Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
Para muchas mujeres, un visita al ginecólogo es probablemente una de las cosas menos eróticas que puede haber: iluminación poco favorecedora, batas de papel y espéculos fríos. No, gracias.
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Sin embargo, una sección de la comunidad BDSM discrepa profundamente. A los que tienen un fetiche ginecológico les gusta interpretar los roles ginecólogo-paciente y realizar exámenes falsos utilizando equipo médico real. Las compañías especializadas como medicaltoys.com y medfetuk.com venden equipos de “grado médico” para hacer que los juegos de rol sean más realistas, lo cual incluye espéculos, termómetros, estetoscopios, guantes de látex e incluso estribos. Los entusiastas más serios invierten incluso en sillas de exploración, que se pueden comprar en sitios web legítimos de suministros médicos y cuestan miles de dólares.
“Me encanta poder mirar dentro de una vagina y ver el cuello uterino al final del espéculo”, explica en un foro de internet alguien con respecto al atractivo de usar equipo médico en su pareja. “Ser capaz de ver el interior de la vagina de una mujer es una visión poco común que la mayoría no obtiene nunca”.
Esta sola idea podría hacer que quienes no son entusiastas del fetiche ginecológico cierren con fuerza las piernas, aunque este fetiche no es tan de nicho como se podría esperar. Hay grupos completos de Facebook dedicados a él, incluido este con cientos de miembros. El sitio web fetish.com tiene una guía detallada para el juego de rol de examen ginecológico. Pornhub tiene casi 1.000 videos relacionados con ginecología, algunos con más de 1 millón de visitas.
Me uní a un foro donde los entusiastas ginecológicos discuten todo sobre el fetiche, incluyendo recomendaciones de equipo, videos favoritos y preocupaciones prácticas, como el posicionamiento del estribo. A los pocos minutos de unirme, un miembro comenzó a platicar conmigo.
Alex* [no es su nombre real] ha estado interesado en el fetiche durante años, pero creía que era el único hasta que descubrió los foros en línea. “A mi esposa no le interesa esto, así que asisto a fiestas fetichistas”, dijo, haciendo referencia a las populares reuniones organizadas en toda la comunidad BDSM. Dice que disfruta la sensación de poder que conlleva realizar un examen ginecológico, y señala que la dinámica involucrada en este fetiche no es tan inusual. “Todo el sexo es sobre esto, sobre el poder”.
Gigi Engle es una entrenadora sexual certificada, educadora y autora de All The F * cking Mistakes: A Guide to Sex, Love, and Life. El lado psicológico de un fetiche ginecológico y otras formas de fetichismo médico tienen mucho sentido para ella. Al igual que otras formas de BDSM que posiblemente se han hecho más populares por películas como 50 Shades of Grey, el fetichismo ginecológico sigue una dinámica de poder predecible: “El fetichismo ginecológico tiene una dinámica de poder dominador-sumiso clásica, en la que el paciente asume el papel de sumiso”, explicó. “Como todo fetiche de examen íntimo, se trata de la emoción de la humillación y la violación en un entorno contenido”.
La idea de la fantasía y su entorno contenido tuvo eco en publicaciones de mujeres usuarias del foro. “Puedes adaptarla a las necesidades de tu fantasía”, escribió una, “e incluir cosas que nunca sucederían en un examen real”.
Pero en general, las mujeres en el foro estaban muy reacias a hablar conmigo: la mayoría de los usuarios del foro parecían ser hombres heterosexuales, una observación que Alex me confrimó. “Los datos duros dicen que aquí hay muchos más hombres que mujeres”, dijo.
Le pregunté a Lola Jean, otra educadora sexual, qué podría estar pasando. “Si estamos hablando heteronormativamente, supongo que esto tiene que ver con el hecho de que quien ‘interpreta el papel’ del médico es hombre”, explicó Lola por correo electrónico. “Si vas al ginecólogo, es probable que tengas una vagina y la ansiedad que eso genera probablemente provenga de la dinámica de poder inherente no solo entre médico-paciente, sino también entre géneros”.
No pude evitar preguntarme si hay un problema de tipo feminista involucrado. Después de todo, un hombre cisgénero no tiene la experiencia directa de un examen ginecológico real y sus molestias asociadas. ¿El fetichismo ginecológico se basa entonces en ideas obsoletas sobre ciertos órganos reproductivos que son misteriosos e incognoscibles? ¿Podría esto, a su vez, alentar la fetichización de nuestros cuerpos de una manera anticuada y poco saludable?
Tonya Jone Miller trabajó como operadora de línea telefónica sexual durante más de 15 años e interpretó fantasías ginecológicas para clientes por teléfono. Estima que alrededor del 5 por ciento de quienes le llamaban estaban interesados en eso, y no está de acuerdo con mi teoría de que este fetiche tenga un tinte misógino.
“Creo que para muchos hombres, este fetiche proviene de la idea de querer comprender mejor la experiencia femenina”, me cuenta por Skype desde su casa en Portland. “En el pasado, una mujer nunca le explicaba a su pareja lo que sucedía en el consultorio de un ginecólogo, pero ahora hay videos, hay foros donde la gente puede discutir estas cosas”.
Aún así, estaba empezando a creer que este era un fetiche con un tabú particularmente fuerte entre las mujeres que lo practican, o al menos parecía que algo les impedía describir sus experiencias. Luego me presentaron a Melissa Vitale, directora de comunicaciones de NSFW, un club privado de sexo en la ciudad de Nueva York. Melissa me contó cómo el fetichismo ginecológico puede empoderar —y de hecho lo hace— a las mujeres sexualmente. “¡Me encanta este tema!”, respondió al instante cuando le envié un correo electrónico. “Nunca imaginé que el juego de roles médicos podría ser tan erótico hasta que uno de nuestros clubes tuvo una sala con temas médicos”.
Ella agregó: “No lo entendí hasta que mi pareja y yo jugamos en esa habitación e inmediatamente quise que él fuera mi ginecólogo y se aprovechara de mí. Fue realmente erótico porque, a diferencia de las otras veces que he estado sobre los estribos y me he sentido impotente y avergonzada, esa vez me sentí empoderada y sensual”.
Tonya puede ver el atractivo de este fetiche. “Le quita la carga a la mujer. Entonces es capaz de relajarse y dejar que suceda y no es responsable de cómo responde su cuerpo ”, dice ella. “En muchos sentidos, estamos condicionadas a ser complacientes, a siempre complacer a nuestro hombre. Este fetiche nos permite liberarnos de eso”.
He escrito bastante sobre fetiches, pero el fetichismo ginecológico parece tener una carga tabú mayor que los demás. Antes de conocer a las pocas mujeres que estuvieron felices de hablar al respecto conmigo, me sorprendió el silencio ensordecedor de las mujeres que forman parte del fetiche. (Quizás valga la pena señalar que quienes ofrecieron historias personales sobre el fetiche ginecológico son todas educadoras sexuales o trabajan directamente dentro de la industria del sexo).
La escena de los fetiches y sus comunidades en línea han dado pie a que haya una apertura sexual, y están cambiando de manera positiva la forma en que pensamos y hablamos sobre el sexo y los fetiches. Pero, al menos por el momento, parece que este fetiche en particular, centrado en los cuerpos y las experiencias de las mujeres, todavía es incómodo para algunos. Esperemos que poco a poco cambie esta actitud, ya sea que estés o no dispuesta a usar los estribos.