Fotos vintage de un alegre circo de los años 70

El trabajo de la fotógrafa Jill Freedman la ha llevado por el corazón salvaje de Estados Unidos: desde la trinchera de la pobreza hasta los incendios ocurrido en tejados y situaciones de vida y muerte con policías. En 1971, Freedman se encontró detrás del escenario de una carpa de circo. Ella publicó fotos de su experiencia al viajar con el Circo Clyde Beatty-Cole Bros. en su libro de fotografía Circus Days.

Cuando conoció a los personajes detrás del circo, encontró a una familia que se había mantenido junta por elección, muchos de ellos eran extraños que se unieron para encontrar un mejor horizonte. “Era un boleto para salir de la ciudad”, dijo Freedman. En este círculo, “nadie tenía nombres reales”: los empleados se ponían apodos como “Pequeño Bobby” y “Doniker Mike”. Además de la gente, Freedman quedó conmovida por lo maravilloso del espectáculo y la personalidad de los animales. Como una amante de la vida animal, ella odiaba su cautiverio, e hizo una serie de fotos que mostraron su poder y gracia. Mientras viajó con el circo durante dos meses, le encantaba que algo siempre estuviera sucediendo.

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Para Circus Days, Freedman utilizó un proceso de impresión estabilizado para revisar algunas de las fotos, por lo que estas impresiones no fueron tratadas con fijador. Finalmente las puso en una pila grande, y permanecieron guardadas en un estante durante años. Debido a que las impresiones nunca fueron tratadas, quedaron pegadas entre sí, con la forma de un ladrillo. Freedman se olvidó de las fotos hasta que recientemente descubrió la pila congelada de impresiones. Ella contempló la posibilidad de romper la pila con un taladro eléctrico o de pedirle ayuda a los niños que juegan basquetbol en su calle. Pero después de seleccionar y despegar las fotos con cuidado, la pila finalmente cedió.

A continuación puedes ver estas impresiones inéditas de imágenes del período de Circus Days de Freedman. Estas fotos captan la presunción y el poder de aquellos que encontraron un hogar en compañía de extraños y se ganaron la vida actuando para las multitudes.

La obra de Jill Freedman está incluida en las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno, el Centro Internacional de Fotografía, y la George Eastman House, entre otros. A sus 77 años, publica regularmente en su cuenta de Instagram, y la representa la Steven Kasher Gallery, en Nueva York. En el futuro, Freedman tiene la intención de publicar más libros de fotos, para aumentar los siete que ha publicado hasta la fecha, incluyendo Firehouse y Street Cops, que figuran en el documental de Cheryl Dunn de 2013 sobre fotógrafos callejeros, Everybody Street.