“Todo comenzó cuando llegué a Valencia en el año 2002. La carrera de Comunicación Audiovisual, las raves y Chamán de Silicius fueron los detonantes”. Así explica Rocco Rodríguez, creador del Ministerio Post Natural, el fundamento de la secta que lideró a principios de los 2.000. De ella dice que “pronosticaron algunos de los rasgos y taras más distintivos del presente contexto socio-científico”, pero también que se alzó como una suerte de “obra de arte transdisciplinar que no se revela como tal ni se firma con el fin de desdibujar los límites entre realidad y ficción”.
Los Advenimientos Sónicos eran los principales rituales de este culto, a caballo entre lo religioso y lo puramente performático, que se basaba en idolatrar la ciencia y la tecnología y cuyas principales revelaciones se producían entre rave y rave.
Videos by VICE
MIRA:
“En los Advenimientos nos reuníamos los post-naturalistas, vestidos con film transparente, máscara de soldar y un altavoz con un loop electrónico diferente cada uno, para tomar las calles y proclamar nuestra compulsiva devoción. Las únicas reglas eran no quitarse la máscara y no apagar el altavoz, pero sobre todo no hablar ningún idioma entendible. El demacranto, el idioma que crearon, era el único idioma permitido durante los advenimientos sónicos”, cuenta el que fuera el líder de este culto.
Hablamos con Rocco, fundador de este movimiento religioso que ahora regenta una galería de arte en su Benidorm natal, sobre el demacranto, sobre cómo es predicar electrosalmos en los afters y sobre cómo consiguieron convertir la de Loquendo en una voz sagrada.
VICE: Buenas, Rocco, ¿qué hay? Supongo que es difícil, pero ¿podrías resumirnos qué fue el Ministerio Post-Natural?
Rocco Rodríguez: El Ministerio Post-Natural fue una corriente de pensamiento que pronosticó algunos de los rasgos y taras más distintivos del presente contexto socio-científico, pero también una obra de arte transdisciplinar que no se revela como tal ni se firma con el fin de desdibujar los límites entre realidad y ficción. Yo tenía claro que la adoración a la tecnología sería nuestro principal dogma de fe, pero Chaman de Silicius fue quién le dio el tono sobrio y atormentado al discurso. Fundamos el Ministerio Post Natural la misma noche en que nos conocimos, y ya de after nombramos a nuestros primeros ministros.
¿El Chamán de Silicius es una persona real?
Es una persona real, pero es una buena pregunta porque realmente llevamos tantos años sin verlo que es prácticamente un personaje mitológico que actúa desde la infrared y realmente ahora ha conseguido gran influencia, porque es el fundador de un canal de Facebook con miles de seguidores. Ha encontrado su camino.
¿Qué función desempeñaba cada cual en el Ministerio Post-Natural?
Básicamente, yo organizaba, gestionaba y llevaba a cabo todas las acciones. Y él era más bien el que aportaba el trasfondo ideológico. Era alguien que estaba en la sombra, que cuando se le llamaba para un Advenimiento Sónico no aparecía, pero que actuaba de forma argumental.
¿Cuáles eran las bases, las principales creencias del Ministerio?
La fusión del hombre y la máquina para alcanzar la inmortalidad, la búsqueda (o creación) de Dios a través de la red y el extremo dominio de la ciencia que nos permita domar a este planeta como a un potro desbocado y alcanzar las estrellas. Esa es la ideología del Ministerio Post-Natural (no la mía), pero con el tiempo creé también otros cultos afines y adversos, como el Sagrado Rayo Catódico, el Capitalismo Zen, Las Hordas Ketor o La Escuela de la Cirugía Creativa, que enriquecieran el universo onírico del Ministerio.
Pero, ¿aquello era una secta o una performance? ¿Fue el Ministerio una doctrina religiosa e ideológica que se apartaba de lo que se considera ortodoxo, que es como define la RAE el concepto de secta, o se trató simplemente una serie de intervenciones artísticas para llamar la atención?
Creo que a día de hoy está más denostado el término performance que el término secta. Pero fíjate cómo cambia la percepción de un mismo evento simplemente al denominarlo de una manera u otra. Y yo no puedo evitar que me parezca mucho más interesante la segunda opción.
¿Qué normas o preceptos seguíais? ¿Había algún requisito para entrar en vuestra secta, algún rito?
El calor humano y todas esas emociones tan perniciosas. Que nos tientan. Son asquerosamente orgánicas. Piensa en las digestiones, en los fallos de los órganos, en la mierda que generamos. Y por otro lado, piensa en el brillo corporativo, la maravillosa limpieza del procesador, la belleza del pixel. (Amor Corporativo 2.7)
Creo que ese texto sagrado es bastante ilustrativo… Sí que existían ciertas normas en los rituales de advenimiento sónico, las que he mencionado anteriormente: no quitarse ni la máscara, ni el altavoz en loop, y hablar solo en demacranto, nuestro idioma. Las Crónicas de Nueva Babilonia 32.2 dicen así: “Nuestro idioma es el demacranto. Es la máxima expresión del fanatismo y del encarnizamiento ciego. La palabra se suprime al igual que la razón, y solo queda el graznido enfermizo, y la autoridad divina”.
Además de los Advenimientos Sónicos, ¿teníais otros cultos o preceptos morales? ¿Os reuníais?
Realmente, lo que predicaba el propio culto era una comunicación cibernética, por lo que la reunión principal era únicamente el Advenimiento Sónico. También nos tomábamos algunos afters y raves como una suerte de Eucaristía, pero no teníamos reuniones con una periodicidad concreta.
En cuanto a los preceptos morales, sobre todo eran la fusión del hombre con la máquina, la búsqueda de Dios en internet y dominar la ciencia hasta el extremo en el que podamos domar el planeta.
Háblame un poco más sobre el demacranto, el idioma de vuestro culto religioso. ¿A a qué suena?
El demacranto es una expresión del lenguaje todo subconsciente. El creador del término fue Adrián con N, uno de los Ministros de la Fe, y para cada persona puede sonar de una manera, no tiene reglas. Puede sonar a ruso o a sánscrito, dependiendo de la persona y el momento. Es un graznido.
¿Cuántos adeptos llegásteis a tener en el Ministerio?
No buscábamos adeptos, solo colaboradores que pudieran aportar su talento a las diferentes manifestaciones del Ministerio Post-Natural. En nuestros textos religiosos estos eran clasificados entre Figuras Sagradas (personajes carismáticos que llenaban con su mera presencia), Ingenieros de la Fe (editores de video, músicos, diseñadores y otros hechiceros), y Ministros de la Fe (los bromistas sin escrúpulos que creamos la doctrina).
¿En qué medida influyó la cultura rave valenciana en la imaginería y las bases de vuestro culto?
Yo llegué a Valencia en el auge del movimiento rave de principios del 2000. Y lo cierto es que vivir todo aquello me ayudó mucho a la hora de describir mundos posapocalípticos de fantasía. Allí conocimos a muchos de los discípulos y vivimos algunas de las hazañas que se narran en los textos sagrados. Chamán llamaba Camposanto a las raves, y se negaba a pisar Valencia (es de Cuenca) si el plan era otro.
¿Y qué relación guardan las ideas en torno a las que se articula el Ministerio Post-Natural con el transhumanismo y los cíborgs?
Nosotros ya hacíamos bromas transhumanistas una década antes de que existiera el término. En este caso El Códice Metro-Silicius (nuestro libro sagrado) puede considerarse la avanzadilla poética no solo del transhumanismo, sino también de otras corrientes como el Dataismo (la fe en la infalibilidad de las predicciones procesadas por las supercomputadoras del futuro) o el vaporwave (tendencia musical y estética que a través de una mitificación de las marcas e iconografía de los 90 abraza la alienación corporativista en lugar de enfrentarse a ella).
¿Cómo es el proceso de creación de un libro sagrado desde cero? ¿Cómo nace el Códice Metro-Silicius?
El códice parte principalmente de las conversaciones cibernéticas con Chamán de Silicius. Son largos hilos de conversación que parecen cartas entre Ministros de la Fe trasnochados soltando barbaridades de todo tipo. Esas charlas tienen tanto jugo que son los que dan los preceptos y la doctrina.
Pero el Metro-Silicius no es un libro sagrado al uso, sino que se trata de grabaciones de Loquendo alojadas en una página web. ¿Por qué elegisteis este formato? ¿Pertenecía Loquendo al Ministerio o algo?
El formato, hacer grabaciones de voz en lugar de escritos, fue del todo espontáneo pero no por ello deja de tener todo el sentido acorde a nuestro discurso. De alguna manera, si lo locutaban robots, se eliminaba la emoción y la parte humana del mensaje para poder dar un mensaje aún más aterrador, autoritario y absurdo. Fue espontáneo, pero es perfecto que sean robots los que locutan estos 300 textos sagrados.
¿Qué relación hay entre el arte y la religión, entre lo performático y lo espiritual y de qué manera se reflejaba en el Ministerio?
Una formación religioso no deja de ser una obra de arte total, que lo abarca todo. Hay mucha gente que ha construido su código de conducta a partir de la ideología de Dragon Ball o Star Wars. No debemos menospreciar el poder para cambiar una sociedad que tienen las obras de ficción. Al fin y al cabo, con lo que fantaseen los niños de hoy será lo que construyan los científicos o líderes mundiales del mañana.
¿En qué momento y por qué decides dejarlo y dedicarte a tu galería de arte, El Oráculo de Delfos? ¿Es agotador ser líder de secta?
Decido dejarlo porque me doy cuenta de que el Ministerio cumplió su función precognitiva y dejó de ser necesaria cuando la sociedad ya se parecía demasiado a lo que predecían nuestros textos. Yo fui el Profeta Digital durante todos aquellos años y a través de su inspiración edité, organicé y distribuí todo el material del culto. Según dice Chamán con sorna, el Profeta me dejó hace mucho tiempo pero algunos tardaron en darse cuenta. Lo cierto es que fue la época más creativa de mi vida. Éramos como el ejército de Los 12 monos en versión ciberpunk trasnochada. Pero tanta efervescencia productiva era insostenible a largo plazo.
Tras finalizar aquella etapa, creáis el concepto de ingeniería de la fe. ¿De qué se trataba?
Se acercaba el año 2012 y los ecos del apocalipsis maya nos hicieron dar un cambio de rumbo. Ingeniería de la Fe fue la evolución natural del Ministerio hacia un look de empresa comprometida con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Como sugirió el diseñador de la infografía, Mik Baro, era como el lavado de cara que tuvo que hacer General Motors a principios del 2000. Ahora ofrecíamos soluciones de marketing y estética a cultos religiosos principiantes. Pero también creábamos productos de tecnología servo-espiritual como el gestor de tráfico transmigratorio (reencarnación) o el desautomatizador neuronal (viajes astrales), presentados en la sala Octubre.
Hubo una pieza del Ministerio creada por ti, un extraño vídeo llamado Gran Árbol Kétor, que fue especialmente viral y que lo continúa siendo
Como en muchos otros casos, siento que la idea vino a mí sin yo buscarla. Pero me hizo tanta gracia que no pude irme a dormir hasta verla ejecutada y subida a YouTube. Fue 6 años después de crearla cuando un antiguo Ingeniero de la Fe me contó que en Forocoches se había viralizado y que había hilos e hilos de gente especulando sobre su significado.
Algunas teorías apuntaban a la cabalística, otras afirmaban que el vídeo formaba parte de un sistema de control mental de la CIA. Otros usuarios simplemente soltaban locuras del tipo “llevo horas escuchándolo y me han entrado ganas de quemar la casa”. Parecían poseídos por los mismo espíritus que nos guiaron a Chamán y a mí durante la creación del ministerio.
Pero, ¿cuál era su sentido real? ¿Qué es el Gran Árbol Kétor?
Prefiero que se quede en la leyenda, en las suposiciones.