Música

Stoichkov, DJ Quik y raves en bosques: La sensibilidad de Katerina

Katerina

Quien haya seguido de cerca los experimentos sónicos que brotan a diario de Cómeme, nuestro laboratorio electrónico favorito, probablemente se haya cruzado en alguna oportunidad con Émotsiya, show radial que desde hace un año forma parte de la parrilla habitual de Radio Cómeme y que se define a sí mismo como “un viaje a través del laberinto del alma humana”. Las piezas gráficas que acompañan el programa nos muestran a una chica rubia amante del animal print, que recuerda con orgullo el legado de Tupac, y que no duda en calzarse su par de Air Force One para posar al lado de Snoopy, su obsesión más preciada… sin dejar a un lado a Nöpö, su adorablemente famoso gato blanco.

Esta misma chica rubia es Katerina, una DJ formada en medio de los encantadores paisajes de Finlandia y Bulgaria, y que en el último par de años ha logrado posicionarse como una de las selectoras más respetadas del circuito electrónico menos luminoso. Y es que, a pesar de no ver su nombre en publicaciones publicitarias de redes sociales o en line ups de festivales gigantescos, los conocedores más entusiastas saben de la pericia de Katerina a la hora de hablar de música. A través de su querido Émotsiya, la finlandesa logra transmitir toda clase de emociones, tan mundanas como abstractas, con tan solo un puñado de discos a la mano.

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Ha sido esta misma sensibilidad la que captó la atención de Matías Aguayo, quien vio en las diferentes virtudes de Katerina un halo artístico difícil de encontrar. De esta manera, Cómeme le ha permitido a Katerina simplemente ser ella: una artista con la virtud de encontrar en las tonadas más simples el insumo necesario para cambiar el más desesperanzador de los sentires.

Hace menos de dos meses, Katerina lanzó su EP debut en Cómeme, titulado Just when you thought it was over. Los cinco temas llegaron después de sus contribuciones a los compilados Solidarity Forevertambién gestados por el laboratorio de Aguayo–, y son un fiel reflejo del amplio espectro sónico que rodea a esta hechicera de Helsinki, esta vez arropado bajo las canchas de la producción. Y, como si el hecho de tener el primer vinilo prensado con su nombre no fuera suficiente para cerrar un 2018 con broche de oro, Katerina acaba de firmar la entrega #54 del podcast de L.I.E.S., el siempre desafiante sello de Ron Morelli, en lo que para muchos se impone como uno de los mejores mixes de este segundo semestre.

Por esto y mucho más, decidimos hablar con Katerina.

¿Cómo fue crecer entre Finlandia y Bulgaria? ¿Te tocó toda la locura desbordada por Hristo Stoichkov?
Crecí en Finlandia, pero nuestra familia pasó mucho tiempo en Bulgaria. Mi madre es finlandesa y mi padre es búlgaro. Además de Maradona, Stoichkov era algo importante en nuestra familia. Tengo gratos recuerdos del Mundial de Estados Unidos 1994, así fuera solo era una pequeña niña. Estábamos en Bulgaria con toda la familia viendo los partidos, y luego cuando terminó el torneo y todo el equipo regresó a Bulgaria, pudimos conocer a algunos de los jugadores e inclusive cenar con ellos. De alguna manera mi padre conocía al entrenador, creo que conocía a mucha gente… trabajaba en el entretenimiento (risas).

¿Fue el hip hop tu primer romance musical?
Realmente no, pero en cierto modo se puede decir que sí, porque fue un descubrimiento propio. Pero antes de que el hip hop llegara a mi vida, fui criada con un montón de jazz, funk y música clásica. Mi padre era el baterista de una gran banda, y también cantaba y tocaba la trompeta. A mis papás les interesaba mucho la música clásica. Mamá me llevó a mi primera lección de piano cuando tenía 5 años, al igual que a la escuela de ballet. Me gustaron ambas, pero no me gustaron las reglas. Quería bailar con mi propia coreografía y poner mis propias composiciones y no seguir las notas. El recuerdo más divertido de mi infancia fue cuando mi papá invitó a sus amigos músicos a la casa y pude tocar con ellos. Descubrí el hip hop cuando era pequeña y compré mi primer casete pirata de Greatest Misses, de Public Enemy, en un pequeño mercado de Bulgaria. Simplemente me voló la cabeza y se sintió como la cosa más fuerte que jamás había escuchado. Todavía me sé todas las letras de memoria. De inmediato me enamoré de la cultura hip hop y sigue siendo la música que probablemente me dé más consuelo. Siempre seré una niña del hip hop.

¿Y cómo comenzó tu famosa “relación” con DJ Quik?
Trato de recordar cómo comenzó mi aprecio por Quik y cuando me enteré de su existencia por primera vez, pero la verdad es que ya no lo recuerdo. Me encanta su música, y admiro bastante sus habilidades como productor. Trabajó con algunos de mis artistas favoritos de todos los tiempos, desde 2Pac hasta El DeBarge. Su música me ayudó a pasar por momentos difíciles. Puedes aprender mucho sobre música escuchando a Quik. Descubrí músicos y artistas increíbles y me ha inspirado su actitud humilde. A menudo se lo menciona como uno de los productores más subvalorados de todos los tiempos. Me gustaría escuchar más de él como uno de los productores más célebres de todos los tiempos.

Si pudieras elegir un álbum monumental de hip hop para llevarte a una isla desierta, ¿cuál sería y por qué?
Es imposible para mí elegir uno. Tengo una gran cantidad de discos que son monumentales y no me sentiría cómoda al elegir solo uno de ellos. Pero puedo recomendar diez canciones de hip hop que se me vienen a la cabeza y que debes escuchar antes de que te mueras:

1. DJ Quik – Hand In Hand ft. 2nd II None, El DeBarge
2. Slick Rick – Hey Young World
3. Queen Latifah – Just Another Day
4. Compton’s Most Wanted – Hood Took Me Under
5. Common – Resurrection
6. B.G. Knocc Out & Dresta – Real Brothas
7. A Tribe Called Quest – Check the Rhime
8. Bloods & Crips – Steady Dippin’
9. Jeru The Damaja – Ya Playin’ Yaself
10. Bahamadia – Spontaneity

¿Cómo fue el primer contacto de Katerina con la música electrónica?
Siendo adolescente solía escuchar un programa de radio llamado Jatzofrenia en Finnish Radio Mafia, y descubrí accidentalmente la música electrónica mientras escuchaba el mismo canal. Recuerdo que el programa era presentado por la legendaria locutora radial Leena Lehtinen.

¿Y esas primeras experiencias de rave?
Existían estos raves ilegales en los bosques de Helsinki. De hecho me gustaría mucho poder asistir a uno hoy en día, me pregunto si todavía los están haciendo.

Desde tu perspectiva, ¿cuáles son las diferencias más notorias entre las escenas musicales de Sofía y Helsinki?
Tengo grandes recuerdos de tocar en Sofía. En especial de esa vez en que hice un jamming con KiNK en un lugar llamado Gallery. Él estaba activo con sus drum machines y yo tocaba discos. El público se sentía como un grupo de amigos queridos. Amo mucho a KiNK, siempre me ha apoyado. Ha sido un gran aliento y he aprendido mucho de él. Tuvimos una sesión de estudio juntos y me introdujo al fascinante mundo de los sintetizadores modulares. ¡Fue tan emocionante!

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Imagen cortesía de Katerina.

¿Qué te ha dado Helsinki como artista?
Una de mis mayores inspiraciones es la naturaleza. Me encantan los árboles, al punto que molesta a mis amigos porque siempre camino muy lento por mirar árboles en el camino y sacarles fotos (risas). Un día quiero vivir en una casa en el medio de la nada, solo rodeada de naturaleza. Ese sería mi máximo logro. Probablemente en Finlandia pero no en Helsinki.

A pesar de tener muchos nombres relevantes en el panorama electrónico actual, y del arduo trabajo realizado por colectivos como Discwoman y female:pressure, parece que la noción de unidad entre mujeres sigue siendo algo imperceptible. ¿Lo sientes así?
Creo que es una cuestión de percepciones, porque sí sentimos la unidad en muchos niveles: ha habido un cambio entre hombres, mujeres y personas no binarias que se apoyan entre sí, entiéndase agentes, sellos, promotores y artistas. Puedes ver los resultados en los line ups, paneles y talleres. Todavía tenemos un largo camino por recorrer, pero si tienes un interés apropiado, podrás ver el cambio y, tal vez, ser parte de él.

Para nadie es un secreto que Cómeme es un sello bastante único, con un amplio espectro de sonidos que fácilmente te pueden transportar a diferentes partes del mundo. ¿Cómo te has sentido con Matías y el resto de la familia Cómeme?
Cómeme se siente tal cual como lo describes, es una familia para mí. Estoy muy feliz de poder trabajar con personas con las que me siento conectada como artista y como ser humano. Hago mucha música, siempre buscando sonidos diferentes, y me gusta el hecho de que Matias esté siempre abierto y tenga curiosidad por los muchos matices que tengo como artista. Siempre ha creído en mí. Cómeme me deja ser yo, y eso es lo único que importa.

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¿Cómo fueron esas primeras sensaciones cuando tuviste por primera vez el disco de Just When You Thought It Was Over en tus manos?
Sentí muchas cosas, pero sobre todo una profunda gratitud por la oportunidad que me permitieron de expresarme.

¿Se podría decir que Émotsiya, tu programa de radio en Cómeme, es una especie de burbuja sónica en la que logras escapar de la realidad?
Émotsiya es la banda sonora de las emociones que siento en ese momento particular. Si escuchas con atención puedes escuchar exactamente cómo me estoy sintiendo. Soy muy abierta a través de la música. Émotsiya es también mi nuevo sello, que estaré lanzando este año con una música bien emocionante.

Finalmente, ¿qué se viene ahora para Katerina… y para Nöpö?
Estoy terminando mis próximos EPs y también trabajando en mi álbum. Nöpö siempre está a mi lado, y estamos pensando en darnos largos paseos por el bosque disfrutando del hermoso y siempre colorido otoño en Finlandia.

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