Comida

Este es el burrito de pollo frito de nuestros sueños

All photos courtesy of Wes Rowe.

Todas las fotos de Wes Rowe.

A menudo me despierto con hambre por estar soñando con comida.

Gracias a mis sueños he tenido muchas divertidas epifanías sobre la comida y me he dado cuenta de lo ricas que pueden ser algunas cosas. Aunque también muchas de mis ideas —como mi burrito de pollo frito— parecen ser demasiado obvias. ¿Cómo es que la gente no había hecho burritos de pollo frito antes? Si son increíbles… No siempre sueño con ideas sobre nuevos platillos, pero fue hasta hace poco que me di cuenta de cómo lo que vemos en sueños puede inspirar a un chef. Es casi como si trabajara mientras duermo.

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Mi nuevo restaurante Wes Burger n’ More está en pleno corazón de la calle Mission en San Francisco, así que no tiene sentido que intente hacer un auténtico burrito tipo Mission. Por lo tanto, mi burrito de pollo frito es perfecto gracias a mi estética texana culinaria.

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Así luce el burrito de nuestros sueños.

Recuerdo esa mañana haberme despertado y haber pensado: Mierda, ¿cómo es que nadie lo había hecho? Esto podría ser muy bueno. La gente siempre me dice que mi pollo frito es muy bueno, ¿entonces por qué no hacerlo burrito? Mi pan de cada día son las hamburguesas hechas con mi mezcla de la casa de falda de res, pero este burrito merecería que este histórico vecindario se quitara el sombrero.

Mi historia, en breve, es que caí en la gastronomía como un medio para sobrevivir después de haber sido fotógrafo de comida. Me la pasaba en las cocinas. Los chefs me animaron a empezar un restaurante pop-up y justo ahora acabo de abrir un restaurante. Diría que esto ha sido una ventaja para mí como cocinero, ya que nadie me había dicho cómo hacerle en cuanto al negocio. Gran parte de mí está haciéndolo por la vía dura, aprendiendo echando a perder. Hay una cierta emoción en pensar que la gente disfrutará tu comida.

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Una de las muchas opciones de WesBurger n’ More.

El sueño del pollo frito no traía detalles; tan solo me brindó el concepto. Yo tenía que ingeniármelas para hacerlo sabroso. Para mí esos elementos eran los frijoles pintos estilo Texas (cocinados con trozos de falda de res hasta que queden muy buenos), ensalada de granos de elote estilo mexicano, queso Jack, aguacate y salsa. Envuelvo todo en una tortilla de harina hecha a mano a base de manteca, claro. Soy texano, así que no hay razón para hacerme vegetariano así de la nada.

Veo al pollo frito como algo que lo abarca todo. Muchos se enfocan sólo en la salmuera, o en el empanizado, o simplemente en la aceite con la que lo fríes, pero yo creo que se trata más bien de un balance entre los tres. Siempre y cuando uses muslos de pollo, claro —yo soy fan de los muslos sin hueso porque no me gusta que la gente tenga que estar comiendo de los huesos y todo el relajo que implica. Quiero que tan sólo puedas echarte un bocado de pollo sin preocuparte por lo que traiga dentro. Los muslos son muy ricos y la pechuga apesta.

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Wes Rowe.

Creo que un burrito de pollo frito tiene el potencial de ser un alimento realmente genial y no sólo una novedad kitsch. No se trata de stunt food, sino de algo realmente bueno que puede estar siempre en el menú y al que puede irle muy bien en este vecindario.

Tan sólo piénsalo.

Como fue contado a Javier Cabral.