​Guro: El arte erótico de terror de la rebelión japonesa

Toshio Saeki, Yarai, 1972

Este artículo fue publicado originalmente en The Creators Project, nuestra plataforma de arte, diseño y tecnología.

En el mundo demente del eroguro nansensu , mientras más rara y grotesca sea una ilustración, más valiosa es. Los tropos comunes de los movimientos artísticos y literarios que nacieron en 1930 incluyen la asfixia erótica (basado en un caso real de esa época), un samurái cortando a una chica atada, serpientes con cabeza humana o un contorsionista sacándole los ojos a un niño, hechos con la técnica clásica de grabado sobre madera. Y estos son solo ejemplos más leves de lo grotesco, macabro y surreal que sigue influyendo en los artistas japoneses contemporáneos, entre ellos Toshio Saeki, Takato Yamamoto y Suehiro Maruo.

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La interpretación de Suehiro Maruo acerca del tema de la asfixia erótica.

Takato Yamamoto.

Toshio Saeki, Renrui, 1972.

El eroguro puro no se debe confundir con la pornografía de terror. El eroguro nansensu se distingue porque se enfoca en fantasías eróticas oscuras combinadas con cosas asquerosas. El nombre se originó de las palabras en inglés “erotic grotesque nonsense”, por lo tanto, no es necesario que las imágenes incluyan sangre o violencia —una niña con diez ojos dentro de sus genitales podría ser igual de válido e incongruente—. En la década de 1930, estas imágenes dibujadas a mano eran una respuesta a la presión económica y política que empezaba a reprimir a Japón. A medida que el país se volvía cada vez más militante, la ya muy larga historia y fascinación de Japón con el arte erótico se volvió una exploración intensa de lo hedonista, lo sensacionalista, lo anormal y lo tabú, lo cual no sólo reflejaba los nuevos deseos sexuales sino una erupción de un cambio político extremo.

El género siguió evolucionando con los años y, como en un hilo de Reddit, se separó en decenas de subgéneros y entró en la esfera literaria, musical y cinemática. Tanto el álbum You’re Dead! que sacó Flying Lotus en 2014, como el manga y el anime hentai —fantasías sexuales perversas— incluyen ero guro. El anime hentai se adentra más en temas de violación, mutilación, necrofilia y pedofilia. Incluso en Black Hole, la obra maestra del novelista gráfico estadunidense Charles Burns, hay huellas de ero guro. ¿Pero entonces las manifestaciones modernas del género siguen siendo una respuesta sociopolítica a Japón? ¿Y cómo es que una ilustración compite, en términos de dar un mensaje impresionante, con el hiperrealismo de alta tecnología que está disponible hoy en día?

Shintaro Kago, para el single “Never Catch Me” de Flying Lotus.

Una respuesta es que las imágenes dibujadas o pintadas a manos aún dicen mil palabras más que una hecha con computadora. Hoy en día, dos de los artistas más importantes de Japón —Takashi Murakami y Yoshitomo Nara— son conocidos por sus imágenes nada realistas, Takashi Murakami con su movimiento posmodernos Superflat y Yoshitomo Nara con sus chicas y animalitos gorditos de caricatura. Ambos comentan sobre la sociedad japonesa en esta forma no realista. (La crítica de arte Roberta Smith cita que su obra revela “un instinto antiguo de retrato humano que es se siente emotivamente real pero no es realista”). El estilo plano poco realista del ero guro es una forma que forma en que los artistas contemporáneos disecan tabús al impresionar y normalizar la percepción del espectador al mismo tiempo. Toshio Saeki muestra una cultura sadomasoquista fantástica con sus grabados tradicionales con mujeres amarradas a las que les cortan los senos mientras que Takato Yamamoto entrelaza sus personajes con rostros inexpresivos con símbolos de muerte, sexo y excesos. Nadie parece estar sintiendo un dolor extremo. Al igual que en otros movimientos, como el porno de tentáculos, los protagonistas de estas imágenes están viviendo de una forma pasiva lo anormal como algo normal, disfrutando del acto o sufriendo de forma linda. De esta manera, los artistas comentan sobre la continua represión de la humanidad en lo que respecta a reconocer las fantasías raras y sórdidas.


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Estas imágenes pueden ser perturbadoras para los que no están muy familiarizados con Asia y la larga historia del arte erótico extraño en Japón, como el famoso grabado de zoofilia de 1814 llamado El sueño de la esposa del pescador. Japón celebra los tabús con estos géneros, que son espacios artísticos seguros para interpretar lo que en realidad significa “lo asqueroso” y “lo tabú”. De esta forma, el eroguro tiene la misma seriedad en el tapiz cultural de Japón que los poemas de Robert Burns en el patrimonio escocés y la sátira política en la historia de la caricatura en Francia. Tal vez sea asqueroso y oscuro pero si ves más allá de los demonios bebés cubiertos de sangre y los penes de serpiente, quizá puedas ver la crítica a los movimientos políticos y las dudas actuales acerca de las convenciones sociales.

Katsushika Hokusai, El sueño de la esposa del pescador 1814

Tsukioka Yoshitoshi, Eimei nijūhasshūku, 1866-1867.

Toshio Saeki, Nodakagawa, 1977.

Suehiro Maruo, manga Haunted Mansion, 1990.

Junji Ito, manga Uzumaki, 1998-1999.

Puedes ver más de la obra de Takato Yamamoto en esta página.