Los Juegos Olímpicos son un sueño para muchas ciudades y también para mucha gente. Aquí se organizaron los de Barcelona 92 y ya, aunque la fiesta que se montó durante esos días aún se recuerda. Se sacó pecho a nivel deportivo, salieron deportistas de élite de debajo de las piedras (fruto al gran trabajo previo y de las becas), todo funcionó como un reloj, Cobi molaba y el buen rollo era la tónica reinante. Se olvidaron las rencillas políticas, la corrupción, casi nos olvidamos incluso de que Sevilla organizaba a la vez una Expo. En definitiva, pareció que todo el mundo podía ser feliz al mismo tiempo.
Viendo lo de Barcelona, que además dejó la ciudad más guapa y moderna de lo que estaba, otras ciudades decidieron sumarse a la fiebre Olímpica para disfrutar de ese logo de los aros de colorines en su bandera durante un tiempo y, también, de la inyección de pasta y prestigio que unos Juegos (bien organizados, claro) otorgan a cualquier lugar.
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Vídeo promocional de Jaca ’98
JACA ’98
Vamos a empezar con los de invierno, y con Aragón. Allí, aprovechando esas montañas, se ha intentado la aventura en varias ocasiones, con proyectos en solitario y otros que se apoyaban en zonas circundantes.
La vez que más cerca estuvo de tener sus juegos fue con Jaca, en el año 1998. Pero la candidatura comenzó a fraguarse mucho tiempo antes. Luis Acín, ex-consejero de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón (87-91) y actual presidente de la Lonja del Ebro, fue uno de los que participó más activamente en ese proceso.
“Durante mis años en el Gobierno de Aragón, estuve dentro de la candidatura como vicepresidente ejecutivo de Jaca para organizar los Juegos Olímpicos. Fui nombrado Consejero en 1987 y participé en el proyecto que finalmente se votó en Birminghamen junio de 1991. Al final, la ganadora fue Nagano (Japón). Me siento muy satisfecho de lo que hicimos entonces. Por aquellos años, Barcelona fue un verdadero modelo a seguir para nosotros, allí consiguieron las Olimpiadas de 1992, pero es que también tuvieron una cosa que nosotros no tuvimos y que fue muy importante: la aportación de unos cien empresarios que entre todos sumaron unos 1.000 millones de pesetas”, asegura el ex-político.
Pero, queremos saber, ¿qué lleva a una candidatura bien montada a descarrilar en la carrera olímpica? “Hasta Birminghan llegamos cinco ciudades. Para que te des cuenta de cómo funcionan las cosas. En la primera votación, Jaca acabó en segundo lugar. Y, al final, fuimos antepenúltimos. Competir con Japón (Nagano) y con EEUU (Salt Lake City) en aquellos momentos era mucho más difícil que lo que podía ser ahora. La distancia —a todos los niveles— entre los países era mucho más grande. También influye mucho que aquí no hubiera deportistas de élite en el mundo del ski. Y es curioso, sigue sin haberlos pese a tener tantas pistas. Entonces solo teníamos a los Fernández-Ochoa a nivel mundial, y Blanca formaba parte de nuestra candidatura. Nos faltaron quizá deportistas que pudieran competir, como sí que tuvimos en Barcelona 92”.
Luis Acín es consciente, y conoce el tema desde dentro, que al menos todo ese esfuerzo no se fue a parar a un saco roto, que algo quedó de aquel esfuerzo. “A nivel de impacto en la zona, hay que recordar que la candidatura de Jaca incluía cuatro estaciones de esquí que se encuentran en un radio muy pequeño, de 25 kilómetros. Jaca ya tenía un prestigio dentro de España, ya era muy conocida, pero no tanto a nivel mundial. La candidatura fue un gran impulso: a nivel de promoción, el impacto que tuvo no se puede pagar. También, hay que tener en cuenta que unas olimpiadas de invierno no las puede organizar cualquier ciudad, tienes que contar con recursos naturales como la nieve. Creo que teníamos un proyecto interesante y llegar a la final fue todo un triunfo. Si me preguntas mi opinión personal, si este proyecto hubiera persistido en el tiempo al final se hubiera logrado”.
Y terminamos nuestra charla con él con un tema complicado: el funcionamiento del COI. Esa gente que se reúne, que aparentemente lo hace todo de manera altruista y que decide cada cuatro años dónde va a parar el ‘gordo’ de la Olimpiada.
“El COI funciona como funciona, ni siquiera son los propios Gobiernos nacionales los que nombran a sus representantes, se eligen entre ellos mismos cada vez que hay una plaza vacante. Eso condiciona, y mucho, las votaciones. De todos modos, a la Asamblea no puedes ir con palabras, tienes que llevar hechos. Nosotros instalamos el sistema de nieve artificial en las pistas y también proyectamos un aeródromo deportivo con la idea de convertirlo en aeropuerto de los Juegos. Pero ni aún así se pudo ganar”.
LA INSISTENCIA SIN PREMIO DE MADRID
Dejamos los JJOO de invierno y vamos con los de verano. Los que ha intentado montar Madrid sin suerte en cuatro ocasiones, tres veces en la última década. Aunque hubo otro intento a finales de la dictadura. Las ganadoras frente a la capital fueron Londres (2012), Río de Janeiro (2016) y Tokio (2015)
“La candidatura más potente que tuvo Madrid fue la de Londres 2012. Además, fue la gran apuesta del alcalde Gallardón, entonces se pusieron en marcha obras como el soterramiento de la M-30 o la construcción de la Caja Mágica. También fue la más potente en cuanto al apoyo popular, todo el mundo estaba volcado. Estábamos comenzando a intuir la crisis, pero no tanto como en las otras dos ocasiones. Y eso hizo que luego se dividiera más la gente”, nos dice Diego Caldentey,periodista de larga trayectoria en distintos medios, muy vinculado a la sección de Local-Madrid y actualmente redactor en La Información.
En las sucesivas veces que Madrid ha sido candidata, siempre se ha destacado que tener la antorcha durante tres semanas en una ciudad es un gran aliciente económico para cualquier lugar. Pero vamos a ver que las cuentas no salen tan claras como las explican los políticos.
“Madrid tiene un récord especial. Se gastaron 9.000 millones solo en las tres candidaturas millones solo en las tres candidaturas. Cuando, por ejemplo, Londres organizó los Juegos con 12.000. Además tuvo la desgracia de quedarse sin Juegos Olímpicos a pesar de presentarse con el 80% de las infraestructuras acabadas, incluida la infraestructura hotelera. Lo de Londres fue un mazazo muy grande, que afectó al Ayuntamiento y a todos los partidos que apoyaron a nivel político”.
También preguntamos a Diego sobre la importancia del COI, y por la forma en la que toma decisiones a la hora de distribuir el ansiado sueño olímpico. “En el caso del 2016, Madrid tuvo el problema de que era la primera vez que se presentaba una ciudad de Sudamérica y eso fue un handicap a la hora de ganar. Como el estilo del COI es muy arbitrario solo se puede entender que vieran un Río un paraíso natural, porque la candidatura de Madrid era muy superior”.
Al final, la situación general del país y el tema del dopaje acabaron con el sueño olímpico, que según el periodista ya no se va a volver a producir: “Yo creo que el tema de los Juegos Olímpicos es una apuesta que le salió mal a Madrid, probablemente la ciudad estuvo en boca de más gente, pero tampoco generó más ingresos, Y a nivel de turismo no se han notado cambios significativos, porque siempre fue un destino muy importante. Sin embargo, supuso un derroche del que no se va a recuperar. Ahí tienes el caso de la Caja Mágica, que se utiliza para el Máster de tenis y para algunos conciertos. Es una batalla perdida, los madrileños ya no podrán soñar con organizar unos Juegos”.
ASÍ SE VIVE UNA CANDIDATURA POR DENTRO
Preparar los Juegos Olímpicos no es un trabajo fácil. Aunque desde fuera no se aprecie tanto, antes de llegar a la temida votación hay bastantes años.
“Yo participé en las candidaturas de 2016 y 2020, y fueron años de dormir tres horas al día. Algo duro, pero muy gratificante. Por un lado está toda la parte técnica y por otro la de promoción y captación de voto, que es un proceso más cerrado y hermético. En nuestro caso eran candidaturas más modestas que las de nuestros rivales directos, como de dos o tres veces menos, pero para mí fue algo muy enriquecedor y una gran experiencia”, asegura Raúl Chapado, ex-atleta olímpico y director deportivo de Madrid 2016 y 2020.
El discurso de Ana Botella para llevar la candidatura de los Juegos del 2020 a Madrid
Preguntamos a Raúl por la última candidatura, en la que Madrid cedió ante Tokio y Estambul, que fueron las que alcanzaron la final. “Fue un mezcla de cuestiones técnicas y políticas. En el momento de las votaciones estábamos a punto del rescate económico y eso influyó. Sin embargo, hicimos una gran recta final y llegamos con opciones. Pusimos en dificultades a Tokio. Luego, ellos mismos, me dijeron que hicimos un trabajo bestial, y eso que contaban con un poderío empresarial que supieron poner encima de la mesa. Empresas que a día de hoy ya casi han financiado los Juegos. Todo fue una cuestión de coyuntura, teníamos un gran nivel técnico, éramos más viables, sostenibles y teníamos previsto generar una mayor cantidad de beneficios. Apostaron por una candidatura que, a priori, generaba menos riesgo, pero ese riesgo no era real. Está claro que la situación económica nos marcó”.
Como en Jaca, Raúl Chapado también cree que el esfuerzo (triple) de Madrid, ha servido para algo, que algo ha quedado en la ciudad. “Al final, todo esto ha generado, según mi opinión, un beneficio directo en la ciudad. Todo lo que lleva el tema de la promoción de cara al exterior, el nombre que te haces dentro del movimiento olímpico internacional, el prestigio y también el acercar a la gente lo que significan unas Olimpiadas. También hay instalaciones que se quedarán… hay un legado tanto deportivo, como social. Hubo un apoyo ciudadano muy grande, porque la gente vio la oportunidad de generar empleo. Estaba casi todo hecho, solo faltaban cuatro instalaciones y la villa olímpica”.
Y terminamos hablando sobre el futuro de Madrid como ciudad olímpica, que se nos antoja, visto lo visto, bastante complicado. “La verdad es que sí, lo hemos intentado tres veces, además, para 2024 hay tres candidaturas europeas, puedes que una de ellas gane. Habría que replantear muchas cosas del proyecto. Ya no tenemos el Estadio Olímpico (La Peineta), que es un campo de fútbol, y no tenemos tampoco los terrenos para la Villa. Lo importante es que si se vuelve a intentar sea con un proyecto estratégico de país, no de ciudad, como hicieron Londres o Río de Janeiro, con Tony Blair y Lula Da Silva al frente de las candidaturas”.