Identidad

Gilda Love, uno de los últimos transformistas del barrio chino de Barcelona

Este año, el festival de cine gay y lésbico Fire!! tiene como lema el concepto “Fight”. No es tampoco baladí la imagen que lo acompaña: un hombre con vestimenta de prisionero de campo de concentración con el triángulo rosa invertido en su pecho, marcándole claramente como delincuente homosexual. Una cifra comprendida entre 5.000 y 15.000 homosexuales —entre los que no se encuentran las mujeres— fueron enviados a campos de concentración. Fight. Luchar. ¿Cómo luchar? ¿Cómo sobreponerse a uno mismo? ¿Cómo sobrevivir al fascismo? ¿Cómo florecer?

El protagonista de Cantando en las azoteas parece que siempre lo tuvo claro. Se construyó a sí mismo. Se hizo ser. Luchó actuando. El relato de Gilda Love —bautizado al nacer como Eduardo Enrique Gustavo Francisco— es novelesco pero sobre todo inspirador, como bien apuntan Enric Ribes y Oriol Martínez, los autores del corto que trabajan bajo el nombre Häns. Gilda Love es representante de esa Barcelona contracultural que sobrevivió al fascismo y pese al fascismo, protagonista de ese espacio underground que se erigía en Barcelona como fuente de libertad. Un espacio excepcional para el juego, el disfraz, la máscara y el transformismo, en un momento histórico oscuro, marcado por la represión. Un espacio como dicen los responsables de la obra, que contiene aquel barrio chino de Jean Genet o Manuel Vázquez Montalbán que algunos recuerdan hoy con nostalgia, y que también es homenajeado en el corto. Un espacio, en definitiva, donde poder ser.

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Fotograma de ‘Cantando en las azoteas’

“Al personaje lo conocí googleando acerca del mundo del transformismo en el antiguo barrio chino de Barcelona”, explican Enric Ribes a Broadly. “Me topé con una foto de Gilda y, más que la propia imagen, me impactó lo que comentaba sobre su propia vida: nació gemelo con una hermana que murió en el parto. Gilda comentaba que había heredado la personalidad de su hermana. Este trágico hecho, según dice, marcó su personalidad de por vida. Sinceramente fue el germen del interés por Gilda Love. Nos pareció brutal.”

La imagen que ambos comentan del protagonista explicando ese origen, ese quién es, es algo bellísimo y con una fuerza brutal. Gilda-Enrique es un personaje-persona hecho a sí mismo, a base de perfomar y performarse, que incluso ha sido capaz de encontrarse un origen poético, como de cuento o de relato fantástico. Ese narrar, y la atmósfera ilusoria que crea, recuerda a recursos estilísticos que han sido utilizados en el cine mediante la animación en películas tan importantes como Hedwig and The Angry Inch, para explicar el origen del amor no heterosexual, en nuestro protagonista surge en cambio de manera sencilla y natural. Gilda-Enrique se ha dado una especie de origen mítico, y a la vez tremendamente humano. Yo heredé a mi hermana. Esa dualidad que el propio protagonista maneja, y que le sirve de leitmotiv es genial. El documental tiene a la persona de Gilda como piedra angular, es un retrato vivo, se le filma de frente, por los lados, caminando, se usan diferentes formatos de imagen para crear su relato. Su propia voz en off es la que va creando esas pinceladas de color sobre su propia vida, y sus vivencias:

“Mi nombre de bautizo fue Eduardo Enrique Gustavo Francisco, pero nunca me he sentido ninguno de estos hombres. Mis hermanos eran falangistas. Nunca intenté despedirme de mis padres, porque mi vida la tenía destrozada. Lo que quería era desaparecer. Quería libertad. Me fui a la mili a El Aaiún, con los paracaidistas. Hice 24 saltos, con mucho valor. Solo saltando y en el escenario me sentí libre.”

El corto está lleno de imágenes bellísimas, apuntadas por una música que funciona agudizando las sensaciones que el relato transmite, asombro, admiración, cierta incredulidad. Ternura y también tristeza. Una tristeza que se percibe en las palabras y en esa pena que acompaña al personaje. A la fuerza que transmite el corto, en paralelo, creciendo en el relato le acompaña una cierta melancolía cuando el protagonista relato ciertos momentos de su vida: esa renuncia a la familia, el tener que irse a París, no poder decir adiós. Los autores dejan claro que querían enseñar también lo que le ha tocado sufrir para ser Gilda Love: “Es una historia triste, de supervivencia, de auto-supervivencia, diría yo, de una persona hecha a sí misma que ha soportado estoicamente todas las bofetadas que le ha dado la vida, que han sido muchas”, explican.

Fotograma de ‘Cantando en las azoteas’

Cantando en las azoteas se hace corto, quieres saber más del personaje, quieres que te guie a través de sus recuerdos, quieres entenderle y disfrutar, porque en esos apenas cinco minutos, ya empiezas a quererlo. Querer saber más, querer acompañarlo, demuestra que el corto está muy bien construido, es riquísimo, el personaje está lleno de vida, de historia, de anécdota. ¿Por qué no hacerlo más largo? “Hemos recibido feedback en el que nos ha dicho lo mismo”, explican. “Nos gustaría, no lo descartamos, pero cabe remarcar que siempre tuvimos esta duración en la cabeza (que no superara los 5 minutos). Planteamos un montaje muy compactado, casi de videoclip, en el que la imagen, la narración y la música fueran todas a una, que fluyera pero con el toque sensible y lírico que era necesario en una historia como la de Gilda.”

En el corto, Enrique-Gilda dice: “Decidí ser Gilda, por Rita Hayworth, pues Gilda Love. Si Dios me lo concede quiero morir en un escenario porque estoy enamorado de lo que yo soy, la Gilda Love”. Si la muestra Fire!! lleva este año como lema “Fight”, creo que podemos decir que para Gilda Love actuar es la respuesta. Actuar ha sido lo que le ha permitido ser quien quería ser, y de ahí ese deseo de morir en el escenario. Yo decidí ser. ¿Qué declaración hay más potente que esta? ¿Qué bandera puede erigirse con más colores? Sin duda, como comentan sus autores, se puede establecer esta analogía con el lema del Festival de este año: “Para Gilda, actuar es su forma de luchar, por lo que es, por lo que ha sido y por lo que no ha podido ser. Morir haciendo lo que más te ha gustado en el mundo… ¿Quién no querría?”


La 22.ª edición del festival de cine gay y lésbico Fire!! se celebra del 8 al 18 de junio en Barcelona. Si quieres más información sobre qué películas se proyectan, dónde, precio, etc. haz clic aquí.