No nos engañemos: hasta la persona más enamorada y comprometida fantasea de vez en cuando con liarse con su ex o pasarse el día jugando a la Playstation.
¿La soltería te pone triste? ¿Te pasas el verano mirando de soslayo a las parejitas que pasean por el parque, mientras te comes un cucurucho de helado en un rincón, en completa soledad? Pues déjalo ya. Por muy felices que tus amigos parezcan con sus parejas, me atrevería a decir que todos ellos tienen una fantasía secreta que les gustaría realizar pero no pueden porque están en pareja.
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Ya habíamos hecho una primera ronda de testimonios similares, pero como el tema siempre da de sí, pedí a varias personas felizmente emparejadas que me contaran qué les gustaría hacer en un mundo paralelo en el que sus parejas no existieran.
Tener un marido marchante de arte al que pudiera engañar
VICE: ¿Qué fantasía te gustaría hacer realidad y no puedes porque tienes pareja?
Petra, 24 años: Paso mucho tiempo en ferias de arte privadas y conozco a muchos marchantes. Siempre me imagino que soy su joven esposa y voy con ellos en jet privado a las ferias, me gasto sus fortunas comprando piezas que me gustan y paso medio año a bordo de yates de lujo por el Mediterráneo. Además, fantaseo con que luego tengo aventuras con los marchantes más jóvenes y guapos a espaldas de mi marido.
Madre mía. Eso es una fantasía de alto nivel. Rollo la peli Origen, pero con líos amorosos. ¿Alguna vez lo has comentado con tu pareja?
¡No, por Dios! Si ya se enfada cuando le digo que me gusta tal o cual famoso.
¿Te has planteado alguna vez introducir en tu relación un juego de roles basado en tus fantasías?
No. Como mucho, he conseguido que me dé unos azotes, pero creo que ya estamos bien así; que sea mi pequeño secreto. Quién sabe si en algún momento de mi vida termino con uno de esos marchantes ricos.
Los blancos de Tinder
VICE: ¿Qué harías si estuvieras soltero?
Jamie, 27 años: Más que nada por un tema de curiosidad, me encantaría descargarme Tinder y comprobar si los tíos blancos se sentirían atraídos por mí. No me puedo arriesgar a que me vea en la aplicación gente que conozco. Una vez se me pasó por la cabeza hacerme pasar por mí misma, y si alguien viera mi imagen, decir que me habían robado las fotos y que no sabía nada.
¿Alguna vez has salido con blancos?
Solo he salido con negros. En el instituto, la mayoría eran blancos y nunca les gustaba. Solo gustaba a los dos únicos negros que había y que ya estaban cogidos. Ahora, siempre que estoy en un sitio con blancos, es porque son mis amigos, así que soy la última a la que escogen en mi grupo. Nunca he llamado la atención a ningún blanco, y no sé si es por mi físico o por mi forma de ser. Siempre me lo he preguntado.
Entonces, ¿nunca has tenido un perfil en Tinder?
¡No! Ya llevo casi seis años de relación, y las aplicaciones de citas todavía no existían cuando yo estaba soltera.
¿Alguna vez has hablado del tema con tu novio?
Le he comentado que siento curiosidad por lo de Tinder, pero no concretamente que me gustaría saber si gusto a los blancos.
¿Y eso? ¿Crees que se lo tomaría mal?
No creo; al contrario, creo que me animaría diciendo algo así como, “¡Pues claro que les gustarías! ¿Cómo no ibas a gustarles?”, lo cual está muy bien, pero tampoco me aclara nada. Seguramente empezaría a interrogarme y querría saber por qué me importa tanto eso, porque siempre estoy protestando por el tema del privilegio del hombre blanco. Pero bueno, yo me sigo preguntando: si un hombre blanco viera mi foto, ¿le gustaría? Imagino que Tinder sería el lugar ideal para averiguarlo. Quizá nunca lo sepa.
Quiero meterla en el enchufe
VICE: ¿Qué harías si estuvieras soltero y no puedes hacer ahora?
Ahmed, 31 años: Me encantaría quedarme aquí sentado, jugando a la consola. Desde que me casé, habré encendido la Playstation como una vez. Antes solía jugar después del trabajo o los fines de semana. Sé que es un poco egoísta, de desagradecido e infantil, pero echo de menos poder hacerlo siempre que quiera sin tener que preocuparme por nadie.
¿Cuánto llevas casado?
Dos años. Es genial, por supuesto, porque ahora vemos cosas o salimos juntos, pero bueno, sigo echando de menos los videojuegos.
¿Deseas secretamente que tu mujer se vaya para poder jugar a la consola como un niño grande?
Total. Cuando ella no está, me quedo en el mismo sitio jugando hasta que vuelve y me encuentra rodeado de cáscaras de pistachos. Qué triste, ¿no?
¿Qué opina tu mujer de tu afición a los juegos? ¿Te prohíbe jugar o eres tú el que se impone la prohibición por el sentido del deber de un buen marido?
No se opone, simplemente no le interesa. Si me pongo a jugar, se va de la habitación o sube al piso de arriba y claro, me quedo pensativo y al final apago la consola y ponemos una peli o algo. Y así ha sido durante dos años.
¿Has intentado hacer que le gusten los videojuegos, con juegos para parejas o similares?
Sí, pero todos mis juegos son de terror y ella es muy asustadiza.
Un último hurra
VICE: ¿Cuál es tu fantasía secreta?
Jonny, 24 años: Con esto voy a quedar como la peor persona del mundo, pero confieso que me sigue gustando mi ex. No es que quiera volver con ella, pero me encantaría que folláramos otra vez.
¿Un último hurra?
Bueno, quizá más de uno. Como pareja éramos totalmente incompatibles, pero el sexo era una pasada. Me sorprendo pensando en eso más de lo que debiera. No he vivido nada comparable a eso, sexualmente hablando.
¿Es factible que esa fantasía pueda hacerse realidad?
Quiero creer que no ocurrirá mientras esté en esta relación. Quedamos como amigos, pero he intentado tener el mínimo contacto posible con ella para evitar tentaciones.
Romance de verano
VICE: ¿Qué echas de menos de estar soltero?
Charlie, 29 años: Estoy muy bien en pareja, pero siempre me entran las ganas cuando llega el verano o me voy de viaje. Hay algo en estar de viaje que hace aflorar mi lado promiscuo. Supongo que es por el hecho de no tener que afrontar las consecuencias.
Imagino que has tenido un montón de aventuras en el extranjero.
Bueno, estuve soltero mucho tiempo y viajaba mucho por trabajo. Si estás en una habitación de hotel y no debes explicaciones a nadie, ¿por qué no? Es una buena forma de matar el tiempo en un viaje de negocios.
¿Qué es exactamente lo que echas de menos?
Esa sensación de aventura, principalmente. La incertidumbre de a quién conocerás o de si el sexo estará bien. Ese factor desconocido. Cuando estás en pareja, las cosas son mucho más estables y predecibles, obviamente. A veces añoro esa sensación de no saber qué va a pasar después. Ligar en el extranjero también tiene ese componente de anonimidad: cuando solo vas a ver a esa persona una vez, puedes ser quien quieras ser, porque nunca van a conocer otra faceta de ti.
