Jackson Martínez: una historia de chinos con pasta y representantes omnipotentes

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Quién le iba a decir al Atlético de Madrid hace diez años que sería capaz de dejarse un pastizal en un delantero teóricamente estrella, cagarla estrepitosamente… y que nadie lo notara. ¿Recordáis las épocas de Demis Nikolaidis o Mateja Kezman? Qué tiempos, ¿eh? Suerte que estaba Fernando Torres (el bueno, no el clon maligno que fichó el Chelsea).

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Hoy, en cambio, los colchoneros pueden meter la pata y aún así seguir vivos en todas las competiciones… y no solo eso, sino que además son capaces de hacer negocio con los fichajes que salen rana. Qué cambio.

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Antes de nada, y en descarga del pobre protagonista de nuestra historia, cabe decir que ser delantero en el Atlético de Madrid no es sencillo. Diego Simeone ha impuesto una forma de jugar brutalmente competitiva donde el orden y el trabajo se presuponen: ningún jugador que no sea capaz de sacrificarse para el bloque tendrá minutos.

Aún así, en los últimos años los colchoneros siempre han sabido encontrar a su ‘killer‘. Primero el ‘Cholo’ se aprovechó de la espectacular pareja formada por Diego Forlán y Sergio Agüero; después contó con el mítico Radamel Falcao —y digo “mítico” porque parece imposible que el hoy jugador del Chelsea fuese capaz en su día de meter 70 goles como ‘colchonero’—; posteriormente el técnico argentino se ‘inventó’ a un Diego Costa estelar; y finalmente convirtió a Antoine Griezmann en el terror de los porteros de la Liga.

Jackson Martínez no logró colarse en la lista de delanteros estrella del Atlético de Madrid. Imagen vía Reuters.

Si todos estos —especialmente Costa y Griezmann— están en el haber deportivo del Atlético, Jackson Martínez va claramente a la columna del debe. El colombiano salió del FC Porto luso con unos números de escándalo (92 goles en 132 apariciones con los ‘dragões‘) y costó 35 millones de euros. Su caso es similar al de Mario Mandžukić: sobre el papel, Jackson debía ser el fichaje estrella de la temporada, el punta que fijara a los zagueros rivales para dar libertad de movimientos a Griezmann.

Pero no ha sido así. Sea por las razones que sea —el ritmo infernal del Atlético, la distancia que se les exige recorrer a los delanteros… o tal vez una cuestión puramente mental—, Jackson no ha sido capaz de acoplarse al esquema de Simeone. En un total de 21 partidos, el colombiano solo ha logrado anotar 3 goles y su rendimiento colectivo ha sido muy pobre.

Trabajo más que nunca y juego peor que nunca

Jackson Martínez, exjugador del Atlético de Madrid

De momento esta historia parece triste, pero es justo en este punto donde adquiere un curioso tinte cómico. En otros tiempos, el Atlético de Madrid no hubiera tenido más remedio que tragarse el sapo e intentar colocar a Jackson a final de temporada por cuatro perras. Hoy, sin embargo, el mundo es distinto: los prados son más verdes, el cielo es más azul… y a la Superliga china le sobran los billetes.

Hace escasos días, el Atlético de Madrid recibió una oferta por Jackson procedente de Portugal: el Sporting de Lisboa le ofrecía fichar al colombiano como cedido, haciéndose cargo de su salario en el proceso. El Atlético rehusó porque consideraba que Martínez valía (mucho) dinero. No les interesaba la posibilidad de que se devaluara.

Y entonces llegó el Gran Dragón Rojo.

Fans del Guangzhou pasándoselo en Ever-grande (jia jia jia) antes de un partido del Mundial de Clubes. Foto de Toru Hanai, Reuters.

El Guangzhou Evergrande, uno de los equipos con más potencial económico de la Superliga china—y eso tiene mérito, teniendo en cuenta que el torneo del gigante asiático ha sido la competición que más dinero se ha gastado en este mercado de invierno— apareció en escena y puso una cantidad en torno a los 45 millones de euros sobre la mesa para llevarse a Jackson.

Evidentemente, ante tal fajo de billetes, Enrique Cerezo y los dirigentes del Atlético aplaudieron con las orejas. Con ese dinero, el club del Manzanares recupera toda la inversión que hizo en verano, amortiza el salario del jugador y además saca algunos eurillos extra para invertir en un nuevo crack el próximo verano.

Es un ‘win-win‘ total, ¿no?

Pues esperad a saber quién ha llevado a cabo la operación: el omnipotente, omnipresente, omnímodo y omnívoro (?) Jorge Mendes. El súper-representante portugués, seguramente una de las figuras más importantes del fútbol mundial, consiguió que su representado se marchara a China… y lógicamente, se llevó una notable porción del tránsfer. ¡Uno no llega a millonario porque sí!

Aquí tenemos a una superestrella extremadamente popular e importante dentro del mundo del fútbol… y al lado, a Radamel Falcao.
(Sí, es Jorge Mendes, por las dudas). Foto de Eric Gaillard, Reuters.

En la Superliga china, Jackson Martínez se encontrará con otros ilustres del fútbol mundial. Entre los recién llegados al gigante asiático están Ramires, que se marchó recientemente del Chelsea al Jiangsu Hsien County; Fredy Guarín, que pasó del Inter de Milán al Shanghai Shenhua; y Gervinho, que dejó la AS Roma para fichar por el Hebei China Fortune.

Bueno, se encontrará con ilustres compañeros… y con un montón de billetes cada fin de mes, por supuesto.

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