Jeosm lleva más de dos décadas en el grafiti y otros tantos años tras el objetivo. Cuando publicó Guerreros urbanos, un libro con fotografías a través de las cuales quiso plasmar “una visión real y fiel del mundo del grafiti”, con textos y pies de foto de Arturo Pérez Reverte, hubo quien se sorprendió porque hubiese mujeres escribiendo su nombre por las calles y porque lo hicieran de noche.
“Me pareció muy curioso que esto pasara y que viniera tanto desde particulares como desde medios de comunicación. Para mí, después de más de veinte años en el mundo del grafiti y de haber compartido muchos momentos con varias escritoras, me parecía algo completamente normal”, dice Jeosm. “En ese momento llevaba unos meses trabajando en un proyecto de retratos a mujeres en ese ámbito, así que decidí ponerme en serio con ello, dotarlo de forma y discurso. Para mostrar que no solo existen, sino que, además de ser protagonistas, muchas de ellas son referentes”, explica.
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De ese proceso nació Ellas, un libro que, según su autor, “no es un ni proyecto de justicia social ni un manifiesto feminista. Se trata solo de mostrar una verdad y una realidad que se desconoce”. En él las fotografías de Jeosm van acompañadas de diez textos escritos por diez escritoras que narran en primera persona su experiencia en el mundo del grafiti.
“Gran parte de las mujeres que aparecen en el libro son amigas o conocidas. No tuvieron que explicarme mucho, es algo que llevo viendo años, es un mundo que conozco bien y mi intención no era hacerles entrevistas ni nada de ese estilo. Simplemente he buscado darles el protagonismo como colectivo y de manera individual que les corresponde”, explica el fotógrafo.
“En el proyecto colaboran más de 40 escritoras de diferentes ciudades y épocas”, añade. “Algunas empezaron en los 80 y otras apenas llevan dos años. No quería que fuese un proyecto de “nombres o de méritos”, a nivel fotográfico me interesan todas, ya por sus vivencias, por su actitud o su constancia”.
“Las fotos están tiradas en diferente ciudades de España durante los últimos tres años, y el proceso ha sido totalmente diferente al de Guerreros Urbanos, donde también retrataba el entorno del grafiti. En esa ocasión me interesaban los procesos, la acciones, cómo actuaban… Este es un proyecto menos específico y mucho más documental, necesitaba poder hacer diferentes tipos de imágenes para contar su mundo. Ha sido muy importante y necesario que no me viesen como un espectador, sino como uno más. Por eso hay retratos, fotos de grupo, en sus casas, de detalles, de acción y otras donde su firma tiene tanta importancia o más en la imagen que su persona”, comenta.
Sobre por qué la del grafiti es una subcultura —como tantas otras— masculinizada, Jeosm apunta a que “es un reflejo de nuestra sociedad. Realmente el grafiti no está más masculinizado que otras subculturas o entornos. A España llegó de manera popular junto a la cultura hip hop, donde siempre ha habido más hombres. Pero en los últimos años hay muchas más chicas escribiendo y eso es algo maravilloso. Quizá las redes sociales han podido influir en ello, al ver que hay muchas mujeres haciéndolo otras se animan y hacen que el movimiento crezca”.
Para el título, Jeosm utilizó el pronombre con el que a veces se borra la identidad de las escritoras, convirtiéndolas en una masa uniforme: ellas. “¿Esto lo ha hecho ella?”, cuenta que escuchaba a veces, en ocasiones incluso con tono de incredulidad. Y este proyecto es la demostración de que sí, de que claro que lo han hecho ellas. Y de que, además, ellas tienen nombres: LadyMae, Sarayk, Idem, Laia, Ochi, Ruka, Mali, Sax, Ire, Yolie,Miau, Asia, Mickey, Shyna, Ocla, Dune, Utah, Crem, Lysu o Yenis son algunos de ellos.
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Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.
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