Así fiestean los Fariseos de Sonora durante Semana Santa

A 30 kilómetros de Navojoa, en Sonora, pasando el pueblo de San Ignacio y tras un pesado camino de terracería, se encuentra escondido el ejido El Recodo. Una pequeña comunidad dónde las tradiciones de los indígenas Mayo siguen vigentes. Los Mayos son un pueblo que habita principalmente al sur del estado de Sonora, cuentan con lengua, usos, costumbres y tradiciones propias.

Teniendo como religión el catolicismo, figuras como San Juan Bautista, San Francisco y la Virgen de Guadalupe tienen sus propias celebraciones. Sin embargo, la fiesta más grande se lleva a cabo durante la Semana Santa.

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La celebración de Semana Santa lleva consigo la representación de la Pasión de Cristo y comienza desde el miércoles con la captura de El Viejo —Jesucristo—, un rol representado por un voluntario de la comunidad. Hasta la noche del miércoles, no sé conoce la ubicación de El Viejo. Los Fariseos —judíos que condenan a Jesucristo— son los encargados de buscarlo y capturarlo.

Los Fariseos llevan al Viejo a una cueva, hecha principalmente de ramas y hojas, dónde es mantenido hasta la tarde del Jueves Santo. Durante todo este tiempo el Viejo no tiene acceso a ningún tipo de comida o bebida.

Los Fiesteros son los encargados de resguardar al Viejo, de vigilar que no se le haga daño durante las actividades.Alrededor de las seis de la tarde, el Viejo es atado por la cintura, los Fariseos lo rodean, bailan y hacen algunas burlas. “A éste no me le van a hacer daño”, repite uno de los fiesteros continuamente mientras algunos ríen. El Comanero, líder de la comunidad, se mantiene en calma y con la mirada regaña a algunos de los asistentes que se burlan, quienes se tranquilizan enseguida. Todos guardan silencio, porque el amarre es un momento de preparación espiritual para el Viejo.

El Viejo es llevado a la plancha, ubicada frente al templo de la comunidad, y comienza a correr. Durante el recorrido, de al menos 1 kilómetro, es tratado de capturar y derribar por los fariseos, lo fiesteros lo resguardan y le dan de beber en las pausas que el viejo toma para descansar.

Después de correr durante algunos minutos, el Viejo debe llegar a la cruz para detener su captura, pero es finalmente derribado a unos metros de la plancha de la comunidad. Al verlo caer, la gente se acerca y a forcejear con los Fariseos, que buscan impedir que el viejo complete su camino. Llegando a la cruz, el viejo es liberado, nadie puede acercarse. Los Fariseos ahora forman dos filas y se limitan a bailar y animar a los asistentes. La fiesta se alargará hasta el domingo.