Los tiburones han sobrevivido en los mares de la Tierra desde antes de la era de los dinosaurios, pero según un nuevo estudio este linaje diverso y antiguo ha sufrido serios reveses en los últimos 20 millones de años. De hecho, los humanos en este momento coexistimos solo con una pequeña fracción de los tiburones que solían existir en el planeta.
Muchos tiburones actualmente están en peligro de extinción debido a las actividades de una especie mucho más joven —la nuestra—; sin embargo, un asombroso 90 por ciento de ellos se extinguió hace unos 19 millones de años, cuando experimentaron un devastador cuello de botella evolutivo que redujo su número drásticamente. Esta “extinción masiva de los tiburones previamente desconocida” ocurrió en el Mioceno temprano, un período oscuro de la historia geológica, y aún se desconocen sus causas fundamentales, según un artículo publicado el 4 de junio en Science.
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“Los tiburones han existido durante los últimos 400 millones de años de la historia de la Tierra”, nos dijo en una llamada telefónica Elizabeth Sibert, la autora principal del estudio y becaria postdoctoral Hutchinson en el Instituto de Ciencias Biosféricas de la Universidad de Yale. “Han sobrevivido a casi todas las grandes extinciones masivas. Lograron sobrevivir el último periodo de la Era Paleozoica, denominado Pérmico, que acabó con el 95 por ciento de todas las especies; sobrevivieron a impactos de asteroides; sobrevivieron al calentamiento global, al enfriamiento global y a todo tipo de cosas”.
“Y, sin embargo, este evento del que no sabíamos acabó con el 90 por ciento de ellos”, agregó.
Sibert descubrió por primera vez la evidencia de esta mortandad cataclísmica mientras estudiaba unos ictiolitos, fósiles diminutos de escamas y dientes de pescado, cuando era miembro junior de la Harvard Society of Fellows de la Universidad de Harvard. Mediante el uso de rastros fósiles extraídos de un núcleo de sedimentos de aguas profundas del Océano Pacífico Sur, pudo reconstruir un registro de la abundancia de peces y tiburones, el cual cubrió los últimos 80 millones de años.
Los sedimentos contenían aproximadamente la misma cantidad de escamas de peces y tiburones hasta que un asteroide impactó la Tierra hace 66 millones de años, matando a los dinosaurios y a muchos tiburones. Este evento de extinción redujo la proporción pez-tiburón a 5:1, una cifra que se mantuvo relativamente estable hasta que, de repente, en el Mioceno temprano, los rastros de los tiburones se redujeron repentinamente diez veces.
Sibert se enfocó en esta extraña reducción de la población de tiburones con la ayuda de Leah Rubin, quien recientemente ingresó al doctorado de la Facultad de Ciencias Ambientales y Silvicultura de la Universidad Estatal de Nueva York.
Ambas examinaron 798 escamas de tiburón (o “dentículos”) extraídas del Pacífico Sur, así como 465 dentículos de un lugar en el Pacífico Norte, y los clasificaron meticulosamente en 88 grupos morfológicos relacionados. Si bien los 88 grupos estaban presentes antes del evento de extinción del Mioceno, después ya solo pudieron detectar ocho de ellos en los sedimentos. Este hallazgo reveló que no solo se diezmó gravemente la población de tiburones, sino que también experimentó una pérdida del 70 por ciento de la biodiversidad de sus especies.
“Esto trastocó 45 millones de años de estabilidad, y sucedió en un abrir y cerrar de ojos geológico”, dijo Sibert. “No sabemos qué tan rápido sucedió. Ocurrió en menos de 100.000 años, pero más allá de eso, no tenemos más información. Pudo haber sido en un día, en 1,000 años o en 100,000″.
El misterio de la repentina reducción en el número de tiburones se profundiza aún más debido a la falta de explicaciones obvias de su posible causa. No se conocen cambios climáticos importantes en este período y aparentemente hay una brecha en el registro sedimentario que oculta otras pistas sobre las alteraciones ambientales que podrían haber diezmado a los tiburones. Como resultado, el nuevo estudio ha dirigido el foco de atención al Mioceno temprano, lo cual debería impulsar la investigación interdisciplinaria de esa era relativamente poco estudiada.
“Como pasa con la mayoría de los esfuerzos de investigación, este primer artículo ofrece más preguntas que respuestas y planeamos investigar todos los datos que ofrecen los dentículos a través de un conjunto variado de perspectivas, desde la hidrodinámica hasta la ecología”, dijo Rubin en un comunicado enviado por correo electrónico.
Si bien las causas de ese evento de extinción pasado siguen siendo inciertas, los humanos somos claramente la causa de la extinción moderna de los tiburones. Decenas de millones de tiburones mueren cada año como resultado de nuestra actividad, una tendencia que es aún más preocupante si se tiene en cuenta que esta icónica e importante familia no se ha recuperado desde su rápido y misterioso declive en el Mioceno.
Es crucial comprender lo que les sucedió a los tiburones hace 19 millones de años para ayudar a desarrollar una manera más eficaz de conservarlos en el presente: ambos períodos demuestran que incluso los animales con orígenes evolutivos antiguos y una reputación de capacidad predadora pueden desaparecer para siempre.
“Tengo muchas esperanzas de que este documento inspire a otras personas a interesarse por este período en el tiempo, ya que creo que los tiburones están tratando de decirnos que aquí sucedió algo importante”, concluyó Sibert. “Y creo que debemos escucharlos”.