Vivimos en un mundo donde las ensaladas espantosas son omnipresentes. Te las encuentras en las fondas, en las cafeterías, en el aeropuerto, en el OXXO, en el supermercado: tristes contenedores de plástico con dos miserables hojas de lechuga iceberg, un par de jitomatitos cherry inmaduros y acidísimos, dos tiras de pollo seco que quién sabe de dónde salió, y un par de gotas de vinagreta media rancia. ¿O qué tal la siempre mala imitación de la legendaria ensalada César que venden todas las pizzerías? Dios, no, por favor no. De pronto te encuentras una que otra ensalada griega que es apenas comestible, pero el queso “feta” siempre te deja con un sabor extraño en la boca.
¡Basta! Mereces algo mejor. Todos merecemos ensaladas bien hechas.
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No es difícil superar una ensalada despreciable. Sólo necesitas tiempo y un poco de confianza. Sigue el consejo de la chef Julia Ziegler-Haynes y haz esta ensalada que ella llama “perfecta”. Prometemos que no sólo saldrás de la mediocridad de las ensaladas, te convertirás en adicto y querrás comerla todos los días.
Verás que tu nueva dieta saludable será más disfrutable de lo que imaginabas.
