Música

Festival Estéreo Picnic día 3: LCD Soundsystem tu papá

Anoche LCD Soundsystem cumplió por fin la segunda cita que muchos fans colombianos llevábamos esperando desde comienzos de 2011, cuando nos visitaron por primera vez en Bogotá. Muchas cosas pasaron durante esos años: la banda se separó y se volvió a reunir, publicando el año pasado ‘American Dream’, un nuevo álbum después de siete años. Tanto el público como la crítica celebró este nuevo regreso, un poco más oscuro y reflexivo.

Y esto lo presenciamos anoche con la banda neoyorquina liderada por James Murphy: el sonido de una banda que se fue y que volvió, más madura que nunca. Nuestro reencuentro empezó con un clásico de su álbum debut homónimo “Yr City Is a Sucker”, apenas para calentar motores. La ausencia de lluvia encendió más a la gente, que por fin no tenía que ver a su banda favorita debajo de un plástico o una sombrilla.

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El barro bajo nuestros pies temblaba como gelatina a medida que el concierto avanzaba. Temas icónicos y prendedores de la banda como “Daft Punk is Playing at my House”, “You Wanted a Hit”, “I Can Change” y hasta “Movement”, se mezclaban con su nueva versión fiestera que pudimos sentir anoche con canciones como “Call the Police” y “Tonite”.

Pero no todo podía ser fiesta con LCD Soundsystem, y esa es una de las cosas más lindas de esta banda: que hay espacio para el baile, el frenesí, y al mismo tiempo queda espacio para el vacío, el desamor, el veneno y el llanto. Tracks que se convirtieron con los años en manifiestos de las pistas de baile, como “Someone Great”, “Home” y “Dance Yrself Clean”, sonaron también a lo largo del concierto, la mayoría casi al final, para ir aterrizando poco a poco la nave sonora que veíamos por segunda vez en nuestra tierra.

Para cerrar “All my Friends”. Una canción con esa melodía de piano épica, precisa para abrazar a los amigos, jurarse amor eterno entre todos y saltar en círculos mientras celebramos estar ahí, parados sobre ese barro, en ese concierto, todos juntos otra vez. Una canción para bailar llorando, para celebrar la vida misma, con sus ausencias y con lo que nos regalaba en días como este: ver a LCD Soundsystem en nuestra puta ciudad otra vez.

Gracias a toda la banda por volvernos a estallar el corazón de nuevo con sus canciones, esta vez en mil pedazos.