A lo largo de esta semana te recomendamos diez libros que no puedes dejar ir en esta Feria Internacional del Libro en Guadalajara. He aquí el tercero.
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Sara Uribe es una extraordinaria poeta mexicana. Este libro hacer un eco de todas las víctimas de la Guerra contra el narco y su abominable adaptabilidad al régimen actual. Los desaparecidos no están solos, detrás hay madres, padres, familias enteras buscando y removiendo la tierra para encontrar algún rastro de sus seres queridos. Retribuyendo a la tradición de la clásica Antígona, Sara Uribe nos deja el lamento de una hermana mexicana en busca de su hermano desaparecido. Este libro fue publicado por Sur+ y puedes encontrarlo en la FIL en el stand de Sexto Piso.
Aquí te dejamos un fragmento del libro.
Una mujer intenta narrar la historia de la desaparición de su hermano menor. Este caso no salió en las noticias. No acaparó la atención de ninguna audiencia. Se trata sólo de otro hombre que salió de su casa rumbo a la frontera y no se le volvió a ver. Otro hombre que compró un boleto y abordó un autobús. Otro hombre que desde la ventanilla dijo adiós a sus hijos y luego esa imagen se convirtió en lo único que un par de niños podrá registrar en su memoria cuando piensen en la última vez que vieron a su padre.
***
Son de los mismos. Nos van a matar a todos, Antígona. Son de los mismos. Aquí no hay ley. Son de los mismos. Aquí no hay país. Son de los mismos. No hagas nada. Son de los mismos. Piensa en tus sobrinos. Son de los mismos. Quédate quieta, Antígona. Son de los mismos. Quédate quieta. No grites. No pienses. No busques. Son de los mismos. Quédate quieta, Antígona. No persigas lo imposible.
Pero ¿cómo no voy a buscar a mi hermano? Díganmelo ustedes ¿Cómo no voy a exigir su cuerpo siquiera para enterrarlo? ¿Cómo voy a dormir tranquila pensando en que puede estar en un barranco, en un solar baldío, en una brecha?
***
[
: ¿Es posible entender ese extraño lugar entre la vida y la muerte, ese hablar precisamente desde el límite?
: una habitante de la frontera
: ese extraño lugar
: ella está muerta pero habla
: ella no tiene lugar pero reclama uno desde el discurso
: ¿Quieres decir que va a seguir aquí sola, hablando en voz alta, muerta, hablando a viva voz para que todos la oigamos?
]
***
¿Qué cosa es el cuerpo cuando alguien lo desprovee de nombre, de historia, de apellido? Que era una probabilidad. Cuando no hay faz, ni rastro, ni huellas, ni señales. Que los iban a traer aquí ¿Qué cosa es el cuerpo cuando está perdido?
***
[¿No hay un sol de los muertos? Este sol ya no es el nuestro]
Entre los pasos a seguir para buscar a un desaparecido hay que ver un álbum de fotografías de cadáveres.
Este dolor también es mío. Esta sed.
La tarea de reconocer un cuerpo. Ése que tocamos para sabernos reales. Ése que nos cobijó con su abrazo. Ése que recorrimos con el tacto o la memoria.
¿Cómo se reconoce un cuerpo? ¿Cómo saber cuál es el propio si bajo tierra y apilados? Si la penumbra. Si las cenizas. Si este lodo espeso va cubriéndolo todo ¿Cómo reclamarte, Tadeo, si aquí los cuerpos son sólo escombro?
Este dolor también es mío. Este ayuno.
La absurda, la extenuante, la impostergable labor de desenterrar un cuerpo para volver a enterrarlo. Para confirmar en voz alta lo tan temido, lo tan deseado: sí, señor agente, sí, señor forense, sí, señor policía, este cuerpo es mío.
Un montaje y una lectura dramatizada:
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