Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de tecnología.
La economía de Venezuela está en serios problemas. Con el objeto de salvarse el gobierno venezolano ha anunciado los planes completos del Petro, una criptomoneda especializada respaldada por los recursos petroleros del país.
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La controversia ha rodeado al Petro, cuyo precio estará vinculado al valor del petróleo venezolano por barril —alrededor de 60 dólares en los principios de enero según Reuters—, desde el primer día. Los legisladores de la oposición en el parlamento venezolano consideran la moneda como un intento “ilegal” del presidente Nicola Maduro para obtener un pago adelantado de la eventual venta de sus reservas de petróleo. A su vez, los aficionados de las criptomonedas argumentan que la creación de una moneda descentralizada por un gobierno centralizado va en contra del propósito de la tecnología.
El libro blanco del Petro, que salió el martes pasado, solo echará más leña al fuego de las críticas (Lea el libro blanco en MOTHERBOARD). El libro blanco revela que antes del lanzamiento del Petro, Venezuela creará un token en el blockchain de Ethereum para vender. Los tokens no son criptomonedas, como lo es el Petro, son bienes digitales creados de la nada y su valor solo depende de lo que la gente esté dispuesta a pagar.
La mayoría de las ventas de tokens en Ethereum (eventos conocidos como Initial Coin Offering ICO) se utilizan para recaudar fondos para el desarrollo, pero para Venezuela la verdadera recaudadora será la oferta pública de Petro en sí mismo. En cambio, según el libro blanco, la preventa “promoverá y garantizará la demanda por la oferta inicial del Petro, que tendrá lugar más adelante”.
La idea parece ser que la gente va a comprar a toda prisa los tokens para luego cambiarlos por Petros cuando estén disponibles. El “precio de referencia” para los tokens va a ser igual al precio del Petro —60 dólares— pero va a haber descuentos para promover la propiedad de los tokens, y a su vez, del Petro. Básicamente, está garantizando la demanda del Petro a través de la fabricación de un incentivo financiero.
Según el libro blanco, la preventa de los tokens va a empezar el 29 de marzo. Sin embargo, el presidente Maduro dijo el martes que la preventa de los tokens empezaría el 20 de febrero.
El gobierno de Venezuela aceptará Petros como pago por cosas como impuestos y servicios públicos, y proporcionará incentivos financieros para que comerciantes en el país adopten el Petro. El gobierno también considera que el blockchain de Petro va a servir como una plataforma de información, parecido a cómo el blockchain de bitcoin sirve para alojar o rastrear registros públicos.
El gobierno de Venezuela guardará más de la mitad de los fondos recaudados a través de la venta del Petro para “un fondo soberano”, lo demás va a ser usado para el desarrollo tecnológico.
A pesar de que el Petro es sin duda fruto de la desesperación económica, también está políticamente sesgado. El libro blanco posiciona la moneda como otra manera de liberar al país de las garras del control financiero de los Estados Unidos. “Sus antecedentes se remontan a propuestas de coordinación financiera y monetaria ante la hegemonía del dólar estadounidense”, declara el libro blanco, “que resurgió después de la crisis de la última década”. También nombra a Bancor, la idea de una moneda supranacional para equilibrar el comercio entre países que fue conceptualizado por John Maynard Keynes en la década de los cuarenta.
Pese al alegre optimismo del libro blanco, la complejidad de tener una preventa respaldando a un ICO, que a su vez está respaldado por reservas petroleras, pone en duda la factitilidad del Petro. Existe la sensación de que Venezuela ya ha pasado por eso. Los logros sociales de la “Decada Dorada” del socialismo de Hugo Chavez fueron sostenidos por el dinero del petróleo, y no importa si crees que el estado actual de las cosas se debe a la caída de los precios del petróleo o a la mala gestión, la lección es que el petróleo no es la solución mágica a los problemas de Venezuela.
Y, tal vez tampoco es la criptomoneda.