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Hillary Clinton consiguió una importante victoria en su estado natal, Nueva York, el martes por la noche, tras ocho derrotas consecutivas en la carrera con Bernie Sanders para la nominación presidencial demócrata.
Con el 93 por ciento de los votos escrutados, Clinton llevaba una diferencia del 58 contra el 42 por ciento de los votos sobre el septuagenario senador.
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Clinton logró ganar en Nueva York, estado al que representó durante ocho años en el Senado. Ella y su marido han vivido en Chappaqua, Nueva York, desde que dejaron la Casa Blanca en 2001 cuando el exmandatario estableció las oficinas de su fundación en Harlem.
Sin embargo, los pronósticos titubeaban en la previa ya que durante el último mes Sanders obtuvo todas las victorias en la mayoría de los estados occidentales. El último éxito de Hillary había sido en Arizona el 22 de marzo, el mismo día que Sanders ganó Utah y Idaho.
El martes por la noche Clinton se dirigió a cientos de seguidores en el salón de baile del Hotel Sheraton Times Square para agradecer a su estado de origen el haberle otorgado una gran victoria.
“Hoy se demostró una vez más que no hay lugar como el propio hogar”, dijo entre aplausos. “Los neoyorquinos siempre me han respaldado. Y siempre he tratado de corresponderlos. Inspira mucha humildad que confíen en mí las enormes responsabilidades que me esperan como próxima presidenta. Y a todas las personas que apoyaron el senador Sanders, quiero decirles que creo hay mucho más que nos une que lo que nos divide”.
Clinton afirmó que la carrera demócrata por la nominación está “en la recta final y la victoria está a la vista”, destacando que su campaña ha obtenido 10 millones de votos en 2016, más que cualquier otro candidato — demócrata o republicano.
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Hillary Clinton fue acompañada en el acto por su marido, por el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, el alcalde de Nueva York Bill De Blasio, y otros personas relevantes.
De Blasio, quien al igual Sanders se ha descrito a sí mismo en el pasado como un defensor de la socialdemocracia, alabó a Clinton el martes por la noche calificándola de “progresista”, mientras la disputa entre los dos candidatos demócratas se ha ido calentando en las últimas semanas.
“Nueva York, hoy has hecho algo maravilloso por Estados Unidos. Hace mucho tiempo que Nueva York se tornó el centro de la tensión política en Estados Unidos. Han pasado décadas y ¿sabes qué? ¡Lo has hecho bien!” , gritó el alcalde a la audiencia.
“Los neoyorquinos tienen memoria y los neoyorquinos son leales”, afirmó Cuomo cuando fue su turno. “Hillary se ha entregado por nosotros y esta noche nosotros nos hemos entregado por Hillary Clinton”.
Clinton ensanchará sus más de 200 delegados de ventaja que llevaba sobre Sanders hasta el martes por la noche en al menos 20 delegados más por su victoria en Nueva York — una brecha que se torna cada vez más difícil de revertir para el senador de Vermont .
Cuatro de los cinco estados que votarán el próximo martes tendrán primarias cerradas — lo que se considera un territorio hostil para Sanders, ya que no se permite a los votantes no afiliados e independientes emitir su voto.
Las primarias de Nueva York sucedieron en medio de acusaciones de supresión de votantes, donde muchos electores — en gran medida demócratas — acusaron a la Junta Estatal de Elecciones de cambiar o perder sus registros como votantes, lo que les impedía votar en las primarias de anoche. Un nuevo grupo de vigilancia, Election Justice USA, presentó una demanda de emergencia en nombre de más de 200 electores por estos problemas.
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En Nueva York se disputaban 291 delegados demócratas en este ciclo electoral, pero sólo 163 delegados comprometidos serán bloqueados una vez que se dispongan los resultados definitivos. Los 84 delegados adicionales serán seleccionados formalmente en la convención de la primavera del partido en el estado el día 24 de mayo. Serán otorgados de forma proporcional en base a los resultados de las primarias de anoche.
Clinton ya se ha asegurado el apoyo de 40 de los 44 superdelegados de este estado, incluyendo a miembros del Congreso y otros funcionarios elegidos, quienes pueden cambiar de opinión en cualquier momento antes o en la convención nacional de julio.
En los días previos a la elección de este martes, la campaña del lado demócrata se tornó feroz. Ambos candidatos se desgarraron entre sí, tanto en entrevistas con los medios como en un debate caliente en Brooklyn la semana pasada.
Después de discutir sobre cuál de los dos candidatos había tildado al otro de no estar calificado para ser presidente, Sanders atacó a Clinton por una recaudación de fondos de 34.000 dólares realizada junto a George Clooney, y Clinton reprochó a Sanders por sus declaraciones en una entrevista con el New York Daily News, en la que no proporcionó detalles sobre cómo va a acabar con los grandes bancos, tal como promete.
En la víspera de la elección, Sanders golpeó a Clinton acusándola de violar las leyes de financiación de campañas y de la utilización de dinero de un comité de recaudación de fondos conjunto, destinado a beneficiar no sólo a su campaña sino a varios eventos en el estado y al Comité Nacional Demócrata, haciendo las veces de una cuenta de campaña secundaria.
El equipo de campaña de Clinton contraatacó con una mordaz respuesta horas más tarde, tildando a las acusaciones de “irresponsables y venenosas” en un correo electrónico dirigido a sus partidarios.
“Este último incidente es parte de un patrón de comportamiento preocupante — al mismo tiempo que las probabilidades matemáticas de Bernie de ganar la nominación se reducen a cero”, escribió el director de campaña de Clinton, Robby Mook. “Es difícil ver cómo alguien podría beneficiarse de esta espiral descendente de ataques irresponsables y sin fundamento — con excepción de Donald Trump y Ted Cruz”.
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“Justo ahora es cuando deberíamos estar hablando de unirnos como un movimiento progresista, sin socavar la fe de una generación de votantes del Partido Demócrata y en la mujer que casi con seguridad será su representante”, añadió Mook.
Sanders invirtió mucha más energía que Clinton en las primarias de Nueva York con la esperanza de hacerse con una victoria. Gran parte de su posible nominación fue apostada al éxito en este estado.
Sin embargo, el equipo de campaña de Clinton restó importancia a su capacidad de ganar en este estado. “No tenemos que ganar Nueva York el martes”, expresó su jefe de campaña Jeff Weaver en un correo electrónico enviado a sus partidarios el fin de semana. “Tenemos que recoger una gran cantidad de delegados”.
El equipo de campaña de Sanders argumentó en los mítines en Nueva York — algunos de los cuales juntaron a más de 28.000 personas — que el sistema de elecciones cerradas del estado se convertirían en una “dura primaria” de ganar. Casi 3 millones de votantes independientes que no están registrados con ningún partido desde que expiró el plazo en Nueva York a principios de octubre de 2015, no pudieron votar en las elecciones de este martes.
Una gran parte de los votantes independientes constituyen, justamente, el sostén de Sanders: los millennials.
Sanders habló de sus raíces en Brooklyn durante su campaña en el estado de Nueva York, destacando su infancia como hijo de obreros polacos y su época en la Escuela Secundaria James Madison en el sur de Brooklyn. El martes por la tarde, los votantes de Sanders invadieron dicha institución para votar en las primarias.
Mark Mikhly, de 29 años, un médico que se crió en el barrio y vive justo al lado de la Escuela James Madison, dijo que votó por Sanders el martes, y opinó que el senador es el “primer demócrata progresista candidato a la presidencia en mucho tiempo”.
“Desafortunadamente mucha gente aquí no sabía quién era Bernie hasta hace poco. Hillary es muy conocida en Nueva York”, expresó Mikhly tras emitir su voto. “Creo que él irrumpió con alegría y que mucha gente está escuchando lo que tiene que decir. Nueva York está lista para Bernie”.
Mitchell Granovsky, de 20 años, votó por primera vez el martes y también lo hizo por Sanders. Granovsky, graduado en la Escuela James Madison en 2013, es hijo de inmigrantes — sus padres llegaron a EEUU desde Azerbaiyán. Al igual que el 25 por ciento de los partidarios de Sanders, según una reciente encuesta de la Universidad de Monmouth, Granovsky dijo que no votaría por Clinton en ninguna circunstancia.
“No votaré en las elecciones generales a menos que Bernie esté involucrado”, dijo. “Este será mi único voto para la elección a presidente si Sanders no gana hoy”.
Sanders, que continuó sin descanso su campaña en Pennsylvania y no permaneció en Nueva York para presenciar los resultados, explicó la derrota de Nueva York mediante un correo electrónico enviado a sus partidarios inmediatamente después de las 11 de la noche del martes.
“No conseguimos la victoria que esperábamos para esta noche”, escribió, pero hizo hincapié en que los 85 delegados que probablemente consiga en el estado representan más que los ganados en cualquier otro estado hasta el momento. Por supuesto, Nueva York reparte más delegados que casi ningún otro estado del país.
En imágenes: la creatividad de los partidarios del candidato Bernie Sanders en las calles de NY. Leer más aquí.
Sanders hizo énfasis en la primaria de California, la mayor elección en la carrera demócrata, la cual repartirá 546 delegados el 7 de junio.
“Cinco importantes estados votan en una semana a partir de esta noche, con más delegados en juego que los que Hillary Clinton ha obtenido esta noche”, continuó Sanders. “Y si lo hacemos bien el próximo martes, nos mantendremos en una posición de ventaja de cara a los casi 700 delegados que estarán en juego el 7 de junio”.
Los candidatos se enfrentarán en cinco primarias de la costa Este el 26 de abril, incluyendo cuatro estados de primarias cerradas: Connecticut, Delaware, Maryland y Pennsylvania.
Los independientes podrán participar en el único sistema de primarias cerrado que ha sido modificado: el de Rhode Island, lo que permitirá votara los ciudadanos no afiliados, aunque la ley requiere estar registrado como demócrata o republicano para participar en las primarias de alguno de los dos partidos.
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