El viaje del joven de piel azul llamado Ivan se siente como un cadáver exquisito que de alguna manera, igual de extraña que toda la trama del corto, termina por ser concordante. Ivan tiene una fascinación con lo que pareciera ser harina para hacer pan, sin embargo, su fascinación cambia cuando conoce a una mujer. A partir de ahí, el placer que le produce jugar con sus manos con la harina entra a un terreno completamente diferente. Inesperadamente, entra al mundo del enamoramiento.
Una mujer con pechos solamente equiparables al pelo de Rapunzel ya que, literalmente, cuelgan desde un balcón que después nuestro joven héroe escala. Encarnan lo que es un extraño descubrimiento del cuerpo femenino. Vemos como Ivan se sumerge por completo en él y deja que un ser diametralmente opuesto a él le permita descubrirse a sí mismo. Como un primer inocente acercamiento a una mujer y que ésta te permita ahondar en su ser hasta llegar a su corazón.
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El cortometraje es una animación llevada a cabo por el estudio suizo Eisprung, y fue producido por la Universidad Lucerne de Ciencias Aplicadas. Puedes verlo, abajo.
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