Han pasado casi tres años desde Ohkela, su último disco. Ximbo ha dedicado ese periodo de tiempo a cumplir misiones que no pueden escapar de su personaje. Siempre dedicada, espiritual, altruista, y con dotes para regalar sabiduría ancestral implícitos en ello, Ximbo ha llenado su agenda con talleres, congresos, colectivos, y diversas plataformas ––a los que se suma el cometido más despiadado a la vez que gratificante de su vida: ser madre––, postergando su vuelta formal a la actividad artística hasta este momento.
Para la gente que consume rap hecho en México desde hace un año o desde hace dos décadas, Ximbo es un nombre irremediablemente familiar. Para quienes no, sepan que Sista Flava es una de las primeras femcees nacionales surgidas en el seno de un circuito y una cultura donde el separatismo de géneros, tradiciones, orígenes y maneras de hacer arte han sido moneda corriente ––aunque también lo contrario. Ximbo ha formado parte de proyectos relevantes en la panorámica histórica del rap mexicano, a nivel musical ––Magisterio, creado en 2001 junto a Van-T––, y también a nivel contextual –con Mujeres Trabajando, por mencionar el colectivo más significativo del que ha formado parte–.
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Parte de una generación de MCs latinoamericanxs con particular énfasis en la consciencia y el mensaje, la rapera de Ciudad de México ha predicado siempre con creencias construidas en un estricto ejercicio autodidacta, siendo ahora una de las personas con intenciones más claras en el mejoramiento de su sociedad a través de dos frentes particulares cruzados con el hip hop: el feminismo y la visibilización de culturas y lenguas originarias.
El grifo se ha destapado, y 2019 comenzó con todo lo que se había guardado desde los meses posteriores a su más reciente placa de estudio. En enero estrenó un EP de remixes de “At The Door” junto a Akil Ammar, y ahora entrega “Plástico”, track que junto a El Bhajan y Omar Dukas de Bungalo Dub aborda la distopía de vivir en esta sociedad repleta de artificialidad, consumismo y contaminación en momentos críticos para el espíritu.
La esperé en Coyoacán abajo de un árbol que me protegía del trágico sol de mediodía en la capital. “Perdón por la tardanza, llegamos ya muy noche de Guerrero ayer”, me dijo mientras caminábamos a un café donde pedimos un té helado y platicamos de su excursión de fin de semana, de tatuajes, y de un desconocido té de “pie de gato” antes de pasar a una charla con más forma que abarcó con mucho valor la siguiente hora y media de nuestras vidas. Escucha “Plástico” abajo, y lee después la extensa plática que tuvimos sobre ese y otros temas.
NOISEY: Me contabas que recién regresas de estar el fin de semana tocando y grabando unas cosas en Guerrero, ¿cómo estuvo? ¿qué grabaste?
Ximbo: Pues este año hemos estado muy activos en el crew, estamos tratando de sacar todo eso que no sacamos en algún momento y de recuperar un poco de tiempo. Seguramente tiene que ver con que todos ya estamos pisando los 40, y pasa eso en la vida ¿no? a lo mejor es algo que todavía muchos no topan jajaja pero pasa, y es algo muy chido, es una etapa muy chida en la vida. Parte de eso es que ahora estamos haciendo un proyecto junto a Ometéotl, que de hecho ya me regañaron porque pronunciar el nombre así “Ometeotul” es como cuando los gringos hablan mal español, más bien es como “Ometeoth”, como que la “tl” no se debe pronunciar tan claramente.
Qué cabrón, y siempre he ––o hemos–– hecho una correlación muy cercana entre el náhuatl y esa terminación “tl” mal pronunciada.
Ajá, y siempre sentimos ese pride de saber pronunciar bien Tlalpan o tlacoyo o cosas así, y en ese caso está bien, pero cuando el “tl” está al final es una pronunciación totalmente distinta.
Hay que aprender y saber esas cosas.
Ajá. Total que nos acercamos a Ometéotl, o más bien ellos se acercaron a nosotros para ver qué podíamos hacer en conjunto, porque a raíz de que nos conocimos y de que yo escribí este texto sobre rap en lenguas originarias y tal, se dio mucho la plática de porqué no están más incorporados estos proyectos a la escena del hip hop nacional. Entonces dijimos “nel, hay que intentar hacer cosas bilingües”, a lo mejor al principio es complicado, porque a mí me pasa que, a lo mejor escucho a un bato y todo chingón pero si no entiendo nada, es difícil. Tiene que tener un súper beat o un súper flow para que yo lo incorpore a mi lista de reproducción diaria. Entonces la idea fue eso hacer un rap bilingüe, incluso Isaac de Ometéotl insiste mucho en que yo haga una parte en náhuatl que para mí es algo así súper raro, pero bueno, estamos platicando eso. Quisimos hacer todo así, incluyendo la música, que no fuera cualquier beat. Entonces este viaje en especial fue un viaje de sampleo, nos fuimos a pasear alrededor de Tlapa de Comonfort, que es de donde son ellos, y ahí anduvimos.
Aparte Tlapa tiene una conexión muy particular con el rap, porque de ahí salió uno de los raperos más viejos del hip hop nacional que nunca se menciona, que es el famoso rapero de Tlapa, que es un bato que se fue al gringo, conoció a la banda que rapeaba y dijo “ah chingaos, ¿por qué yo no?” Se regresó a Tlapa, empezó a rapear en su lengua, y mucha banda lo tiraba de loco al principio, lo creían muy cholo o no sé, pero a final de cuentas fue una influencia enorme, Tlapa se convirtió en un lugar con mucho rap y con mucho graffiti. Ha tenido mucho reconocimiento él, de la Secretaría de Cultura lo invitaron a hacer varias cosas, además es campesino y tiene varios oficios, también tiene una barbería, entonces la banda de Ometéotl se iba a cortar el pelo ahí, y de repente dice Isaac que le estaba cortando el pelo y empezaba a rapear, entonces era bien chido, porque aparte era en su lengua. De ahí nació esta que es de alguna forma la segunda generación de raperos de Tlapa. Y bueno, pensamos que ahí debía haber mucha música tradicional, no solo rap, para samplear, y nos fuimos para Tlapa. De ahí fuimos para la montaña donde hay comunidades muy pequeñas, que ya de por sí Tlapa es pequeño, pero ahí es donde están los músicos. Fuimos a Malinaltepec, a un lugar que se llama Unión de las Peras, donde hay una banda a la que grabamos con todo el equipo de nuestro home studio. Ahí grabamos algunas rolas que son de ellos, el maestro que les enseña ahí a todos en las comunidades y que forma los ensambles nos mostró las rolas que son de su composición, nos dio permiso para samplear, entonces ahí anduvimos en eso. Estuvimos grabando elementos por separado porque si agarras banda para samplear, lo más común es que suenes a Akwid jajaja. U con todo respeto para ellos pues no queremos sonar a Akwid. Ese fue el viaje, tocamos también, hubo un taller porque fue Magisterio y los Hijos de la Lucha, que son los proyectos a los que pertenezco, y eso, fue un viaje de sampleo, de conocer a la comunidad, y de darte cuenta de muchas cosas. Cuando vas así y te reciben como en casa es muy distinto a ir, tocar y regresarte.
Hubo muchas cosas. Fíjate que las mujeres allá traen una onda feminista bien loca, muy cañona, y hay una unión de artesanas que ahí estuvo presente. El hip hop está tan entreverado a la comunidad aunque no todos rapeen o tengan algo que ver, y esta unión de artesanas quisieron patrocinar. Entonces se pusieron ahí en el evento a vender sus cosas, nos dieron un espacio para vender nuestras cosas, así de “¿tú que vendes? Ah, pues los discos, ponlos aquí al lado de mi huipil” y así, todas las cosas. También nos llevaron unos regalos a todos los que rapeamos, porque aparte hubo un open mic con un chingo de raperos porque hay un chingo de freestylers, y las señoras les regalaban artesanías cuando terminaban y pues estuvo bien chido, de “woooow, ¡adiós Red Bull!” jajaja.
Aparte hay un contexto social y político muy especial, muy difícil. Primero esta esa onda de las mujeres que son muy feministas, que se declaran como tal, y que son las mamás o hermanas de estos raperos, mayormente mamás, y que de edad yo soy más chica que ellas y más grande que sus hijos, entonces no hay mucha diferencia y por eso yo me llevo chido con ellas.
Qué difícil, y lo peor es que no hablamos de eso, más allá de esta conversación.
Sí, si no tienes varo no va a tener importancia, nadie va a hablar de eso. Nadie. Es bien complejo, se puede hablar mucho del tema pero bueno. Fue así el viaje, no tuvimos que pagar ni un peso, que también es algo que vale la pena mencionar porque estos batos son autogestivos, o buscan patrocinios con la gente local, entonces a nosotros nos estaban patrocinando Funerales Ibarra o Restaurantes Cardenal que son de ahí, y gracias a eso salió. Obviamente no cobramos por tocar, al final salió algo como significativo, salió por buen pedo de ellos, y los viáticos que fueron todos pagados. Pero es un ejemplo también eso, en la búsqueda de ser autogestivos y buscar patrocinios locales, yo creo que si quisiera hacer eso en el DF no me sale, porque no hay un Funerales Ibarra o Restaurantes Cardenal jajaja.
Pues sí, a lo mejor no existe de manera tan universal, tal vez con marcas o patrocinios más específicos sí un poco ¿no?
Pues sí, hay casos donde sí, con contactos o un amigo o lo que sea, tienes que aplicar la hipster o la fresa. Además te das cuenta cómo funciona el capitalismo y cómo allá, está cabrón. Como sea es mucho por hablar, pero sí, me gustaría ver cómo moverlos, cómo ayudarlos, encontrar vías o formas más interesantes que mi propio canal de YouTube, que no está mal, pero quiero que llegue a más y que suene chingón.
Algo que escribías en el texto que hiciste sobre rap en lenguas originarias es que “si el rap se nutre de recursos lingüísticos, de saberes y tiene la misión de sorprender al escucha, las culturas ancestrales son una infinita mina de oro recién descubierta”. En ese sentido, ¿cómo se ha enriquecido la escena del hip hop nacional y tú de ello, a nivel artístico y personal?
Pues bien cabrón. Nosotros no nos damos cuenta de que somos mestizos, al menos en la mayor parte de la ciudad y también en algunos pueblos. No tenemos una raíz clara y sin duda la estamos buscando, consciente o inconscientemente. También por eso nos volvemos tan locos con el hip hop, con decir “yo soy hip hop” o con cualquier cosa que quieras ser o pertenecer. Sin duda todo esto me ha hecho voltear hacia allá, preguntarme realmente ¿quién soy? ¿cuál es mi tradición? Por otro lado y de manera particular, yo soy Hare Krishna y puedo decir que pertenezco a esa tradición, y cuando tú te incorporas a ello eres hijo de alguien que queda muy claro, y según continúa la sucesión discipular, ahí vas encontrando a tus ancestros, a tus maestros. Para mí eso fue muy revelador, y fue increíble, porque sí sé más o menos de dónde vengo. Es una tranquilidad para el espíritu saberte parte de algo de esa manera ¿no? Aparte de algo tan cierto, que va más allá de decir “¡yo! ¡yo!”, que también es increíble, también soy hip hop, pero definitivamente no me va a a dar esta otra raíz. Lo que nos han dado todas estas culturas es poder decir “yo no soy de Tlapa, pero definitivamente es algo más cercano a mí”.
Claro, es una conexión mucho más natural respecto a otros proyectos y géneros.
Justo eso, esa palabra, ‘conexión’, porque en el rap también existe mucho el ‘keep it real’, que puede ser algo muy superficial o muy profundo. A mí me gusta verlo como algo mucho más profundo y tener claro que soy mestiza y que tengo abuelos europeos, lo cual me coloca en un sitio particular, pero es la conexión que tú puedes trazar. Todo funciona de esa forma. Hace poco se hizo una cumbre de hip hop en Morelia donde participé, y mi ponencia hablaba del hip hop en una comparación con los cenotes. Como es que cada uno de ellos es distinto, como uno puede venir de la comunidad y otro de un señor rico que llegó y lo compró, como uno cobra carísimo y otros nada, como unos están explorados, como unos no tienen nada, como algunos tienen una escalera, son obscuros, o quizás ya tienen luz, pero al final por debajo todos tienen agua y están conectados por ella. Y yo veo el hip hop un poco así: todos estamos haciendo nuestras cosas, y creo que todos estamos conectados por debajo por el hip hop, y a nivel humano quizás también, aunque eso quizás es más difícil de tener claro. Pero aquí estamos, conectados de mil maneras.
No tengo muy clara cómo fue tu primera aproximación al hip hop, y me parece bien relevante por tu historia particular y por el sitio que guardas en la construcción del panorama nacional al ser una de las primeras femcees de México. Platícame un poco de ella.
Sí, digamos que soy casi de la primera generación. No sé si fui la primera, y me parecería un poco necio buscar quién fue, pero sí creo que fuimos unas pocas que se cuentan con los dedos de una mano quienes estuvimos ahí de primera. Eso sí lo tengo súper claro. Éramos bien pocas, y la historia nos puso en un lugar súper particular. Era un pedo ser morra y rapear. En mi caso yo me acerqué a esto por escucharlo, como todos. Me tocó nacer en una época bien chida, me tocó MC Hammer y Vanilla Ice, y Caló también. Esto cuando iba en la primaria y se me hacía increíble. Me tocó ver Siempre en Domingo cuando estaba Caló, y salía DJ LBM haciendo scratch y se me hacía impresionante. Claro que ellos hacían un hip hop muy mezclado con house, porque Claudio incluso era un DJ de house, y era una mezcla muy válida. En esa época existía también ya C+C Factory haciendo cosas bien parecidas, y con mucho street dance más que breakdance. Ellos bailaban y era parte de su onda y así. Digamos que era esta la parte más comercial del hip hop, pero yo tenía seis o siete años, entonces para mí ese fue un primer contacto.
Aparte yo no crecí en el barrio, yo crecí en una familia fresa en Las Águilas, en escuelas particulares, y mi primer acercamiento fue con unos discos que traía mi tía con algunas rolas de rap con MC Hammer y Vanilla Ice, y con Caló en Siempre en Domingo, que aparte traían una producción bien chida. Estaban muy bien producidos, eran muy cagados, traían su mensaje hasta ecológico. No sé, estaba bien chido, y uno estaba muy escuincle. Y bueno, el rap es muy tentador, creo que a todos los que nos gusta el rap queremos o hemos querido rapear, algunos lo hacemos y otros no, pero todos hemos querido hacerlo, y que se puede hacer, aunque sea en la regadera. Puede que salga culerísimo pero podemos, unos lo hacen increíble y otros no tanto pero se puede, es algo tangible, y ese es el punto, que lo puedes tocar, y eso enamora. Entonces yo desde la primaria hacía mis letras, o agarraba unas de otro rapero y las cambiaba por palabras de niño, y así empezó. Luego crecí, me hice rebelde, la adolescencia, seguí en escuelas particulares, siempre le coquetee al barrio por mi naturaleza, me escapaba y le hablaba a otras personas, que era raro para alguien de las escuelas a donde yo iba, pero así era mi pedo. Ya en mi adolescencia, en algo que sí era bien raro para la gente de mi escuela, para ellos yo estaba mal o no sé, me empezaba a escapar de mi casa en las noches para irme de fiesta, me gustaba mucho el house, y me gustaba también el rap, que era algo que me criticaban mis compas porque a ellos les gustaba más Pantera y todo eso. Tenía unos amigos que venían de Europa entonces ellos también me traían música de allá y de otros lados, entonces de alguna forma para mí salió de ahí, no del barrio, de los discos de mis amigos fresas.
Y bueno, en esas fiestas a las que iba, llegué un día a Medusas que era donde tocaba DJ LBM de Caló, yo no sabía que era él, pero lo hacía bien chido, tocaba house. Yo para ese momento ya era bien clavada, quería todo el tiempo música, ya agarraba cassettes y hacía cosas raras con ellos y todo eso. Entonces yo iba y me le quedaba viendo, hasta que un día ya le hablé y nos hicimos compas. Iba a verlo para aprender más que para echar desmadre, y después me enteré que era el de Caló, que aunque ya no me gustaba se me hizo algo bien cabrón, y me empecé a llevar mucho con ellos, yo era mucho más chica, y casi casi que ellos me rescataron de las drogas y el alcohol jajaja. Me hice amiga de ellos, y ellos me introdujeron a la escena del rap nacional, que para ese momento era muy nueva y la producían mayormente ellos y sus compas, conocí a Rapaz, a Petate Funky, a VLP, todos ellos. Me hice de este crew, y me perdí, me agarró esto como a los 16 años. Mandé a la mierda a todo el mundo, incluso a DJ LBM que era mi compa al inicio jajaja. En uno de esos eventos vi rapear a Malik, que fue la primer mujer que vi rapear sobre un escenario, y me cagué, porque aparte vivía cerca de mi casa, entonces nos hicimos muy amigas y empecé a rapear con ella, buscamos refugio entre nosotras porque era cabrón. Aparte ella era novia de DJ Aztek 732, entonces como que el mundo se fue abriendo. Pero no te creas que tampoco ellos llevaban mucho tiempo haciéndolo, habían pasado unos dos o tres años, no era mucho tampoco. Y ya, a partir de ahí empecé a hacer mis rolas, a grabar, a tocar, nunca he parado desde entonces.
Como testigo de primera mano del desarrollo del hip hop mexicano, especialmente de la incursión femenina en él, ¿cómo describirías el estado actual de las mujeres haciendo rap? No solo en el caso mexicano, también de Latinoamérica.
Las mujeres son la bomba ahora. Y digo son porque las estoy viendo desde fuera ahora, somos de alguna forma, aunque no quiero sonar pretenciosa ni nada. Me refiero sobre todo a estas nuevas generaciones que, cuidado, de verdad, están muy cabronas, se están dando cuenta que el hip hop va más allá de las batallas, de hablar de temas recurrentes, están generando una lucha que va más allá de géneros y habla a toda la gente, en general. Yo no le doy mucho tiempo para que estas generaciones de hip hop estén marcadas por las mujeres sí o sí. He tenido la fortuna de estar cercana ahora a la historia de Marie V y Masta Quba, que ya me habían hablado de ella alguna vez pero no la topaba tanto hasta ahora, y me ha tocado ver que ahora que sacaron esta rolita de “Autodefensa” el eco y la respuesta que ha tenido es sorprendente, cómo les escribe la banda para decirles. Es como cuando nosotros sacamos “G.R.A.F.F.I.T.I.”, que esa rola tiene mucho tiempo pero es que a la fecha no he podido hacer otra rola así, que la gente se me acerque para decirme lo significativa que es para ellos, que gracias a ello pintan, que marcó la generación en su barrio, una cosa de madres, es algo que queda fuera de mí, fue una pieza que salió en un momento particular y marcó una generación. Así, así es. No hay lugar a donde yo vaya y no se me acerque un bato de mi edad a decirme ‘gracias a esta rola yo empecé a pintar’ o lo que sea. Está cabrón, y yo veo que con esta rola de estas morras es algo así. Y es una canción que a lo mejor a muchos batos no les gusta y están en contra, hasta mi bato me ha dicho ‘la rola está buena y todo pero me siento incómodo, es muy agresiva’, y me he aventado muchos problemas con él por eso. En el último le dije ‘wey, quizás así nos sentimos nosotros, esa violencia la hemos sentidos nosotras’, y es que a esta morra quizás le ha tocado decirlo. Entonces pues está chido, también veo ahí a Rebeca Lane dándole, cómo ha logrado moverse, y además de ella muchas más. Hay un movimiento impresionante de mujeres que no están parando, y se me hace increíble. Lejos de cualquier tema, problema o lo que sea, que si feminismo y feminazis y demás la verdad es que vale madres, las morras lo están haciendo y muy cabrón. Fuera de eso, lo demás también se puede platicar, pero más allá de eso es algo muy fuerte y muy constante. Todo lo demás creo que sí está muy bien acomodado, sí mueve masas y demás, pero justamente es eso, ya se acomodó, dejó de ser incómodo, y si el hip hop deja de ser incómodo pierde su esencia. Y bueno, las morras lo están haciendo bien incómodo.
Formas parte de una camada de raperos latinoamericanos particularmente conscientes, con un énfasis bien especial en el mensaje, pero, ¿cuál es el siguiente paso de la música como herramienta para un mensaje? ¿qué sigue?
Pues detrás de esto puede haber muchas discusiones sobre el rap consciente, no solo me las imagino, he sido parte de ellas por mucho tiempo. Ese siguiente paso es lo que le da total validez a lo que hemos hecho, porque sino no sirve, y ese paso es la acción, hacerlo. Ojo, no quiero que se malinterprete y que se crea que lo que yo digo y mis acciones son a las que todo el mundo debe llegar. Yo tuve las mías y por ejemplo un día decidí que ser straight edge era lo mejor para mí, simpatice con el movimiento straight edge en México, que nadie del rap parece estar tan cercano a eso, es más un pedo de hardcore y punk, pero sí hay un movimiento detrás. Lo conocí, simpaticé con él, y claro, ya sabía de él, porque en su momento el hardcore coqueteaba mucho con el hip hop, especialmente el hardcore de Los Ángeles, y también alrededor de la cultura del skateboarding que es distinto al hip hop pero de alguna forma son como hermanitos. Yo tenía todas esas influencias y cosas porque nosotros crecimos con eso alrededor, y ya cuando crecí más, cuando me hice una señora pues, me topé con toda esa banda que andaba en eso y me pareció algo bien rescatable, sentí ganas de dar ese paso. Lo siguiente era hacerlo, no simplemente fundamentarlo, irme al extremo, porque siempre he sido radical porque me gusta. Y es eso, no quedarme en la pendeja, ya lo dije en tres discos, ¿ahora qué? ¿cambió algo? ¿qué pasó? ¿o ya porque lograste algunos fans y pasó de moda lo vas a dejar así? Entonces si se queda solo en ese discurso pues qué hueva, yo sola me mato. Ese fue un camino, parte de mi fundamento es este, y simpatizo con algunos otros, hay que darle por ahí. También de repente topé a algunos otros raperos que hacían eso y dije ‘ah qué chido, no solo soy yo, y están incorporándolo a su música’, de repente también con la estética, o con sampleos, o en eventos. Ya por eso no fumo y varias cosas más que aparte me parecen importantes personalmente, porque hoy me doy cuenta que banda de mi edad, que aparte no han tenido la fortuna de ser madres y lo que ello implica, te cambia el cuerpo, te cambia la vida, y es que sí, dar vida cansa wey, estar atrás de un escuincle no es lo mismo que fumarme un joint y armar una rola diario. Por eso es que yo dije ‘me tengo que cuidar, por mí y por mi morra, por los batos que me oyen, por las nuevas generaciones que me oyen, y por yo estar chido’. Entonces me voy dando cuenta que todos estos batos que yo quiero mucho –a unos sí y a otros no tanto jajaja– de mi generación, están hechos mierda, están ya bien acabados fisicamente. Y eso no creas que es una pretensión de aporte pequeño.
Y luego a eso también el rollo de que soy Hare Krishna, que no implica que me voy a subir a cantar el Maha Mantra, aunque si un día se me hincha el huevo lo voy a hacer. Si los Beatles lo hicieron ¿por qué yo no? Pero no es cosa de adoctrinar o predicar, que es un poco lo que le pasó a Fermín, con todo respeto y cariño porque lo quiero mucho, pero no es lo que yo intento hacer. Hay cosas chidas que sí me gusta proponer más, como el hecho de que soy vegetariana, soy activista del asunto, total, no solo por cuestiones religiosas, también ecológicas, de salud, etcétera. Eso lo hablo y es parte de mi discurso, es el siguiente paso que yo quise dar, y que es parte de mi activismo y de mi hip hop. El vegetarianismo, el straight edge que tiene algo que ver, el feminismo con el que estuve tantos años peleada porque yo no quería usar la palabra porque me daban malestar ciertos aspectos, y así te podría decir como cinco o seis pasos que creo que es importante que se den desde la industria de la autogestión.
Y un poco por ahí va tu nuevo tema, “Plástico”, que tiene acepciones muy variadas, desde su simbolismo anti-natural hasta su utilidad como recurso primario del capitalismo, y muchas más que encajan en ese tratamiento conceptual. ¿Qué me puedes contar sobre el track y el proceso creativo detrás de él?
Te voy a contar la historia del track que en realidad es bastante íntima, aunque el track es muy universal, muy simple que es el hecho de decir ‘wey, estamos llenos de plástico, está cabrón’. No es un tema superfluo, es un tema que ahora toda la hipsteriza y los millenials traen como algo muy común al grado de normalizarse y hacerse superfluo, pero no lo es, no lo es. El concepto cruza hasta algo más profundo porque en algún momento usamos eso de esta rola de “ella era una chica plástica”, que también funciona. Pero realmente es irnos a lo básico, decir ‘estamos bien podridos’. Todo nació de una conferencia de un maestro espiritual donde decía que en los altares ahora se ponen flores artificiales, y me di cuenta que es algo muy común, ve a las iglesias y lo vas a ver, yo te estoy hablando de un maestro de la tradición hinduista que yo sigo, pero en todas las otras religiones –más bien filosofías, no me gusta la palabra religión– también se da. Y me impactó mucho, porque le estás ofreciendo a Dios un pedazo de plástico, algo artificial. Es algo muy profundo, fue muy fuerte para mí, pensar ‘¿hasta dónde llegamos?’, está cabrón. Y ni siquiera es algo metafórico con esas cosas, darle una flor de verdad o mejor no la des, eso está mal, eso tiene que estar mal.
Entonces empecé a trabajar la canción, se dio que yo soy muy amiga de Dukas de Bungalo Dub desde hace muchos años, y este compa perteneció a un grupo que se llamaba Punto Rojo. Ellos fueron de los primeros en empezar a mezclar rap con rock y varias cosas, y vivían en una zona que nada que ver con la mía, que es en Iztapalapa creo. A ellos los conocí porque en uno de esos eventos de “viva la paz” que se hacían en Neza donde curiosamente siempre terminaba habiendo un muertito o golpes o algo jajaja, pero bueno, ahí conocí a Arturo “Sasquatch”, que es un productor bien importante, produjo a Sociedad Café y una canción de Delinquent Habits, entonces era bien bien interesante. Además, en esa época no había beatmakers carnal, no había. Tenías que rapear sobre esas instrumentales que venían en un disco que tu tía te traía del gringo. Los únicos eran LBM, Ricardo Silva el de “La Tacha” –¿te acuerdas de esa rola?–, y Arturo, que también se acercó para producirnos y resulta que era vecino de Dukas. Desoués de punto Rojo, Dukas se fue por el camino del dub y bueno, es uno de los referentes más importantes del dub, y ha colaborado con la gente más rifada del género, todos los artistas que vienen de otros país caen con él. Y es mi carnal pero nunca habíamos hecho nada, rolábamos juntos desde morros pero nunca habíamos hecho nada juntos. Entonces siempre había existido ese deseo, me pasó el beat, y el resultado de eso es esta rola, que también tiene un verso de El Bhajan de Colombia, que también es un personaje bien raro, que no sabes ni de dónde salió, o sea el bato ni era rapero y es una leyenda del hardcore en Bogotá con su banda que es Resplandor, aunque acá no es muy conocido, más allá de ese círculo straight edge y demás. Como sea el chiste es que está acá rapeando y pues chido jajaja. Que por cierto este año va a salir el nuevo disco de Resplandor y pues hay mucha expectación en Colombia, entonces anden atentos.
Y algo que me pareció curioso es que en la descripción de “Plástico” dices que se trata de una distopía, y para mí es una palabra que se liga a algo futurístico o ficticio, pero de alguna forma parece que ya estamos sumidos en ella…
Ajá, es una realidad distópica. A mí siempre me han gustado todas estas novelas distópicas, tanto en su estética, como en todos esos cuestionamientos muy profundos sobre la sociedad en la que vivimos, y la máquina, y el big brother, todo ese pedo, y en este caso se me hizo la manera más concreta de describir el concepto del tema. El track abre con regalar una flor de plástico que jamás va a atraer a las abejas, que es artificial, que jamás va a tener un aroma, que saca de pedo a las mariposas y todas esas cosas, y se transforma a cómo Coca-Cola le está robando el agua a las comunidades para hacer refresco y venderselos a menos precio que el agua misma. Entonces es todo esto, que sí, creo que esta sociedad es como esas películas distópicas, que se situaban justo en estos años.
Tienes razón. Todas esas películas que parecen todavía muy imaginables y alejadas del presente realmente ya no lo son tanto, todavía no existe una fábrica de soylent green o algo así jajaja, pero no sé, chance sí…
Jajaja como que sí eh, como que sí. Wey, Mad Max está aquí a la vuelta, el oriente está igualito jajaja.
Jajaja totalmente. Y volviendo a lo que platicabas de trabajar con Dukas por primera vez, también es el primer ejercicio de dub tuyo que yo recuerde o haya escuchado.
Sí, tenemos un remix de “Infecta” de Magisterio que es un poco como dub, pero a mí siempre me ha gustado mucho el dub y el reggae y nunca he hecho un proyecto que sea tan así. O sea, en mis conciertos a veces meto beats de reggae y así –porque aparte si me aburro de los beats me vale madre y uso otros–, pero nunca había hecho un material oficialmente así. En este material que estoy haciendo hay bastante coqueteo con el reggae, incluso con el dancehall, ahí tenemos un lanzamiento para abril que seguro me van a decir que el coro suena a reggaetón, y no tengo ningún prejuicio contra el reggaetón pero pues no, porque el patrón rítmico es distinto. Y en este caso de “Plástico” pues bueno, quien mejor que el Dukas para la primera vez que hago algo así. En general como te digo el material coquetea mucho con eso, la idea es ir sacando track por track de aquí a verano, que cada uno de ellos si pretenden formar parte de un LP, pero pues es que sacar un LP completo parece que ya no está funcionando.
Sobre eso, ¿qué más puedes platicarme de tu disco solista y de la posibilidad de algo con Magisterio?
Pues venimos como locos. De lo primero que platicamos con el colectivo Ometéotl ahí lo vamos trabajando pero aún no hay una fecha, va a salir este año definitivamente pero no tengo una fecha de eso todavía. De Magisterio hay dos tracks nuevos que grabamos, pero eso amerita otra entrevista con Van-T jajaja, tiene mucho que no sacamos nada y venimos con estos dos tracks muy particulares, muy distintos, no es con el sonido boom bap de siempre. Ya eso está listo, nada más faltan los videos que estamos esperando para hacerlos porque es muy especial, todo ese pedo de Magisterio es muy especial. De lo mío, pues empezamos con “Plástico”, bueno, realmente empezamos en enero con un EP de remixes junto a Akil que son unas rolitas que tenía ahí pendientes que son más house pa’ bailar y empezar el año, y ahora “Plástico”, que es un track que me gusta muchísimo pero que va a empezar un ciclo que va a ir mejorando cada vez más. En marzo salimos con un track que me produje con Jorge Correa, con el hice “Milu”, y ahora viene esto que es un tema que se llama “Invisibles” que toca el tema de las desapariciones forzadas, que curiosamente se acomoda con el mes de la mujer. Es una rola muy fuerte, pero si la escuchas a la vez es muy tierna. Y en abril vamos con una rola anarcocomunista que es en realidad muy bailable, que también es producida por Dukas y se llama “Viernes 15”, y que habla de una relación aparentemente amorosa que es más bien laboral, y es una crítica dura y fuerte y donde propongo que sí podemos vivir haciendo rap y graffiti y lo que nos gusta, por lo menos en mi caso yo voy llegando a los 40 y ahí vamos, entonces si le seguimos echando ganas y nos apoyamos podemos todos. Vienen más tracks por ahí, pero en verano salimos ya con el disco completo, quédense pendientes.
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