¿Será que los smoothies verdes podrán cambiar el mundo?
Jocelyn Ramírez así lo piensa, al menos en el sureste de Los Ángeles, donde las opciones de comida a menudo están limitadas a la comida rápida y lo que hay disponible en las tiendas de conveniencia. Hace un año y tres meses, Ramírez renunció a su carrera como profesora universitaria para abrir Todo Verde, un pequeño negocio comprometido a fomentar la equidad alimenticia en los barrios marginados de Los Ángeles, donde ella nació y creció.
Videos by VICE
La injusticia alimentaria ha sido un tema recurrente a lo largo de su vida, pero se convirtió en una joven adulta que seguía las reglas e iba a la escuela, obtuvo un grado de maestría y fue profesora en la universidad durante 7 años.
Sin embargo, no fue hasta que su padre diabético fue diagnosticado con cáncer dos veces y luego de descubrir que ella misma padecía una enfermedad en la tiroides, que empezó a analizar con atención el efecto que ciertos alimentos tienen en el cuerpo humano.
“Ningún doctor podía ofrecerme una explicación de por qué me estaba sintiendo así, de modo que observé mi dieta”, dice Ramírez mientras coloca un cuarto de aguacate, un puñado de dátiles, una cucharada de maca en polvo y un poco de kale orgánico en una licuadora para preparar su smoothie “Serio”, en su puesto ubicado en el Mercado de Agricultores de Pasadena. El nombre del smoothie está en español y su sabor ciertamente también es serio, tan crucífero que quema tu lengua con su sabor vegetal amargo en el primer sorbo.
“Un mes después de la segunda cirugía importante de mi padre, limpié su refrigerador y le preparé únicamente smoothies y comidas sanas a base de plantas. En tan solo un mes, su doctor estaba sorprendido, porque ya no requería insulina”.
Es entonces que ella se dio cuenta de que necesitaba seguir su pasión por los alimentos veganos y perseguir lo que llama una forma de vida “de curación”. Renunció a su trabajo, empezó a dar clases de yoga en los barrios y a vender smoothies y aguas frescas con miel de maple al este de Los Ángeles. Su plan de negocios era simple: ganarse a la primera, segunda y tercera generación de familias latinas, cuyas tradiciones alimenticias aceptan las dietas ricas en carnes grasosas y refrescos, recordándoles amablemente la forma en que sus abuelos solían comer de manera más natural en la madre patria.
“Nuestras abuelas han preparado jugos y licuados desde hace mucho tiempo, pero usan diferentes ingredientes”, dice mientras revuelve una olla con chocolate caliente hecho con cacao orgánico puro. “Me parece que los smoothies son una forma verdadera y fácil de introducir alimentos saludables a la gente que quizá solo haya escuchado hablar de estos ingredientes”.
El negocio ha crecido lo suficiente para emplear a seis personas y actualmente se ubica en tres mercados agrícolas diferentes de la ciudad, así como cada domingo en Smorgasburg L.A. Además, puedes encontrar a Todo Verde presentando talleres sobre smoothies y otras formas de introducir súper alimentos en espacios comunitarios, como Mi Vida en Highland Park.
El objetivo de Ramírez es tener un espacio establecido en Boyle Heights donde la gente pueda ir, tomar asiento para beber un smoothie y comer alimentos veganos, relajarse y comprar ingredientes saludables al por mayor a precios accesibles. Me cuenta acerca de un chile relleno vegano experimental en el que ha estado trabajando para rellenar con papas asadas, huitlacoche y bañar con crema de nueces de la India y tempeh para cuando tenga dicho espacio.
Ramirez da crédito y está agradecida por el trabajo que el Los Ángeles Food Policy Council hace para cambiar la situación del acceso a los alimentos en cuanto a política se refiere, pero también sabe que todavía hay mucho que hacer a nivel social así como propiciar un cambio inmediato.
“La realidad es que necesitamos resolver las cosas nosotros solos. Es momento de iniciar una conversación sobre los alimentos saludables en nuestras comunidades, en español, con las madres y señoras, crear un cambio”.