La fiesta de arrestos que se han dado en el hotel Baur au lac durante los últimos meses, luego de que se abriera la caja de pandora llamada FIFA se convierte hoy en el triunfo más importante de un mexicano en 20 años: Justino Compeán.
Tras la caída de Jack Warner, una serie de sucesores han ocupado la silla de Presidente de la Confederación de América del Norte y el Caribe. El último de ellos, Alfredo Hawit, fue también detenido en el hotel favorito del FBI para atrapar a los directivos corruptos del balompié internacional.
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¿Y esto cómo puede ser un triunfo para Justino? Pues bien, tras su reelección como vicepresidente de la CONCACAF en el mes de abril, y con el puesto vacío al ser arrestado Hawitt, el mexicano se convierte en el “heredero” de la presidencia de la confederación.
Ahora el ex Presidente de la Federación Mexicana de Fútbol se convierte en el primer mexicano en ocupar el máximo puesto en la Concacaf desde que Joaquín Soria Terrazas dejara el cargo hace un cuarto siglo tras ser derrotado por Jack Warner en 1990.
Esto sucedió, ni más ni menos, que por una bien planeada estrategia del trinitario y su lugarteniente Chuck Blazer, quienes, tras tomar el poder, establecieron una suerte de dictadura, en la que los países del área del Caribe fueron los más beneficiados, mientras que México no vivió sus mejores momentos. Para citar un ejemplo, valga recordar la limitación que tuvo el Tri para competir en la Copa América 2011 con sus mejores jugadores.
Así, a partir de lo establecido en el reglamento de Concacaf y aún a falta de un confirmación oficial, tras la caída de Hawitt, Justino Compeán ocupará la presidencia de la Confederación y, conociéndolo, una vez ahí, va a ser muy complicado que lo quiten.
Atención al artículo 11 del Estatuto de la CONCACAF. Foto: Especial
La única situación que podría alejar al directivo mexicano de la Concacaf, es que él por propia decisión, decida no ejercer el puesto.
