Lo capturan, se escapa, lo vuelven a capturar y se vuelve a escapar: así es la vida de Joaquín El Chapo Guzmán, la cual dio un giro cinemático el sábado pasado cuando fue a darse un baño en un penal de máxima seguridad y nunca regresó.
Se cree que el líder del cártel de Sinaloa dirige un negocio multimillonario de narcotráfico y es famoso por la violencia implacable con la que ataca a sus enemigos y a los rivales dentro de su mismo cártel. Por eso mismo es uno de los hombres más buscados en todo el mundo.
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Las autoridades dijeron que Guzmán se escabulló por un agujero de medio metro de ancho que daba a un túnel a 9 metros bajo tierra. Este segundo túnel fue como un escape hecho a la medida para Guzmán. Se sabe que el túnel medía 166 cm de altura, apenas lo suficiente para que pasara el Chapo.
Pasó lo imposible.
Guzmán escapó otra vez, pasó por encima y se burló de las autoridades mexicanas y antidrogas. Ahora, según algunos expertos y críticos, el 11 de julio de 2015 se recordará como la fecha en que “El Chapo” demostró la increíble debilidad del gobierno mexicano y avergonzó al gabinete del presidente Enrique Peña Nieto.
Y El Chapo ha mejorado.
“La fuga demuestra la imperante corrupción en el sistema de seguridad y justicia, y en todos los niveles de gobierno”, dijo Jorge A. Kawas, analista de riesgos de seguridad, para VICE News.
Visitamos el final del túnel por donde “El Chapo” consumó su flagrante evasión. Leer más aquí.
Con el elaborado esquema del túnel para salir de la cárcel del Altiplano, Guzmán superó su fuga anterior de otro penal de máxima seguridad en Jalisco, en el año 2001. Le tomó ocho años salir caminando del penal Puente Grande el 19 de enero de 2001, tras años de sobornos a los policías.
Esa fuga sucedió semanas después de la toma de poder de un presidente de oposición que puso fin a la dictadura de 71 años del PRI.
Según los partidarios del entonces presidente Vicente Fox, el nuevo gobierno no estaba preparado para enfrentarse al gran talento que tenía el Chapo para corromper a los funcionarios de gobierno.
En contraste, la fuga del sábado se dio casi tres años después de que las elecciones de Peña Nieto trajeran al PRI de vuelta al poder. La campaña del PRI se basó en el rostro juvenil de Peña Nieto y prometió ser un “nuevo PRI”, haciendo referencia al antiguo PRI, famoso por silenciar a los disidentes y estar vinculado con los narcotraficantes.
El escape del Chapo el pasado sábado por la noche ocurrió después de que el ex procurador general Jesús Murillo Karam prometiera en varias ocasiones que “no hay manera de que el Chapo pueda escapar de nuevo” de las manos del gobierno y, por lo tanto, los estadunidenses tendrían que esperar para su extradición a EU para enfrentar cargos por narcotráfico.
“Acepto la extradición pero se hará cuando yo lo decida”, dijo Murillo Karam dijo a Associated Press en una entrevista que se le hizo en enero de este año, poco después de que se le acusara de un mal manejo del caso de los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero.
“El Chapo tiene que estar aquí para cumplir su sentencia y ya después lo extradito”, añadió. “Son más o menos 300 o 400 años, así que todavía falta un rato”.
Poco después, Murillo Karam fue destituido y se le asignó un puesto de un rango más bajo relacionado con el desarrollo.
“La fuga era previsible”, dijo Manuel Molano, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad, a VICE News el domingo pasado. “Debimos revisar la experiencia colombiana y desde el comienzo establecer mecanismos para deportar a estos narcos de alto perfil a EU”.
El Chapo pudo haber insinuado en Twitter que la fuga se acercaba. Leer más aquí.
Mientras tanto, Peña Nieto se mantuvo enfocado en atraer inversión extranjera a México, a pesar de que las cifras en torno a la inversión directa en el país cayeron súbitamente y de la serie de proyecciones poco optimistas para el crecimiento económico general.
Mientras Joaquín Guzmán entraba a las regaderas y escapaba, Peña Nieto y los miembros de su gabinete — incluyendo a los jefes de la Armada y de la Marina — estaban abordando el avión presidencial con rumbo a París, Francia. Su plan era una visita oficial de cinco días con el fin de firmar una serie de acuerdos de negocios y fomentar la participación de Francia en los mercados de crecimiento en México.
Al llegar, el presidente y su equipo recibieron la noticia de que el Chapo se había escapado. El secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong regresó de inmediato, solo.
Para la noche del domingo, Peña Nieto dijo al equipo de periodistas con los que viajó que no planeaba interrumpir su gira por Francia y que la economía de México era su prioridad principal.
“Esto representa, sin duda, una afrenta para el Estado mexicano, pero también confío en que las instituciones del Estado mexicano, particularmente las encargadas de seguridad pública, estén a la altura, con la fortaleza y la determinación, para reaprehender a este delincuente”, dijo Peña Nieto en París.
El presidente ya había dicho a la cadena de televisión estadounidense Univisión que sería “imperdonable” que el Chapo lograra escapar otra vez de la justicia mexicana. Sin embargo, en París, con su pobre lenguaje diplomático, Peña dijo que “estaba dando instrucciones para que se coordine la investigación y se informe a la sociedad mexicana de los avances”.
En México, la prensa criticó la decisión que tomó Peña Nieto de quedarse.
“A fin de cuentas, él [Peña Nieto] es el responsable máximo de la seguridad en el país y, de acuerdo con el discurso oficial, el reo fugado la noche del sábado representa la mayor amenaza a esa seguridad”, publicó el editorial de la Jornada el día de hoy.
Andrés Manuel López Obrador condenó el hecho de que Peña Nieto decidiera quedarse en Francia esta semana y lo invitó a “regresar de inmediato para no pasar la vergüenza fuera“.
Hasta el momento, EEUU ha reservado los comentarios con respecto a la fuga del Chapo. Loretta E. Lynch, la nueva fiscal general, fue la única que emitió un comunicado breve el domingo pasado donde decía exactamente lo que era de esperarse: palabras vacías que expresan preocupación y cooperación.
“Compartimos la preocupación del gobierno mexicano con respecto a la fuga de Joaquín Guzmán Loera de un penal mexicano”, se lee en el comunicado de Lynch. “El gobierno estadounidense está listo para trabajar con sus socios mexicanos para ayudar en lo que sea necesario para recapturar al fugitivo lo más pronto posible”.
Alejandro Hope, analista de seguridad, dijo a VICE News que la fuga del Chapo revela el nivel de corrupción extremo en el gobierno de México.
“Alguien tenía que tener acceso al plano del penal, alguien tuvo que tener acceso a las cámaras de vigilancia. Esto apunta a una complicidad que va más allá de los empleados de la prisión”, señaló Alejandro Hope.
Las autoridades mexicanas afirmaron que están investigando a 31 empleados de ese penal por la fuga del Chapo, entre ellos Valentin Cardenas Lerma, el director del Altiplano. El Altiplano se considera uno de los penales más seguros en todo el país y está ubicado justo en el corazón del entorno político que fue hogar de Peña Nieto, es decir, el Estado de México.
El secretario de gobernación Osorio Chong tiene programada una conferencia de prensa esta tarde, a casi dos días de que Joaquín “El Chapo” Guzmán se escabullera por un túnel que desembocaba en una estructura de cemento a 1.5 km del Altiplano y desapareciera.
David Agren, Melissa del Pozo, Jan-Albert Hootsen, and Gabriela Gorbea han contribuido en este artículo.
Sigue a Daniel Hernandez en Twitter: @longdrivesouth
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