De tequilas con Bea Pelea

Este artículo es parte del nuevo número de nuestra revista, ‘El número de la música’.

Para conocer a Bea Pelea (Beatriz Constenla, 1993), hay que desplegar una cartografía, así que quedamos en la Plaça dels Àngels de Barcelona, para empezar a trazar su mapa: “Nací en Málaga, pero mi madre es de Salamanca y mi padre es gallego. Mi madre siempre andaba de un lado para otro, y aunque pasé los primeros tres años allí, luego nos fuimos a Granada y después a México, (viví en DF y Cancún). También pasamos cinco años en Guatemala, entre Panajachel y Livingston, la tierra de los garífunas. Nos trasladábamos debido a su trabajo, por aquel entonces grababa un documental sobre la medicina maya en el Lago de Atitlán; de la gente que cura con las manos, con los huesos, con las plantas. Recuerdo tener una casa en plena playa, ¡es tan distinto que a veces creo que lo he soñado!”. Su madre, María Ángeles Sánchez Pérez, es escritora y ensayista. Aunque Bea ha terminado formando parte del mundo de la música.

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“En Guatemala descubrí el reaggeton, por unos vecinos, cuando en España no había llegado todavía. También asistí a las fiestas indígenas, donde se tocaba la marimba, había bailes de raíces africanas y las mujeres entraban en trance”.

Mientras que el flamenco le tocó de cerca durante su adolescencia, que la pasó Granada: “De los 11 a los 17 años, viví en los barrios de Haza Grande y del Albaicín, cerca del Sacromonte, tierra de gitanos. Mi padre, Pablo Bicho, es músico, por lo que he crecido rodeada de artistas de todas las disciplinas. Del flamenco, la canción de mi infancia es “Un ramito de violetas” de Manzanita, me recuerda a La Zowie (hija del Yerbita)”. Ambas han crecido juntas.

Fotografía de Daikyri. Abrigo de Palomo Spain

Antes de ser cantante, en la vida de Bea han habido muchas otras circunstancias: Estudió el Bachillerato de Artes Escénicas en el Instituto Isabel la Católica de Madrid, tiene a medias la carrera de Psicología (“Me interesa porque me gustan los locos [ríe], pero no lo veo como profesión”); y se preparó —junto a la bailarina Laila Tafur—, para entrar en la especialidad de danza contemporánea del Institut del Teatre de Barcelona.

“Siempre me ha gustado bailar, de pequeña hacía gimnasia rítmica y probé distintas modalidades de baile. Pero escribir me atrae más, porque sacas tu libreta y puedes hacerlo en cualquiera lado; bailar está muy reglado y hay que echarle horas. Si no tienes medios, ser bailarina profesional está difícil”.

“En Guatemala descubrí el reggaetón, por unos vecinos, cuando en España aún no había llegado todavía. También asistí a las fiestas indígenas, donde se tocaba la marimba, había bailes de raíces africanas y las mujeres entraban en trance”

Además, existe el problema del corte, la maldita vergüenza: “Si me fui a cursar arte dramático fue porque durante los campeonatos de gimnasia pasaba mucho miedo escénico, se me olvidaban los pasos o salía llorando; quería quitarme eso. En el bachillerato teníamos la asignatura de interpretación y allí, en un entorno donde no te conoce nadie, le echas más cara. Me sirvió para superar el bloqueo, aunque por mucho que me gustara cantar, nunca me imaginé que acabaría cantando enfrente de alguien.”

¿La culpable? Ms Nina, que en una de sus visitar a Barcelona ánimo a su grupo de amigas —todas artistazas de cuna y de corazón— a grabar una canción conjunta. De allí salió “Papi dime aver” (2016) y a Bea no le quedó otra que subir a defenderla en directo: “Siempre que venía Ms Nina o la Zowie cantaba en sus conciertos, así me entrenaba un poquito sin tener mucho peso. La primera vez que actué fue en 26 de agosto de 2016, en un Perreo 69 hospedado por La Zowie, que se celebró en la Sala Upload”.

Retrato de Daikyri

Su siguiente incursión sobre el escenario fue también por todo lo alto: en el concierto que dio El Mini, en el Primavera Sound de ese mismo año. Y hay más, este verano debutó en la Plaza del Sol de Madrid, durante la celebración del #WorldPride2017, donde presentó el nuevo sencillo “Házmelo otra vez” junto a la productora —y #twerkqueen— OkGirl. Otra de sus acompañantes asiduas es la dj Julietta Ferrari.

Poco tiempo ha hecho falta para que llamara la atención del colectivo feminista Hits With Tits, que le programó una actuación junto a su Bad Gyal, en Valencia. “El feminismo es algo que llevo dentro y no hace falta que haga un statement, porque lo he demostrado toda mi vida: soy independiente y sé valerme por mi misma. Siempre he estado rodeada de mujeres, tengo amigas de todas las edades de las que he aprendido mucho, desde la ilustradora María Rodríguez (A Flaira) a la escritora Julia Hernández y por supuesto, de mi madre. Como mujer siempre estás expuesta, por eso aprendí que debemos apoyarnos entre nosotras”. Y aunque no utilice el la palabra, el concepto está presente en todas sus letras: “En ‘Házmelo otra vez’, espero que todas las chicas entiendan que podemos disfrutar del sexo —con o sin amor—, y por supuesto, no solo para concebir”.

Con esta, son solo tres canciones publicadas en su historial —la última es un remix de “Sirena”de la Favi con beat de Deltatron—, y en breve editará una mixtape plagada de colaboraciones con King Jedet, Somadamantina, Kaydy Cain, Tomasa del Real y bases producidas por Kid Favela, Paul Marmota, Los Del Control, Dinamarca, King Doudou, Steve Lean y una larga lista que es para correrse de tanto name-dropping. Pero el verdadero gusto vendrá cuando la podamos escuchar, y será pronto.

“Les propuse las colaboraciones con un poco de corte, pero al final todos dijeron que sí [ríe]. Ahora me estoy dando cuenta que hay muchos factores y componer no es tan sencillo: debes tener en cuenta el ritmo, la letra, la melodía que tú le puedas buscar a una canción (que no sea solo rapear), la voz que cada uno tenga y cómo puedes utilizarla. Yo canto sin autotune. A veces me rallo, porque digo demasiado ‘papi’, como La Zowie ‘puta’ [ríe]. Cada una tiene su muletilla, no está mal. Al final, escribo siempre de la misma temática, el amor, pero cada una lo vive (y lo canta) a su manera”.

Fotografía de Daikyri. Vestido de Loewe y botas de Zara

Lo aborda con mucha gracia, usando ese acento granadino que suena a ronroneo, convirtiendo en una lírica sencilla conceptos complejos como el poliamor: “Me gusta cuando las personas saben llevarlo bien, aunque sea un tema complicado. Cuando estableces una relación, si quieres que perdure en el tiempo, debes respetar unos acuerdos para que no se convierta en caos. Tú puedes ser leal a alguien en cuanto a respeto, actuando según lo que habéis pactado, y a la vez tener libertad sexual. En las canciones siempre se habla del abandono o de la ruptura, pero también está la otra posición: que te gusten dos personas puede pasar, es biológico y es un tema tabú en nuestra sociedad. La gente no es simple, nos cierran en conceptos demasiado básicos y que a nos acaban afectando. No vas a ir en contra de ti mismo por unas reglas que te ha marcado desde fuera, porque tú vas a sentir sintiendo eso y los que vengan también. Es necesario que no nos auto-engañemos y auto-maltratemos, no sentirse culpable por los estereotipos de lo que es el bien y el mal, ¡hay un grises! Pasa ahora y ha pasado a lo largo de toda la historia, aunque no se visibilice lo suficiente. Pero al final, estás queriendo, no estás matando a alguien”.


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Bea ve que la importancia de mostrarse auténtica no solo depende de la palabra, sino de todo el contenido audiovisual: “Un videoclip debe ser real, porque si tiene un guión al final se convierte en una película. Flipo con algo cuando veo que es auténtico y espontáneo. Conservar la esencia y mostrar cosas que no se enseñan por convencionalismos y por lo que vaya o no vaya a vender. Cuando rodamos con Kokos Acke, todo lo que aparece es verdad: estoy cantando esta canción y estamos haciendo este video porque nos ha apetecido a todos. El de ‘Házmelo otra vez’ lo terminamos grabando en casa porque llovía y no había luz, así que usamos la televisión como foco; se emitía en segundo plano un vídeo de peleas de gallos y nos censuraron el videoclip, nos lo pusieron para mayores de 18 años porque lo denunciaron. Algunos no entendieron que más allá de la vertiente animalista, con esas imágenes quizás he querido criticar que mientras las chicas tomamos las primeras filas, los chicos y su beef quedan en segundo plano. Un videoclip también es una obra de arte donde el mensaje va más allá de la crítica objetiva. No lo puedes analizar igual que una noticia y es gente muy básica la que se queda con esa interpretación”.

“El feminismo es algo que llevo dentro y no hace falta que haga un statement, porque lo he demostrado toda mi vida: soy independiente y sé valerme por mi misma”

Bea Pelea es muy pura, tiene esencia y se ha mostrado muy natural desde el principio. Se mueve a pasos cautelosos “porque a pesar de que el mundo de las artes escénicas me gusta desde siempre, a la larga me veo más trabajando detrás que delante”. Y eso que actuará en Quinqui Stars —el próximo proyecto cinematográfico de Juan Vicente Córdoba—, pero mientras tanto estudia Producción de Espectáculos con el regidor Tito Lucchetti, al que admira mucho, y ha trabajado en las fiestas La Mercè. “Ya he vivido la profesión de artista de cerca, los éxitos vienen y se van. Creo que trabajando detrás del escenario puedes estar dentro del mundillo sin exponerte tanto. Ser artista está muy unido a ti, no es un trabajo al que vas ocho horas, tu trabajo eres tú y lo vives todo junto”. Tendrán razón los situacionistas, y la finalidad última será construir tu vida como un arte. Terminamos la entrevista y nos tomamos unos tequilas para celebrar esta actitud.

Fotografía: Daikyri

Estilista: Gerard López Pie

Maquillaje: Berta Hitz

Uñas: Lasmeninas7