La historia del Bagdad va cogida de la mano de la historia de la democracia española. Durante sus cuarenta años de vida –desde que se inauguró justo un mes después de la muerte del dictador Franco, el 20 de diciembre de 1975- ha visto evolucionar a una sociedad que poco a poco, y aún con muchos prejuicios y reparos, se ha ido abriendo al mundo del sexo. Desde su apertura la sala solo ha cerrado –y nada más que tres días- por problemas legales a causa del cambio en la Ley de Espectáculos después del fatídico incendio de la discoteca Alcalá de Madrid. El resto del tiempo ha visto pasar por su escenario a los mejores actores porno del panorama mundial –Cicciolina, Sophie Evans, Nacho Vidal, Holly One o Rocco Siffredi-, convirtiéndose en un referente.
Juani de Lucía, su propietaria, viajó a principios de la década de los setenta al barrio de Sankt Pauli de Hamburgo acompañada por su marido Rafael Lucía –empresario que entonces tenía salas de fiesta en Canarias y el ‘1.001 Noches’ en Barcelona- y allí se quedaron fascinados con lo que vieron. Ella se preguntó si se encontraba en el infierno o en el paraíso. El lugar estaba lleno de salas de espectáculos porno donde se podían presenciar todo tipo de números sexuales explícitos con una libertad impensable en la España de la época, en la cual quien se hacía con una película porno la tenía que esconder bajo el abrigo. La pareja rápidamente se dio cuenta de que había material de sobras para traer algo nuevo a España, y así lo hizo.
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VICE: Ha explicado que si Barcelona World acaba siendo una realidad quiere abrir allí una sede del Bagdad.
Juani de Lucía: Yo estoy convencida de que el proyecto es muy positivo. Llevo treinta años viviendo en Salou, me siento de Salou, he vivido y vivo intensamente todo lo que pasa en Salou, viví toda la construcción de Port Aventura, la segregación de Salou y Vila-Seca a causa de ello, el momento en el que el proyecto quedó parado, y el momento en el que el proyecto se realizó. El año que viene se inaugurará Ferrari Land, un proyecto impresionante, y dentro de Port Aventura hay unos terrenos inmensos donde está previsto hacer una avenida tipo Las Vegas que será donde se ubicará Barcelona World. El alcalde de Salou, Pere Granados, y también el alcalde de Vila-Seca y todos los alcaldes de los alrededores están muy interesados en este proyecto porque Salou es una zona de recreo y de ocio donde Barcelona World va a crear más turismo, congresos y casinos. Pero Barcelona World no solo tendrá casinos. Habrá salas de espectáculos, un centro comercial con La Roca Village o un Hard Rock Café. También salió hace poco en ‘El Diari de Tarragona’ que está en pie el proyecto de construir un puerto deportivo muy grande si se convierte en realidad Barcelona World. Es decir, es un proyecto inmenso que creo que solo está pendiente de una firma. Yo me siento muy ilusionada y muy identificada con él porque vivo en Salou y para mí, poder abrir a cinco minutos de mi casa una sala como Bagdad, es hacer realidad un sueño.
El Bagdad no deja de ser un reflejo de todo lo que se mueve en Barcelona.
¿Barcelona World será beneficioso para todo el mundo?
Todos los alcaldes de la zona apoyan el proyecto porque se van a crear muchos puestos de trabajo.
¿A los habitantes los ve ilusionados con el proyecto?
Sí, porque se crearán muchos puestos de trabajo. No es solo el trabajo directo que dará, sino todo el beneficio indirecto para la zona: alquiler de apartamentos, compras en el supermercado, noches en hoteles y demás. En Salou la industria del turismo es fundamental.
¿Ya os parece bien que se le haya puesto el nombre de Barcelona y no el de Tarragona, por ejemplo?
Desde los inicios se acordó que se llamara así, por algo será. También beneficiará a Barcelona. Es como una ampliación de Barcelona. Creo que políticamente no tiene que haber ninguna disputa por este asunto. Catalunya es de todos. Pero si este punto fuese el quid de la cuestión, que cambien el nombre.
Hay sectores que dicen que este proyecto incentivará aspectos poco recomendables como los juegos de azar.
Quien quiera jugar a ello igualmente tiene las máquinas de cualquier bar, Internet o los bingos que hay por todas las ciudades. No va a venir mala gente porque haya casinos.
¿Entonces el proyecto de abrir un Bagdad en Madrid queda descartado?
Nosotros estuvimos a punto de abrir un Bagdad Madrid. De hecho, allí tenemos el Teatro Arlequín. Luchamos mucho por el proyecto, lo teníamos todo a punto para abrir, pero nos pedían que hiciésemos el cambio de sala de teatro a sala de fiestas y coincidió con la época en la que el Ayuntamiento de Madrid se vio involucrado en una polémica porque había dado muchas licencias y cambios de licencias, y no fue posible. Desistimos de Madrid. Justo entonces apareció el proyecto de Barcelona World.
¿Será una copia del Bagdad actual?
Será mejor que el Bagdad actual. Más grande, con más aforo y más tipos de espectáculos.
Barcelona acoge el Mobile World Congress. ¿Qué supone eso para el Bagdad?
Si hay 90.000 visitantes, imagínate. Después de estar todo el día en la feria la gente sale a cenar, ya que son personas de un alto poder adquisitivo y nuestros negocios de ocio son perfectos para que vengan a tomar una copa, ver un espectáculo y desconectar, nunca mejor dicho, un ratito. Repercute muchísimo. Siempre digo que si tuviésemos un congreso así cada mes, el resto del mes cerraría porque ya habría ingresado lo suficiente.
¿Los que más acuden al Bagdad el resto del año también son extranjeros?
El Bagdad no deja de ser un reflejo de todo lo que se mueve en Barcelona. Barcelona se ha convertido en una ciudad que es industrial, pero muy turística. Se hacen muchos congresos y ferias. Se podría decir que un 75-80% del público del Bagdad es extranjero. Gente que viene por negocio, turismo u ocio. Son gente de paso, que están puntualmente aquí, aunque tiempo después puedan repetir. Ese es el tipo de público que viene aquí sobre todo entre semana. Tenemos mucho alto ejecutivo. En cambio, el fin de semana hay muchas parejas que suelen ser locales.
Aunque la sociedad ha evolucionado, el hombre aún no acepta según qué cosas y sigue imperando el machismo y su “he venido al Bagdad a ver chicas guapas”. Es la puñetera realidad.
¿Como ciudadana le gusta que Barcelona esté llena de turistas?
No me gusta el turismo de borrachera, los apartamentos ilegales y demás, pero el turismo que viene a ver La Sagrada Familia, a hacer compras, a ver un espectáculo como el Bagdad o un partido del Barça, sí. Para los restaurantes y comercios es buenísimo. Si esto se cortara, se perderían muchos puestos de trabajo. El mundo ha evolucionado. Es bueno que tanta gente venga a visitar Barcelona. Que Barcelona tenga mucho turismo no es incompatible con que haya industrias y empresas.
A principios del siglo pasado en El Paralelo hubo muchas barracas donde se hacían fiestas. Entonces se estilaba ponerle a los locales nombres de ciudades importantes. París, Casablanca, New York, Río de Janeiro. En el lugar donde se ubica el Bagdad –esquina con Nou de la Rambla- había una sala de fiestas muy grande que se llamaba Los Jardines de Bagdad. “Bagdad entonces sonaba a ‘Las mil y una noches’, sueños, fantasía, no como suena desgraciadamente ahora”, me cuenta De Lucía. En 1956 la artista La Bella Dorita se hizo con este local y montó un tablao flamenco que se llamó Bodega del Toro. Por allí pasaron el rey Balduino de Bélgica, Maria Callas, Aristotelis Onassis, El Pescadilla, Lola Flores, La Chunga y la mayor parte de los artistas relevantes de los cincuenta y sesenta. “Cuando compramos el local en 1975 mi marido pensó en ponerle un nombre conocido en El Paralelo. Le pusimos Bagdad. Por vocación a ‘Las mil y una noches’ y todo lo oriental, que era una fantasía”. Y llamaron ‘espectáculo sexy’ a su show –en ese momento ofrecían un espectáculo de variedades y otro de sexo en directo-. La gente daba la vuelta a la manzana mientras hacía cola para entrar.
Antes comentaba que los fines de semana vienen muchas parejas. ¿Esto es un reflejo de la apertura de la mentalidad de la sociedad?
Siempre han venido parejas, lo que pasa es que hoy en día la mujer ha evolucionado. El ir a ver un espectáculo porno se ve con mucha más naturalidad que antes. Muchas mujeres son las que compran las entradas.
¿Vienen grupos de mujeres solas? ¿O suelen venir acompañadas de hombres?
Las mujeres normalmente vienen en pareja. Es el reflejo de la sociedad. Si tú vas a un restaurante a cenar encontrarás muchas parejas, pero difícilmente encuentras grupos de mujeres. Con veinticinco o treinta años normalmente las mujeres ya se casan y salen a cenar con el marido. Los que organizan las cenas de negocios son los hombres. Sí que vienen algunas despedidas de soltera, pero nos vienen más despedidas de soltero. Nosotros tenemos más artistas femeninas que artistas masculinos.
¿Por qué?
Nuestro espectáculo dura dos horas en las que aproximadamente realizamos diez shows de diez-once minutos cada uno. Tres números son con hombres, pero el resto son con chicas solas o en grupo haciendo un lésbico. No puedes tener seis chicos que salgan a masturbarse porque los clientes se levantarían y se irían. Pero sin embargo, sí puedes tener seis chicas haciendo un lésbico con consoladores. Este show lo ve un hombre y le encanta; lo ve una mujer y no le molesta. Pero este mismo show hecho por hombres, no funcionaría. Aunque la sociedad ha evolucionado, el hombre aún no acepta según qué cosas y sigue imperando el machismo y su “he venido al Bagdad a ver chicas guapas”. Es la puñetera realidad.
Ahora sus espectáculos son más participativos que antes. Sube más público al escenario.
Sí, hay que evolucionar y adaptarse. A mí me encanta observar la reacción del público. Está muy bien aceptado que los artistas inviten a los clientes al escenario y hasta que puedan tener sexo explícito allí. El público lo pasa muy bien y son los espectáculos que más triunfan. Suben parejas, se desnudan y se implican dentro de los shows. Esto es la guindilla. Piensa que cada noche suben veinte o treinta personas del público. Por ejemplo, hay un número que realizamos con seis artistas femeninas que a veces acaba con diez clientes encima del escenario. Dices, madre mía, ¡esto es una orgía! Y entre ellos hay señoras. Ahora la gente viene a ver el espectáculo con mucha más naturalidad. Antes la gente era mucho más reprimida porque acabábamos de salir de treinta años de represión.
¿Buscan el talento o el talento viene a buscarles a ustedes?
Las dos cosas. Obviamente yo tengo malformación profesional y si voy a una discoteca y veo a una chica espectacular con potencial le propongo trabajo. Piensa que para cualquier artista porno o erótica trabajar en el Bagdad es como para un futbolista jugar en el Barça. En Barcelona hay tres cosas para ver: la Sagrada Família, el Camp Nou y el Bagdad. Con esto ya te puedes ir tranquilo porque ya has visto Barcelona.
¿Fue casualidad que abriesen un mes después de la muerte de Franco?
Éramos muy jóvenes, mi marido ya había tenido tres salas de fiesta y aquí estaba La Bella Dorita que ya era mayor y le compramos el local. Pero no pensamos en que Franco se iba a morir pronto. Ni muchísimo menos. En aquel momento El Paralelo estaba en un momento álgido: El Molino, el music-hall Pompeya, el Teatre Arnau, el Teatre Espanyol…Si no hubiese muerto Franco hubiésemos seguido con el proyecto del Bagdad, pero quizá con otro tipo de espectáculo.
¿Tiene nostalgia de esa época de El Paralelo?
Los tiempos cambian y uno tiene que evolucionar. La sociedad ha progresado y no te puedes quedar anclado pensando en cómo era todo hace veinte años. Tienes que conseguir que tu negocio siga atrayendo al público.