La ciencia confirma el poder curativo de la ayahuasca

Este artículo se publicó originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de ciencia y tecnología.

Gary vive en Londres, consume ayahuasca y cree que ésta puede calmar la depresión. Antes de empezar a consumir esta planta originaria de Sudamérica, sufría ataques de ansiedad y pánico intensos.

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“La ayahuasca es una herramienta muy potente que estremece tu sique y la vuelve a unir […] La primera vez que la tomé sentía que me estaba muriendo”, dijo Gary. “Es una forma radical de agilizar tu desarrollo personal”.

La ayahuasca, o “soga de los espíritus” en quechua, es una infusión hecha de la vid Banisteriopsis caapi y hojas que contienen DMT del arbusto Psychotria viridis. Por eso es ilegal en muchos países. Los chamanes de Latinoamérica llevan siglos usándola como sacramento religioso. Se le conoce por su capacidad para alterar los estados mentales de las personas, provocar alucinaciones y, a veces, traer de vuelta recuerdos traumáticos.

Por años, mucha gente ha promocionado a la ayahuasca por su capacidad para curar todo, desde la ansiedad y la depresión hasta el TEPT.

Sin embargo, antes que se publicara el estudio realizado por un grupo de investigadores brasileños en la Revista Brasileira de Psiquiatria, había muy poca investigación clínica para respaldar el potencial de la ayahuasca para calmar trastornos mentales como la depresión.


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“La población indígena y mestiza del noroeste amazónico ha utilizado la ayahuasca de forma terapéutica desde hace siglos”, dijo Rafael Guimarães dos Santos, uno de los investigadores que realizaron el estudio, vía email. “Además, cada vez hay más gente de todo el mundo que busca rituales con ayahuasca para mejorar su salud”.

Hasta ahora, solo se habían realizado estudios observacionales de la ayahuasca y se habién limitado a deducir sus efectos sobre el cerebro usando técnicas de neuroimagen. Guimarães dos Santos explicó que su grupo de investigación buscaba respaldar los estudios observacionales previos sobre el potencial curativo de la ayahuasca.

Para su estudio, los investigadores administraron ayahuasca a seis voluntarios que padecían depresión y que no respondían a los tratamientos convencionales farmacoterapia.

“En este pequeño grupo de pacientes, observamos efectos antidepresivos y ansiolíticos de rápida acción (que empezaron en minutos/horas) y larga duración (hasta 21 días después) después de administrar una sola dosis de ayahuasca”, explicó Guimarães dos Santos. “Nos sorprendió observar esta respuesta antidepresiva tan rápida y duradera con una sola dosis, y que la mayoría de los voluntarios no experimentaron efectos sicodélicos intensos”.

El estudio piloto recibió críticas negativas por la falta de un grupo placebo y el número limitado de voluntarios. Sin embargo, Brian T. Anderson, un investigador médico que también estudia la ayahuasca en el departamento de siquiatría de la Universidad de California, dijo que aunque el estudio fue pequeño, representa un paso importante en la exploración científica del potencial de la bebida vegetal como tratamiento médico.

“Poner a prueba una sustancia como la ayahuasca para ver si puede ayudar con la depresión es algo que debe hacer uso de medidas objetivas y de la estandarización que implica un estudio biomédico “, dijo Anderson.

Los indicios del potencial terapéutico de la ayahuasca son emocionantes. Sin embargo, tanto Anderson como Guimarães dos Santos dijeron que aún falta mucho para que exista un tratamiento que esté al alcance de todo el mundo.

A pesar de la escasez en la investigación científica que respalda el potencial curativo de la ayahuasca, el interés por el brebaje sigue en aumento.

“Lo que motiva a la gente a participar en las ceremonias de ayahuasca es muy diferente a lo que motiva el consumo general de otro tipo de drogas. La gente no busca una experiencia novedosa sino mejorar su salud y su vida”, dijo Benjamin De Loenen, director ejecutivo del Centro Internacional de Investigación y Servicios de Educación Etnobotánica (ICEERS, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que se dedica al consumo seguro de las plantas tradicionales. “Tratamos de proporcionar toda la información disponible para que la gente tome decisiones responsables”.


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La página del gobierno británico Talk to Frank, que proporciona asesoría confidencial acerca de drogas, aconseja a las personas con historial de trastornos mentales que no consuman ayahuasca. “El DMT puede tener graves consecuencias para los que han tenido problemas de salud mental. También puede desencadenar un problema en consumidores predispuestos que no estén conscientes de esto”, dice en la página.

En la actualidad, Draulio de Araujo, un investigador del Instituto Cerebral de la Universidad Federal de Río Grande, está realizando un estudio clínico más grande sobre los efectos de la ayahuasca en la depresión con un grupo de 17 personas acerca de los efectos de la planta.

Mientras tanto, algunas personas siguen experimentando por cuenta propia. Para Gary, quien ha tomado ayahuasca cientos de veces desde 1991, el consumo seguro e informado de la bebida vegetal y las prácticas culturales en torno a ésta son claves.

“No creo que todos deban tomar ayahuasca. Para hacerlo debes tener el valor suficiente y necesitarlo desesperadamente”, dijo Gary y nos contó que experimentó vómito y sesiones introspectivas muy profundas con la ayahuasca. “Me gustaría que estuviera disponible en todo el mundo siempre y cuando sea en el contexto correcto”.