Groenlandia está enojada por el trato de Estados Unidos, quienes se han comportado como si la isla fuera un vertedero. Esta historia viene desde tiempos de la Guerra Fría. La isla del norte de Europa se convirtió en esa época en uno de los múltiples destinos en que Estados Unidos repartió sus bases militares europeas. Lo hizo en previsión de una escalada del conflicto que le enfrentaba, principalmente, a la entonces Unión Soviética. Tras el fin de la tensa contienda aquellas bases fueron abandonadas. Ahora, la editorial de un periódico de la isla ha hecho un llamamiento a Dinamarca (Groenlandia es un territorio autónomo que pertenece a la administración danesa) para que se haga cargo del desastre ambiental que dejaron los estadounidenses. La editorial señala que después de décadas de aguantar silenciosamente, “Groenlandia ha perdido la paciencia”.
Una de las bases abandonadas por los estadounidenses es la de Camp Century. Allí todavía quedan muchos componentes químicos y hasta radiactivos de los que ningún país desearía responsabilizarse. Motherboard ya había denunciando anteriormente esta peligrosa situación.
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En Camp Century, que fue construida en 1959, los llamados “soldados de hielo” desplegaron operaciones de destacamento de misiles contra Rusia en el interior de la corteza polar. Aquellos soldados se ganaron su nombre porque pasaron la mayor parte del tiempo viviendo debajo del hielo que recubre la isla. En los años 60 la administración estadounidense decidió desmantelar la base, claro que nunca se preocupó de deshacerse del material que había sido trasladado y enterrado bajo la superficie. De alguna manera, los estadounidenses creyeron que el arsenal quedaría congelado eternamente en las entrañas de la isla.
No contaban con la aparición del cambio climático. Ahora el derretimiento del hielo amenaza con liberar toda clase de sustancias tóxicas. Y, como es natural, Groenlandia exige que alguien limpie el área inmediatamente.
En una editorial publicada por el periódico Berlingske el jueves pasado, el ministro groenlandés de asuntos exteriores, Vittus Qujaukitosq, arremetió contra Estados Unidos por haberse desentendido de los residuos tóxicos y también contra la administración danesa por no haber hecho nada al respecto. Camp Century y otras bases fueron establecidas después que Estados Unidos y Dinamarca suscribieran un acuerdo legal al respecto, dado que por aquel entonces Groenlandia era una colonia danesa.
El casquete glaciar y las costas de Groenlandia ocultan “la contaminación indiscriminada que los estadounidenses dejaron tras de sí tras desplegar sus instalaciones militares durante 75 años” dice el artículo. La gente que reside en las inmediaciones de las bases militares sigue viviendo de la caza y de la pesca. Ahora están seriamente preocupados por su salud y por la salud del medio ambiente.
“Me parece que es perfectamente comprensible que el gobierno de Groenlandia quiera conseguir algunas respuestas y dilucidar responsabilidades. Especialmente para determinar quién deberá de hacerse cargo del monumental coste financiero de la operación” dijo Jeff Colgan, un profesor de ciencias políticas en la universidad de Brown y autor de un ensayo académico en el que se subrayan los problemas de Camp Century.
“Si bien es cierto que los residuos podrían tardar décadas en afluir a la superficie” me dijo, “ahora mismo en lo que hay que concentrarse es en la supervisión y en la investigación”.
El cambio climático provocará que empiecen a salir a la luz muchos conflictos. El dramático derretimiento del Ártico sacará a la luz una serie de sustancias nocivas que, muchos creyeron, permanecerían congeladas a perpetuidad.