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Queríamos escribir esto antes del derbi madrileño, pero nos esperamos para ver si se cumplía la ley de Murphy y Jackson Martínez marcaba. Frente al Real Madrid, el colombiano no anotó, aunque participó en el empate y casi decanta el partido en el minuto 91. Esperamos otra jornada más, pero no hubo caso… hasta que por fin, en el tercer partido de la fase de grupos de la Champions League, Jackson marcó.
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La afición colchonera empezaba a preocuparse. Martínez, que debía ser uno de los grandes fichajes de este año, apenas llevaba un gol hasta la fecha. Incluso con el de ayer, el delantero solo suma dos en los 11 partidos que ha jugado este año: ¿qué le ocurre al flamante fichaje ‘colchonero’?
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Jackson Martínez empezó su carrera profesional en el Independiente de Medellín, en su Colombia natal, cuando solo tenía 17 años. Le hizo debutar Pedro Sarmiento, un entrenador que acababa de ganar el torneo Apertura de 2004. “Nos llamó la atención su talla y su presencia. Hacía movimientos técnicos para finalizar que marcaban la diferencia”, recuerda Sarmiento.
Martínez ya disputó unos pocos partidos la temporada 2003-04, pero no gozaría de auténtico protagonismo hasta la campaña 2008-09: en ese año, un inspirado Jackson anotó 23 goles durante la temporada y llevó a Independiente hasta el título. Su nombre empezó a sonar con fuerza en el fútbol latinoamericano.
En 2009, Martínez fue a México, a los Jaguares de Chiapas. Allí jugó tres temporadas; en una de ellas fue el único delantero de la plantilla. Este detalle nos ayuda a explicar el juego de Jackson: se basta y se sobra como único punta. Gracias a su envergadura, es capaz de bajar o rematar cualquier balón aéreo. Por si ello fuera poco, a pesar de sus 1’86 metros de altura y de su poco destacable velocidad, Martínez está acostumbrado a batirse con defensas que le ponen el codo, la espalda y hasta la cabeza para evitar que controle el balón. Y suele salir airoso de los duelos.
En 2011, Jackson cruzó el charco y se marchó a Portugal para jugar con el FC Porto, un club acostumbrado a importar lo mejor del fútbol de Sudamérica. Su impacto fue inmediato: apenas había bajado del avión cuando ya estaba marcando en una Supercopa de Portugal que los ‘dragones’ se terminarían llevando. Martínez se convirtió inmediatamente en el ídolo de la afición y respondió con creces a las expectativas: jugó en todos partidos de la Primeira Liga lusa y terminó convirtiéndose en el ‘pichichi’ de un campeonato que el Porto se llevó a sus vitrinas.
En su primera temporada en Portugal, Martínez no pareció necesitar un tiempo de adaptación al fútbol portugués —ni al europeo en general. A Jackson no parecieron afectarle las diferencias entre el balompié europeo, obsesionado con el orden, y el sudamericano, que suele permitir más contacto pero presentar sistemas defensivos más endebles. También es justo decir que en una escuadra dominadora como el Porto, que entonces contaba con jugadores como James Rodríguez, João Moutinho y Ricardo Quaresma, todo es más fácil.
Durante tres años consecutivos, Martínez fue el máximo goleador de la Primeria Liga. El Porto se acostumbró a jugar con él como único referente en punta. El 1-4-2-3-1 que solían presentar los ‘dragones’ provocaba que el trabajo de Jackson para controlar y aguantar el balón esperando la segunda línea fuera básico. Aún así, cabe mencionar que el colombiano no tiene la misma facilidad para jugar de espaldas que otros delanteros físicamente parecidos, como Zlatan Ibrahimović o Fernando Llorente; su juego está más encarado al desmarque vertical.
El pasado verano, el Atlético de Madrid vendió a Mario Mandžukić a la Juventus de Turín. Los ‘colchoneros’ buscaron un sustituto de garantías para el croata y pensaron en Jackson. Aunque su carta de presentación era inmejorable —la buena actuación de Colombia en el Mundial de Brasil del año anterior le había servido de escaparate—, también era inevitable que le colgasen el sambenito de tener que sustituir ni más ni menos que al ‘Kun’ Agüero, Radamel Falcao y Diego Costa, los últimos grandes ‘9’ del Atlético.
Los nombres de estos tres —y aquí también se podría mencionar a Diego Forlán o el propio Fernando Torres— imponen: es difícil igualar sus prestaciones. Martínez, sin embargo, empezó con buen pie: en su primer partido oficial metió un gol, pero después su estrella pareció apagarse rápidamente. ¿Qué le pasa, pues, a Jackson?
Hemos intentado recopilar algunos de los posibles motivos en una lista para hacerlos lo más fáciles de digerir posible. Aquí los tenéis.
El cambio de sistema
El Atlético juega con un 1-4-3-3 o 1-4-4-2 y sus planteamientos no suelen girar alrededor de la figura del ‘9’ como lo hacían con Diego Costa, de modo que durante la mayor parte de los partidos no hay ningún jugador que ejerza de referencia fija arriba. De hecho, si hay algún referente, este es Antoine Griezmann, el gran intocable para el Diego Simeone.
En ambos sistemas, el técnico argentino pide a sus atacantes que sean lo más móviles posible. Al reducirse la tendencia al contragolpe mediante el balonazo largo, al delantero se le exige una mayor participación. Fran Guillén, escritor de varios libros sobre el Atlético de Madrid, explica que “el esquema de Simeone necesita arietes hiperactivos, que puedan abarcar mucho campo y ser insistentes en la presión”.
La distancia
Martínez estaba acostumbrado a jugar en los 20 últimos metros de campo: ahora, en cambio, se le exige que su participación empiece mucho más lejos del área rival. Jackson debe poder bajar a colaborar con sus compañeros en la gestión del balón desde el inicio de la jugada, y el colombiano sufre porque está poco acostumbrado a este rol; igual que Mandzukić, prefiere las inmediaciones del área al círculo central.
Aún así, el Atlético es un buen equipo al contragolpe. “Si Jackson tiene espacio, es un jugador muy capaz de ganar la espalda a las defensas a campo abierto”, apunta Abel Rojas, analista futbolístico de Ecos del Balón.
Tener que jugar en tantos metros cuadrados, además, implica presionar coordinado con los compañeros, robar balones e iniciar contraataques para que Griezmann pueda explotar su velocidad. “Jackson va a tener que correr y hacer mucho trabajo sucio. En el Atlético nadie juega para nadie y nadie se queda quieto esperando la pelota”, explica Guillén.
¿Incompatibilidad con Torres?
En los once partidos que el Atlético ha jugado esta temporada, el ‘Cholo’ Simeone no ha alineado a Fernando Torres y Jackson Martínez juntos de inicio ni una sola vez. De hecho, ambos han coincidido solo 14 minutos sobre el campo en todo el campeonato. ‘El Niño’ ha jugado un poco más que el colombiano y lleva un gol más, pero conoce como funciona el equipo y, de momento, ofrece más al entrenador.
La mayor parte de analistas convienen en que Fernando y Jackson no van a jugar demasiado juntos debido a la relativa similitud de sus características. “Salvo situaciones extremas, como algún intento de remontada a tumba abierta, es complicado que coincidan”, puntualiza Guillén.
Mentalidad
Realmente, Jackson Martínez es buenísimo: con 29 años y con todos goles que lleva en su currículum, no le hace falta demostrar a nadie su calidad. Llegar a un nuevo equipo siempre es difícil; si nos pusiéramos a buscar, saldrían mil ejemplos de grandes estrellas que lo han pasado mal al principio. Sin ir más lejos, Luís Suárez escuchaba un run-run en los primeros partidos en el Camp Nou que probablemente debía ser molesto, pero acabó marcando y convirtiéndose en un ídolo.
Es muy probable que a Martínez termine marcando muchos goles: “Sus definiciones en el uno contra uno delante de portería son buenísimas”, asegura Rojas. No sabemos si conseguirá adueñarse de la titularidad, pero seguro que él, Torres y el argentino Ángel Correa conseguirán que las dudas del ‘Cholo’ sean con las que sueñan todos los entrenadores.
Pedro Sarmiento, el entrenador que lo descubrió, tiene clarísimo que su historia con el Atlético de Madrid acabará bien. “Conocerá a sus compañeros y se adaptará al estilo de juego. ¡Es un goleador nato! ¡Sabe dónde está la portería!”, exclama Sarmiento.
Si lo dice su primer entrenador, el hombre que vio en ese chaval espigado de Quibdó a una futura estrella del fútbol europeo, será que es verdad.
Pau Riera ha colaborado en la redacción de este artículo. Síguele en @21pauriera.