Lo último que se me habría pasado por la cabeza cuando tuve una cita con Tom*, un chico que había conocido en una aplicación, era la posibilidad de que una foto mía acabara publicada en internet si me acostaba con él. Pero desde 2016 hasta el mes pasado, esa posibilidad era real. Como también lo era que la juzgaran y comentaran más de 7000 hombres de todo el mundo.
Tom, un hombre de 29 años atractivo e ingenioso, parecía un tío de lo más normal. Media hora después de incómoda conversación de primera cita, me habló de un grupo de Facebook del que es miembro en el que los hombres se dan consejos para hacerse perfiles que funcionen en aplicaciones para ligar. Luego lo comparó con El método, un libro de 2005 que documenta el viaje del autor en la “comunidad” de la seducción, una comunidad plagada de hombres con perilla para quienes “hablar con mujeres” es un deporte en el que ser los mejores.
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Después de la cita, encontré el grupo en Facebook. Lo había creado Alex Vilenchik, un joven de 28 años al que la página web Sopot Summit 2018 (un “evento de seducción épico”) describe como “entrenador online del método”. La premisa es sencilla: enseña a los hombres a triunfar en el mundo de las citas por internet. Por ejemplo, explica cómo acostarse con el mayor número de mujeres posible usando todas las aplicaciones para ligar disponibles.
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El grupo es parte de una “guía exhaustiva para ligar en Tinder y en otras aplicaciones”, que cuesta unos 150 euros y que asegura “resultados inmediatos”. Los miembros se dan consejos sobre qué foto de perfil usar, frases para romper el hielo y cómo mantener una conversación. Los más orgullosos comparten fotografías. Fotografías de mujeres desnudas o en ropa interior con la cara pixelada posando para una foto que claramente no tenían intención de compartir con 7000 desconocidos. O, lo que es aún más perturbador, fotos sacadas de lado o cuando las mujeres están de espaldas a la cámara, lo que sugiere que no sabían que les estaban haciendo fotos.
Cuando pregunté a Vilenchik si sabía si los miembros de su grupo, que llevan dos años publicando fotos, tenían consentimiento para hacer y publicar esas fotografías, me dijo que su grupo era “grande y activo” y que habían “empezado a tomar medidas contra ciertas publicaciones” cuando tienen tiempo. “Las fotos de desnudos las prohíbe Facebook automáticamente, así que no hay”. Me aseguró que “la mayoría de las mujeres no han puesto pegas” con las fotos sexuales explícitas que él mismo ha publicado de aquellas con las que se ha acostado.
“El grupo es parte de una ‘guía exhaustiva para ligar en Tinder y en otras aplicaciones’, que cuesta unos 150 euros y que asegura ‘resultados inmediatos’”
Casi todos los comentarios de las publicaciones alaban o desprecian los cuerpos de las mujeres. “Joder, esta chica vino a que se la follaran bien”, escribe un usuario en una publicación de agosto de una chica con un top y una falda abriendo la puerta. “Efectivamente, me la follé”, responde el fotógrafo, un tío polaco con 35 000 seguidores en Instagram que se parece a Justin Bieber. Me alivia no encontrar nada sobre mí. La última publicación de Tom se remonta a febrero del año pasado y no incluye contenido fotográfico.
Tras encontrar la página, llamé a mi cita, Tom, para hablar del tema. Reconoce que el grupo ha cruzado una línea muy clara, pero se muestra indiferente cuando le pregunto por qué no dejó el grupo o por qué no lo denunció. Entiende por qué este grupo escandalizaría a mucha gente, pero no ve la conexión entre la aberrante violación de privacidad y el daño que esas fotos pueden causar.
“Creo que la razón por la que a muchos tíos no se les pasa por la cabeza es porque solo ven el acto, pero no las consecuencias. No conozco a ninguna chica que se haya visto afectada por esto. Si fuera el moderador, tomaría medidas, pero es como cuando estás en Instagram o en Twitter: ves cosas con las que no estás de acuerdo, pero no sientes la necesidad de dar el paso de denunciarlo”.
“Lo que me resultó interesante fue el ambiente, en el que la gente podía hablar de sus experiencias e intentar mejorar. No pilla por sorpresa que los tíos que pasan por esta experiencia acudan a internet para saber si lo están haciendo mal. Creo que está bien que los chicos puedan tener algún tipo de grupo en el que hablar de este tipo de cosas y en el que poder analizar qué hacen bien y qué hacen mal”.
La idea de que haya un espacio en el que los hombres puedan hablar de sus inseguridades con otros hombres sin ser juzgados es lo que hace que Tom siga entrando. Y es comprensible. Pero estoy segura de que puedes pedir y dar consejos sin tener que compartir fotos de mujeres jóvenes abiertas de piernas en tu cama.
Si analizas la lista de administradores y moderadores del grupo, queda claro que tienen éxito y gustan. Uno de ellos es un pianista, ganador de un Grammy, que tiene más de 4000 seguidores en Twitter. Otro es un DJ italiano que tiene fotos con Shakira y David Guetta en su perfil de Facebook.
“Lo más preocupante de los usuarios que más destacan es su capacidad de camuflaje, lo bien que conocen las convenciones sociales que les han permitido acostarse con las mujeres de las que publican fotos”
No se trata de hombres a los que la sociedad ha rechazado. De hecho, lo más preocupante de los usuarios que más destacan es su capacidad de camuflaje, lo bien que conocen las convenciones sociales que les han permitido acostarse con las mujeres de las que publican fotos y la poca empatía que demuestran al publicarlas.
Estos hombres son de una especie diferente a la de los que son solteros a su pesar, ya que ven el sexo como un derecho natural y a las mujeres exclusivamente como sirvientas de sus deseos sexuales.
Vilenchik expulsa de un hilo a un usuario que asegura que “el sexo es para que lo disfruten los hombres, no las mujeres”, pues considera que sus ideas “surgen del dolor y no son para nada sanas”. Otro administrador asegura que este usuario es “un amargado e inseguro”. Otro usuario comenta: “Es una ideología completamente ridícula. Así es como nacen los violadores”.
“Algunas de estas mujeres han participado conmigo en seminarios online para el grupo”, me dijo Vilenchik en un correo electrónico. “Puedo enviarte 100 000 grupos feministas en los que publican fotografías de hombres desnudos, conversaciones privadas y las caras de esos hombres. En general, parece que esto Facebook, periodistas y medios como VICE sí lo permiten”.
Le pedí a Vilenchik que me mandara los nombres de esos grupos para que pudiera investigar. Aún estoy esperando la respuesta a la petición que le mandé a finales de septiembre.
El grupo se desactivó 48 horas después de que Facebook se enterara de su existencia. Las dos cuentas de Vilenchik se han eliminado, así como las de los otros cuatro administradores, pero los otros seis moderadores del grupo y los usuarios más destacados siguen activos .
El hecho de que el grupo haya conseguido pasar desapercibido tanto tiempo plantea preguntas sobre la protección que ofrece Facebook a sus usuarios y cómo regula los grupos que comparten contenido dañino. La página ha sido duramente criticada por no conseguir detectar y lidiar con las denuncias de grupos que comparten pornografía infantil y, más recientemente, grupos que venden especies protegidas de la fauna exótica de Tailandia. Esta vez el asunto es mucho más común: cualquier mujer que haya tenido la mala suerte de liarse con un tío que publica fotos en esa página.
“El hecho de que el grupo haya conseguido pasar desapercibido tanto tiempo plantea preguntas sobre la protección que ofrece Facebook”
Como respuesta a la investigación, un portavoz de Facebook dijo: “Sabemos que a veces se comparten imágenes íntimas sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellas y eso va contra nuestros valores y nuestras normas. Hemos eliminado de Facebook el grupo y los perfiles de su administrador permanentemente con efecto inmediato. Hemos utilizado un arsenal de herramientas, entre las que se incluye tecnología de reconocimiento de fotografías para prevenir cualquier intento de compartir imágenes íntimas sin consentimiento en Facebook, Messenger e Instagram antes de que dichas imágenes lleguen a la plataforma. Seguiremos trabajando con expertos y organizaciones para proporcionar apoyo a la gente que haya podido sufrir las consecuencias de este comportamiento tan dañino”.
No sé si Tom seguirá usando el material de Vilenchik después de leer esto y no sé si este artículo conseguirá disuadir a otros aspirantes a maestros de la seducción de hacerlo. Lo que sí sé es que Tom y los otros 7319 miembros de este grupo siguen publicando fotografías íntimas de mujeres sin su consentimiento, sin decir nada.
*Se ha cambiado el nombre.