través del uso de la jerga, del juego de referencias, y de la anécdota cotidiana, narradas mediante uno de los proyectos musicales más sólidos de la capital, que recibe amor a diestra y siniestra de prácticamente cualquiera que lo escucha, Belafonte Sensacional.
Videos by VICE
Desde hace más de una década, el Isra se ha valido de la crudeza del punk y la pulsión del folk para darle vida a su banda, una chusma de desmadrosos que profesan el destroy y el autodestroy, aman el tejuino y tienen al slam como una suerte de religión gnóstica, siendo su máxima una frase que reúne el sentimiento cataclísmico de los sensacionales: “esto es de vergueros”.
En un par de semanas, Belafonte Sensacional lanzará el primer adelanto de su nuevo LP Soy Piedra, que ahondará en el proceso de transformación personal que ha llevado a cabo el buen Isra en todos sus niveles. Soy Piedra, además, es uno de los discos más esperados en la música independiente mexicana actual, pues la reputación del proyecto reside sólidamente en Gazapo (2014) la placa anterior del grupo y receptáculo más legítimo de todas las características mencionadas arriba.
Sin embargo, el cantautor chilango también está explorando una nueva faceta artística al formar parte de Teresa Cienfuegos y las Cobras, proyecto emprendido por Óscar Pereyra que une a miembros de diversas bandas capitalinas en una pandilla de jangle y punk que suena a escena de acción de película de luchadores. Un pedo muy vintage y muy caótico. “Topilejo” es su primer canción, y habla sobre ir a comprar piedra a un lugar que se llama San Vicente.
Para platicarnos más del presente y futuro cercano de ambos proyectos, nos conectamos por fon con Isra, quien nos contó de su papel, tanto protagónico como secundario en Belafonte y en Teresa Cienfuegos, y también nos dijo cuál es su piedra favorita.
NOISEY: Busqué Teresa Cienfuegos en Youtube y me apareció una morra española que canta baladita pop, ¿supongo que su rollo va por otro lado?
Israel: Jajajajaja sí, definitivamente. Teresa Cienfuegos es principalmente un invento de Óscar Pereyra. Bueno, más bien yo diría que es un invento de Jack Kerouac, primero. Es un personaje. Una mexicana de la cual se enamora Jack Kerouac en una de sus novelas. Y Óscar Pereyra, quien formó la banda, creó el proyecto alrededor de ese nombre, agregándole ‘Las Cobras’ al final. A lo mejor debiste haber puesto Teresa Cienfuegos y las Cobras, jajaja.
Jajajajaja, tal vez. La verdad es que era un poco de mame, obviamente el video de “Topilejo” es el que aparece primero, tiene sus views.
Jajajaja, a huevo.
Platícame un poco de cómo surge Teresa Cienfuegos, más allá del nombre.
Aproximadamente un año atrás nos juntamos Óscar y yo. Él es fundador de una banda de culto de aquí de la Ciudad de México que se llama Los Negretes, él escribía, cantaba y tocaba la guitarra, y pues tuvo una crisis interna ahí en el grupo y decidió dedicarse al cine. Llevaba ya unos cinco años dedicándose a hacer guiones y filmar, y de repente nos encontramos en el camino. Ya teníamos unas canciones guardadas y hubo muy buena química entre los dos, porque tenemos estas mismas obsesiones con la Ciudad de México, con la jerga, con sus calles, con sus personajes. Un día me dijo ‘pues voy a hacer otra banda, éntrale’, y básicamente le entré a tocar la guitarra. Después llegó Andy Mountains, que es también un cantautor de acá de la Ciudad de México que con nosotros toca el bajo, y están también la baterista de Kira, se llama Yaya, y Fiebre Andina, que se encarga de los coros y el pandero. Así fue como nos juntamos los cinco para hacer este combo medio punk con mucho de jangle también, nos interesa mucho ese sonido. Entonces pues es un poco de todo eso. Ahorita está nomás esa rola [“Topilejo”] que habla básicamente de ir a comprar piedra, jajaja.
Supongo que los cinco son muy compas.
La verdad es que nos hemos hecho muy amigos por todas estas coincidencias que tenemos. Nos obsesiona la canción como expresión artística y literaria, porque Óscar lleva ya también mucho tiempo haciendo canciones. Creo que una de las cosas más interesantes que tenían Los Negretes era la forma de escribir las canciones y las historias que contaba. Y bueno, Belafonte creo que también lo que nos caracteriza es eso, el trabajo detrás de las letras, y la manera cómo abordamos la Ciudad de México. Es eso, sentimos que somos como un colectivo, una pandilla, un frente sonoro de la Ciudad de México.
Los cinco nos juntamos en el café Tlalpan. Damos largos recorridos nocturnos, en coche y a pie. Buscamos droga, suaderos, tripa y la mejor lengua. Tocamos en un cuarto en La Portales, cerca de Los Andes, y nos gusta ponernos changos en la calle. Piedro madrea a Fiebre, Andy mira a Yaya, y Yaya se ríe de todo.
¿Los conocías ya de antes o solo a Óscar y los demás fueron llegando?
Pues conocí a Andy Mountains primero, hace como tres años, y él en una tocada me presentó a Óscar Pereyra, pero como que a la primera impresión no hubo mucha química, creo. Ya después creo que Óscar fue a una tocada de Belafonte en el Alicia, le gustó el pedo y nos empezamos a ver más seguido en tocadas hasta que un día me invitó a su casa ahí por la Portales, y me enseñó algunas canciones que tenía en la guitarra. Fue algo muy chingón la neta, porque llevaba mucho tiempo ya sin siquiera tocar la guitarra; entonces fue como un buen descubrimiento. Y ya él conocía a Yaya por otros lados, porque ella tocaba rockabilly en una banda que se llama Los Leopardos. Entonces pues fue ahí él quien se encargó de ir juntando todas estas piezas.
Y ya tienen un disco preparado ¿no?
Ajá. Acabamos de sacar el sencillo que se llama “Topilejo”, que forma parte del LP que vamos a sacar y que se va a llamar El Príncipe Idiota.
Jajajaja, como el de Dostoyevski.
Sí, exacto. Óscar es un obsesionado de Dostoyevski. Yo la verdad es que solo le he entrado a dos de sus novelas, El Jugador y Noches Blancas. Creo que realmente no le he entrado a lo pesado de él pero sí, Óscar se inspira mucho en él y esas canciones reflejan mucho de eso que significa El Príncipe Idiota.
Siempre debe de ser chido trabajar con otra gente por el simple hecho de combinarte con nuevas personas ¿no? Además de que, no sé si este sea el caso, pero te puede liberar de ciertas presiones creativas.
La verdad es que, para serte honesto Juan, creo que empecé a aprender a tocar la guitarra en Teresa Cienfuegos, jajaja. La tocaba pero principalmente para componer canciones y obviamente sabía lo básico, pero ahora como acompañamiento pues más bien no buscaba componer, sino encontrar arreglos o sonidos que pudieran complementar las canciones que ya estaban creadas, que ya estaban hechas. Me quita mucho peso también, de ser frontman y estar ahí al frente, me quita ciertas responsabilidades y me da otras. Encontré muchas cosas, como que me gusta un chingo el delay, y que me gusta más crear atmósferas que ritmos. Son muchas cosas ahí en mi papel dentro de Teresa Cienfuegos. También creo que considero a cada uno de uno nosotros una pequeña bestia en vivo. Creo que de Los Negretes, además de sus canciones, eran chidos por sus conciertos, que eran más bien actos increíbles. Y Andy Mountains también, es un músico que ha pulido mucho su acto en vivo hasta el momento. Y Belafonte pues creo que algo que nos caracteriza también es esa energía. Nos juntamos ahí los cinco y pues se vuelve una locura.
¿Qué diferencias hay entre Belafonte y Teresa, teniendo en cuenta que ambos parten de una crónica muy urbana y de muchas referencias a la cultura popular?
Belafonte la verdad que para mí ha sido una búsqueda, una búsqueda de identidad, incluso en este último disco que estoy haciendo que es Soy Piedra, estoy encontrando todas las masas de ideas y sonidos que me interesa poder plasmar en un disco. Empecé buscándolo a través del folk y el blues, y como que he ido paseándome entre ritmos, estilos y formas hasta encontrar esto, que es algo de lo que me siento muy orgulloso. En cambio con Teresa, me parece que lo tenemos ya claro, no hay una búsqueda sino una explotación, es algo más concreto y más claro. Creo que tiene que ver con que Óscar y Andy Mountains y también Yaya ya tenían encontrados sus caminos ellos. Pero en general encuentro más cosas en común entre los dos proyectos. Me gusta pensar que somos una especie de frente en la Ciudad de México, creo que hay muchas bandas buenas aquí en la Ciudad, pero creo que muy pocos exploran su propia identidad. Creo que es algo que sucede más en otros géneros como el rap, hay más orgullo en hablar sobre quién eres, de dónde eres, y cosas así. Me parece que en el rock, siempre hay como una aspiración a ser, y una negación a lo que eres. En general eso es algo que diferencia a Teresa y a Belafonte de otros grupos, que estamos muy orgullosos de quienes somos, y nuestra identidad es parte importante de lo que nos construye como artistas.
Pues sí, qué hueva que en México siga habiendo proyectos que quieren imitar la identidad y el sonido de cosas como los Kooks.
Jajajajajaja, sí. O a Tame Impala. Creo que ahora hay muchos de esos.
¿Y con Belafonte qué pasa? Vi por ahí que hace unos días anunciaron en Facebook el nuevo disco del que ya me platicabas un poco.
Te digo que llevaba ya mucho tiempo intentando encontrar un sonido, y todo este último año estuvimos trabajando un conjunto de canciones que ya tenía, y con las cuales ya tenía una idea más o menos clara de lo que quería sacar con cada una. Lo trabajé con la banda, y encontramos a Hugo Quezada que es un musicazo y un gran productor, ha trabajado con El Shirota y con Aarón Bautista entre un chingo, y él me ayudó mucho a buscar este sonido que estaba buscando, que creo se aleja un chingo a lo que he hecho. Y bueno, logramos concretar 11 canciones, bueno 12, porque voy a sacar una, de este disco que se llama Soy Piedra, que va un poco por la obsesión que tengo desde hace unos ocho años con la palabra piedra dentro de la canción popular, desde Bob Dylan y Muddy Waters hasta Caifanes…
El Tri…
Exacto, el Tri también. Me interesa mucho que la palabra piedra no solo simboliza una cosa, es polisimbólica o no sé cómo llamarlo, tiene muchos significados, desde sus referencias bíblicas, hasta la droga. Y también fue cosa de que buscando otras referencias literarias, me encontraba con que la palabra piedra significa transformación, y creo que justo este es un momento de transformación para la banda, entonces lo uní con eso, con soy piedra y soy transformación y soy droga y también soy bíblico porque me llamo Israel jajajaja. Vamos a lanzar un primer sencillo que se llama “Epic Aris” que también tiene un chingo de referencias a Parménides, a José Agustín, y a varios artistas más. Con eso vamos a salir ya en unos días, el 7 de diciembre.
Sobre ese proceso de transformación de Belafonte, ¿qué podemos esperar?
Pues más bien creo que no es una transformación puramente estética o sonora, es escénica y de temáticas también, abordo la Ciudad de México pero desde otros ángulos. Antes era muy basado en la jerga, en calles y formas, pero ahora también es desde la parte introspectiva de la Ciudad, yo diría que las cañerías. La gente nos ubica como una banda de folk o de punk, que remite fácilmente a Rockdrigo González o a el Tri, pero creo que somos más que eso. Sí somos eso, pero somos muchas otras cosas más, y tenemos la ambición de demostrarle eso a toda la gente, entonces en este disco incluimos desde jazzitos psicodélicos, hasta grindcore, soul, dembow metemos por ahí en algunas canciones, no tal cual reggaetón aunque sí jugamos con ese ritmo. Y bueno, es tratar de quitar esas etiquetas, y más bien desarrollar todas nuestras ambiciones musicales y literales.
Un tema del que siempre estuvimos pendientes pero no supimos cómo se resolvió, quiero pensar que de manera favorable, fue lo de juntar la lana para producir el disco.
Sí se juntó después de todo. Estuvimos tres meses chingándole, porque la neta no queríamos hacer una fondeadora. A mí me daba culo la verdad, que no funcionara o que tuviéramos que poner nosotros la lana. Entonces decidimos hacerlo a nuestra forma.
A lo punk.
Exacto. A lo punk. Sin intermediarios. Poniéndonos a tocar como locos y pidiéndole a la banda que nos comprara mercancía, que nos contrataran para tocar, y fueron esos casi tres meses tocando cada fin de semana aquí en la Ciudad. A veces eso es algo muy cabrón, que sí salen fechas en Pachuca, Puebla, Acapulco, pero la Ciudad de México fue la que nos respaldó. Ahora sí que mi barrio me respalda, jajajaja. Digo, hay gente de fuera que nos mandó varo y así, pero creo puedo decir que este disco lo pagó la Ciudad de México. Eso es algo muy verga. Y pues es algo que nos deja muy contentos, porque logramos hacerlo, así en nuestros propios términos. El disco lo hicimos además con colaboraciones muy verga, Camille Mandoki nos ayudó en las voces, Paulina Lasa en el piano, Mabe Fratti en el cello, y Óscar Coyoli hizo el arte.
Y a todo esto, ¿cuál es tu piedra favorita? ¿Una gema, una canción, el crack, la que se encontró José Alfredo en el camino?
Mmmmmm, creo que tengo una, pero es una frase, we. Hace como tres años descubrí a un escritor norteamericano que se llama Jim Dodge, que es un we anarquista, ecologista y poeta muy sabio. Tiene una novela hermosa que se llama Stone Junction, que es como Harry Potter con rock & roll, y viene una frase muy verga que dice “la piedra más hermosa es el río en llamas”. Esa es mi piedra favorita.
Conéctate con Noisey en Instagram.