Cómo hacer una manifestación lo más sostenible posible

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Los próximos días 16, 20 y 27 de septiembre se celebrarán a lo largo del planeta manifestaciones, coincidiendo con la Cumbre de Acción Climática de la ONU, que arrancará en Nueva York el próximo 23 de septiembre. Miles de personas saldrán a la calle para concienciar a los gobiernos y a la opinión pública de que la crisis climática es real y de que, o hacemos algo ahora mismo o será demasiado tarde para hacer nada.

Pero eso no quita que nosotros, como individuos, también tengamos responsabilidades y que el cambio empieza por uno mismo, porque aunque es cierto que, como apuntan los activistas de Juventud por el Clima, “a las empresas les viene muy bien que nos concienciemos de la necesidad de ir en bici o no usar plásticos porque la lucha se centra en el individuo en lugar de en el sistema”, también lo es que las protestan en la calle acaban a veces con cientos de residuos y un impacto medioambiental que, si bien no es ni por asomo comparable al de cualquier empresa, sí que es, en ocasiones, innecesario. Por ello les pregunté a Marta Macías, estudiante de periodismo de 20 años, Manuela, de 16, que acaba de empezar primero de bachillerato y Alejandro Martínez, un artista madrileño de 25 años, miembros de Juventud por el Clima en Madrid cómo protestar de la manera más sostenible posible.

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LAS PANCARTAS: DE CARTÓN, CON MATERIALES REUTILIZADOS Y REUTILIZABLES

“Skolstrejk för Klimatet”, dice la pancarta de Greta Thunberg con la que llegó a Nueva York el pasado 29 de agosto. Fue la misma con la que empezó a protestar frente al Parlamento Sueco cada viernes, un gesto que inspiró a miles de estudiantes en todo el mundo a hacer lo mismo. Y la reutilización, tanto de los materiales como de la propia pancarta una vez hecha, es una de las claves que señalan desde Juventud por el Clima para hacer que una protesta sea lo más sostenible posible.

“No hay por qué fabricar una pancarta para cada acción, es ridículo. Lo que hacemos desde Juventud por el Clima es guardarlas en locales, como La Ingobernable, y usar siempre las mismas”, comenta Marta. “De hecho”, añade Manuela, “los que formamos parte de Fridays ya nos conocemos por las pancartas que lleva cada cual. Si vemos una foto ya sabemos a quién corresponde, porque siempre utilizamos las mismas y animamos a la gente a ello”.

Además, los materiales con los que las fabrican son, siempre, reutilizados. “Solemos coger los cartones de contenedores o de cajas que tenemos en casa”, cuenta Marta. “Se trata de reutilizar embalajes de envíos que nos hayan mandado, tablas de madera que se vayan a tirar… Quizá lo único que tengas que comprar, si no las tienes, son las pinturas, pero hay que tratar de aprovechar las cosas que se van a convertir en residuos como materiales para así reducir la huella ecológica”, apunta Alejandro.

A veces, en las protestas de Fridays se pinta con tiza en lugar de con spray. “En ocasiones hay que pegar carteles o pegatinas, los sprays son muy contaminantes aunque para ciertas acciones también resulten necesarios, así que a veces pintamos con tiza, cuando queremos actuar sobre calles enteras, porque eso nos facilita el trabajo tanto a nosotros como a quien tenga que limpiarlo después”, dice Manuela.

Y añade que desde Juventud x el clima intentan siempre “que las pancartas sean de cartón y con pintura en lugar de con cosas pegadas. Hay gente que quiere hacer collages preciosos pero que pasan por colocar 20 000 trozos de plástico y eso tiene un impacto”. El día 20, de hecho, hay un taller organizado por Fridays for future en Madrid de fabricación de pancartas de cara a la semana de protesta donde tratarán todos estos temas. Además, habrá picnic, porque esa es otra de las cuestiones que pueden entrar en juego en una jornada de protesta: el consumo en general y el de alimentos en particular.

REDUCIR EL CONSUMO: CUANTO MENOS, MEJOR

Como ocurrió el 8M, tanto de este año como desde el anterior, los convocantes llaman también el próximo 27 de septiembre a la huelga de consumo. “Aún nos hace falta desarrollarlo pero es la idea”, comenta Marta. “Queremos animar a la gente a que consuma lo menos posible y a que si consume no vaya a lugares como McDonald’s, pero al fin y al cabo eso es confianza en las personas y la huella ecológica de cada uno”, dice Manuela.

“Lo que sí pedimos”, continúa, “es un consumo responsable durante la jornada de huelga. Desalienta un poco ver cientos de botellas de plástico tiradas por el suelo, pancartas en las papeleras, bolsas de plástico de la comida que se ha traído de casa… Al final, aunque apelamos a los de arriba, por mucho que nuestra lucha sea colectiva y no creamos que la acción individual sea suficiente, de ahí a tirar plásticos al suelo hay un par de pasos. Hay pequeñas cosas que se pueden hacer en un día de protesta —como cualquier otro día— como comprar productos a granel en lugar de envasados en plásticos, llevar bolsas de tela o el agua de casa en lugar de comprar botellitas, etc.”.

En los días previos a la huelga, además, organizarán junto a la asociación animalista y antiespecista AMA de Madrid una jornada para concienciar sobre el impacto del consumo de alimentos. “No se trata tanto de la acción individual, que no precede a la colectiva sino al revés, como de adecuarnos al futuro en el que deberíamos vivir dentro de no mucho, en el que quizá es insostenible que sigamos comiendo carne a estos niveles, o consumiendo plásticos a estos niveles”, apunta Marta.

LOS MEDIOS DE TRANSPORTE

Otro punto a tener en cuenta si hablamos de protestas masivas y sostenibilidad son los medios de transporte utilizados para llegar hasta los puntos de encuentro. La bici, el paseo cuando es posible o el transporte público son los ideales. “El tren y el metro, al menos en Madrid, son eléctricos, y la huella ecológica que tienen es cero cuando esa energía eléctrica proviene de renovables, como es el caso del Cercanías”, dice Alejandro, que no deja de recalcar, sin embargo, que nuestra mayor responsabilidad y la mejor manera de incidir positiva y directamente sobre la emergencia climática es protestar. Exigir cambios y responsabilidades.

LO REALMENTE SOSTENIBLE ES EXIGIR MEDIDAS POLÍTICAS

“Nuestra mayor responsabilidad como consumidores es manifestarnos, salir a las calles, plantear la necesidad de que se declare el estado de emergencia climática y exigir que se tomen medidas. El papel que podamos tener como consumidores tiene un efecto, pero es mínimo e insuficiente. Con nuestras acciones individuales y nuestras huelgas de consumo al final no vamos a llegar a nada si no se producen cambios estructurales en el sistema”, dice Marta.

“Este ciclo de movilizaciones coincide con la que probablemente sea la cumbre climática más importante de la historia”, dice Alejandro. “Tenemos 10 años para no sobrepasar los puntos de no retorno, pero para que esos límites no se sobrepasen debemos empezar a actuar ya. Si en 18 meses no se ha empezado a realizar esa transición, o esos cambios que tienen que ser radicales porque la situación es de una emergencia sin precedentes en la historia de la humanidad, es imposible que consigamos este objetivo. Es el momento de actuar, de ir más allá de hacerse una foto y hablar con los chavales que están reclamando tener un futuro y tomar medidas”.

Sigue a Ana Iris en @anairissimon.

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