Cuando tenía 12 años, tuve el éxito de pop-funk de Junior Senior, “Move Your Feet”, completamente pegada en mi cabeza. Después de algunas semanas ya ni siquiera sabía si todavía me gustaba; sólo sabía que ya era parte de mí. Una melodía parásito que estaba viviendo, sin invitación, en algún lugar de mi cerebro. Eventualmente desapareció, el año pasado volvió a invadir mi vida en una fiesta. Algún inconsciente la puso en YouTube en un intento desesperado por recordar viejos tiempos, y mientras estaba sonando en la sala, pasé por un momento desconcertante: “Yo conozco esto. Mierda, ¿qué es? E-e-e-everybody… MOVE YOUR FEET AND FEEL UNITED, OHH OHH OH!”
Lo que viví esa noche es lo que el Dr. John Ashley Burgoyne, un musicólogo cognitivo, ha pasado toda su vida investigando: el reconocimiento en la música. Ese momento en el que escuchas una canción que invadió la radio hace diez años, y la letra sale subconscientemente de tu boca, reviviendo memorias y sentimientos que no sabías que aún tenías. Esas son las canciones que puedes decir que son verdaderamente pegajosas, los gusanos auditivos con longevidad, piezas duraderas que nunca olvidarás. Puedes verlo pasando justo en estos momentos en las listas de popularidad, con canciones como “Take Me To Church” de Hozier, aquellas que se apoderan del público y se niegan a salir del top ten. Pero, ¿qué es exactamente lo que las vuelve tan inolvidables?
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El Dr. Burgoyne ha hecho un par de estudios respecto a este tema. El año pasado, su equipo —en conjunto con el Festival de Ciencia de Manchester y el Museo de Ciencia e Industria—, lanzó Hooked on Music, un juego en línea que busca ir juntando una lista de canciones que el público en general encuentre más pegajosas. Todavía pueden jugar el juego aquí, pero los resultados iniciales presentados el año pasado revelaron algunas verdades interesantes acerca de qué canciones se aferran a nuestros cerebros. En el Reino Unido, la canción más pegajosa resultó ser “Wannabe” de las Spice Girls, ganándole por poco a “Mambo No. 5” de Lou Bega. Otros temas en el top ten fueron “Eye of the Tiger” de Survivor y “Pretty Woman” de Roy Orbison.
Pero esos son clásicos de toda la vida. Era de esperarse. Han tenido años para implantarse en nuestra mente. Pero, ¿existe alguna canción sonando justo ahora que seguirá rondando nuestras cabezas en 20 años? Platicamos con el Dr. Burgoyne para probar su pericia con temas de Kendrick Lamar, Mark Ronson, Hozier y Chris Brown, e intentamos entender qué es exactamente lo que vuelve a una canción indefinidamente ‘pegajosa’.
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NOISEY: Gracias por hablar con nosotros Dr. Burgoyne. Entonces, ¿qué es lo que hace exactamente?
Dr Burgoyne: Soy un investigador, pero probablemente sea más fácil pensar en mí como un estadista musical —pienso en la música en términos de datos, lo que es relativamente nuevo en el campo de la musicología. Mi enfoque particular en este momento es entender las características musicales que son responsables de la memoria a largo plazo.
¿Cómo funciona su último experimento más reciente, Hooked on Music?
La clave era hacer una prueba estrictamente musical. Mucha gente es muy mala en las trivias musicales: puede que amen la música, pero no se saben bien los nombres de los artistas o de las canciones, incluso a pesar de que en realidad sí conocen la canción. Queríamos probar el tiempo de reconocimiento y de reacción, entonces necesitábamos que la gente presionara el botón en cuanto pensaran “sí, reconozco esta canción”, olvidándose de quién la escribió o cuándo se estrenó. Eso sólo es una distracción.
El maldito Lou Bega.
¿Por qué es una distracción para su prueba?
Porque la mercadotecnia y los factores culturales tienen un gran impacto en qué tan bien recordada es una canción. Uno de los ejemplos canónicos en el Reino Unido sería “Candle in the Wind” de Elton John, que cobró una importancia significativa después de la muerte de la princesa Diana. Pero eso está completamente alejado del contenido musical en sí, entonces diseñamos Hooked in Music para que ignorara todo eso.
“Wannabe” de Spice Girls quedó en primer lugar de su experimento. ¿Qué ha hecho que se pegue en nuestras cabezas por tanto tiempo —además de ser un éxito probado?
Son las partes más melódicas de estas cacniones las que son más memorables. En “Wannabe” no es la parte de “so tell me what you want” la más reconocible. Es la parte de “If you wanna be my lover”. Las otras partes también son reconocibles, pero dentro de toda la canción son las melodías las que se pegan. El grado en que esa canción dominó todo fue una sorpresa. No es una broma o una metáfora, realmente tienes que escribir algo pegajoso si quieres que tu canción sea recordada. Lo raro es que si ves las primeras diez canciones más pegajosas de nuestro estudio, cada una de las primeras seis vienen de una década diferente. Lo que sugiere que no nos hemos vuelto mejores en escribir música duradera, o más bien nos hemos vuelto peores.
Le enviamos algunas canciones antes de la entrevista para hablar acerca de ellas. Empecemos con “Take Me To Church” de Hozier.
Este, por ejemplo, es un gancho clásico. Es un buen ejemplo de una canción clásicamente pegajosa. Aunque “Take me To Church” es también un buen ejemplo de las limitaciones de lo que intentamos hacer, porque creo que una de las principales razones de que la canción sea tan memorable es su video. Es un video sorprendente para el género, el artista y la letra. Es completamente inesperado, entonces eso contribuye a por qué la canción se ha vuelto memorable.
Cierto. De hecho fue la canción más reproducida en 2014. Como sea, esta es mi favorita: “King Kunta” de Kendrick Lamar.
Esta no es una canción que podría predecir que tendrá mucho poder a largo plazo, al menos no en términos de memorabilidad. Esto es en parte por el género. Con el rap históricamente no esperas melodías. No esperaría que esta canción fuera particularmente fácil de reconocer de aquí a diez años.
Qué lástima. Bueno, ¿y qué tal “Uptown Funk”?
Esta es interesante, porque aunque gran parte de la melodía es cantada, el gancho no lo es. Es otra canción en la que si tuviera que hacer una predicción, no estoy tan seguro de que de aquí a diez años seguirá siendo memorable. El gancho es esa parte con trompetas, en donde la frase “Uptown Funk” prácticamente desaparece. No olviden que hay una diferencia entre lo que es pegajoso hoy en día y lo que será pegajoso en una década.
¿Qué tal “Ayo” de Chris Brown y Tyga?
Creo que esta es interesante porque sí, es rap, pero también tienes un gancho, y es un gancho melódico. Uno que se repite mucho. Nuestra investigación sugiere que esto puede ser algo más fácil de recordar y cantar de aquí a diez años. El gancho melódico es lo que ayuda a la gente a recordar la canción. Ésta es por mucho la canción más interesante de las que me mandaste, una obra de música mucho más inteligente de lo que la gente probablemente se dé cuenta.
Pensar que Chris Brown durará más tiempo en la mente de las personas que Kendrick Lamar me está preocupando, pero está bien. ¿Qué tal “Prayer in C”?
Es muy melódica y repetitiva, pero hay algo en ella que no me hace pensar que vaya a durar. Hay algo que falta. Siento que el núcleo melódico que se repite no tiene mucho rango. Es demasiado simple. Se centra en ser muy simple y muy repetitivo y eso no basta para ser memorable.
Entonces, si tuviera que enumerar las canciones que te mandamos del 1 al 5 en términos de longevidad, ¿qué diría?
“Take me To Church” sería la más memorable, después “Ayo”. “King Kunta” será la más difícil de recordar.
Pobre Kendrick.
Sólo porque una canción sea buena no significa que sea pegajosa.
Muy cierto. Entonces, ¿hacia dónde apunta su estudio, ahora que ya sabe lo mucho que amamos a las Spice Girls?
Bueno, hay investigaciones en la comunidad de terapia musical que demuestran que si logras encontrar una lista de reproducción personalizada para, digamos, un paciente que sufre de demencia, eso puede tener un efecto muy positivo. El reto es, ¿cómo hacer esa lista? En muchos casos estos pacientes han perdido su habilidad para decirte cuál es su música favorita. Algunas personas tienen miembros de su familia que pueden trabajar con los terapeutas para armar una lista entre ambas partes, lo cual está bien, pero el número de personas en los centros de cuidado que nunca reciben visitas o no tienen familia es tristemente alto. Si pudiéramos hacer una versión del juego que un cuidador pudiera usar, serían capaces de descubrir con qué música el paciente responde mejor.
Eso es en verdad reconfortante. Muchas gracias por platicar conmigo.