Guatemala: el lado oculto de ‘El Chapo’ Guzmán

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La vida de uno de los narcotraficantes más famosos del mundo, Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha sido documentada desde diferentes ángulos, se conoce parte de su infancia, su ingreso a los cárteles de la droga, su esplendor al frente de una empresa ilegal, y su ocaso en víspera de su extradición a Estados Unidos. Sin embargo, hay un capítulo fundamental que marcó no sólo su vida, sino la de las organizaciones criminales mexicanas: Guatemala.

La periodista Julie López ha realizado una investigación que aborda la captura en 1993 del Chapo, líder del Cártel de Sinaloa. Esa historia ahora se presenta en el libro El Chapo Guzmán. La Escala en Guatemala. VICE News habló con la autora.

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“Fue Guatemala quién le puso rostro al Chapo, antes de su captura en aquel país nadie lo conocía, nadie lo ubicaba como ahora”, dice Julie Lopéz. Comenta que la idea de investigar esa parte de la vida del capo, resulta de la necesidad de contar una historia con al menos tres versiones distintas.

‘Llegó a Guatemala y se le acabó la fiesta’.

El Chapo había escapado a Guatemala después de que en mayo de 1993, en una balacera entre narcotraficantes en el estacionamiento del aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, resultara muerto el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. En el lugar se encontraban los hermanos Arellano Félix y su rival El Chapo. Esté último fue acusado por el asesinato, un mes después fue detenido en el país centroamericano.

“No se sabe cómo fue realmente la captura del Chapo en 1993. Existe la versión de que las autoridades mexicanas lo siguieron hasta allá; otra, es que fueron agentes de la Agencia Antidrogas Estadounidense [DEA, por sus siglas en inglés] quienes realmente lo ubicaron; y por otro lado, que su aprehensión fue resultado del trabajo de las dependencias encargadas de las operaciones de inteligencia en Guatemala”, asegura la autora del libro.

—¿Por qué el Chapo buscó refugio en Guatemala?

—Todo hace suponer que allá ya tenía contactos importantes que podían no sólo esconderlo, sino ayudarlo a seguir traficando droga mexicana y sudamericana a Estados Unidos. Para ello se tuvo que corromper a las autoridades centroamericanas.

Otto Pérez Molina, expresidente de Guatemala, actualmente preso por corrupción, era el jefe de la inteligencia militar de aquel país cuando El Chapo fue detenido. A él se le atribuye su detención. Pérez Molina señaló que su entrega al gobierno de México se realizó mediante un operativo en la frontera con decenas de elementos de las fuerzas armadas a su cargo.

Otto Pérez, depuesto presidente de Guatemala, dice que rechazó un soborno de ‘El Chapo’. Leer más aquí.

No obstante, el general Jorge Carrillo Olea, encargado del gobierno mexicano de la lucha contra el narcotráfico en aquel entonces, señala que la entrega fue más discreta: al Chapo lo habían entregado un capitán guatemalteco de unos 25 años, acompañado por sus subordinados, abordo de tres camionetas viejas tipo pick up.

Diversos medios de comunicación guatemaltecos señalaron el año pasado que Pérez Molina habría recibido 1.5 millones de dólares de El Chapo para ser liberado y evitar su traslado a México, sin embargo el capo fue traicionado por el expresidente. Pérez Molina ha negado esta versión. Julie López la autora del libro lo buscó para platicar sobre la captura del narcotraficante, pero Pérez Molina se negó.

“Lo único cierto es que alguien está mintiendo, por ello hay tantas versiones de la captura y entrega de El Chapo. Además de que a más de 20 años las personas involucradas se han negado a hablar del asunto, lo hacen sólo con la condición de que su nombre no sea revelado. En ese sentido, el gran poder que obtuvo con el paso de los años Guzmán Loera dentro de las organizaciones criminales, no se entiende sin su escala en Guatemala, la cual influyó en la historia del narcotráfico, y tiene efectos hasta hoy”, explica Julie López.

‘Fue Guatemala quién le puso rostro al Chapo’.

Algo es claro en esta historia: “llegó a Guatemala y se le acabó la fiesta”, señala el capítulo cuarto del libro. En éste, se afirma que el 8 de junio, El Chapo, otro sujeto, y dos militares guatemaltecos, fueron juntos a una fiesta cerca de la localidad de San Marcos y en la reunión hubo mujeres y bastante licor.

“Habían bebido tanto que debieron detenerse a orinar sobre la orilla de la carretera, en un cañaveral. Y allí, junto a la letrina improvisada entre el vehículo y las cañas de azúcar, uno de los oficiales militares le soltó la noticia a El Chapo: estaba detenido”, afirma la autora en el libro, basándose en fuentes militares que le narraron la traición al capo por parte del ejército guatemalteco.

—¿Qué pasa con esta historia ahora que El Chapo está preso y es inminente su extradición a Estados Unidos?

—Se cierra el capitulo de El Chapo en el narcotráfico mexicano. En Estados Unidos los narcos disminuyen su presencia mediática. Pero habrá que ver qué tan fuerte es la lealtad entre los miembros del Cártel de Sinaloa.

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