La columna de Pussy Riot: De ustedes depende que la política vuelva a ser entretenida

Las Pussy Riot en el desfile del Orgullo Gay de Toronto. Foto vía Toronto Pride.

Este artículo fue publicado originalmente en VICE News, nuestra plataforma de noticias.

Imagina que el mundo reaccionara a la agresión de Putin a Ucrania como lo hizo con el ataque de EU a Vietnam. Si los artistas, cineastas y activistas europeos y estadunidenses se hubieran sumado a las manifestaciones contra la guerra en Rusia y Ucrania y a la condena de los ataques de Putin, la victoria habría sido de la cultura. Ahora se proyectarían versiones modernas de Apocalypse Now y Full Metal Jacket. Junto al musical The Book of Mormon se representaría otro parecido a Hair, pero protagonizado por un soldado ruso al que envían a su muerte en el este de Ucrania pero que es raptado de su unidad militar por alguna hooligan rusa como las Pussy Riot. Imagínatelo.

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Solo cuando un tema es inevitable se ponen manos a la obra los Kubricks y Coppolas. Esos temas inevitables salen a relucir gracias a activistas, estudiantes, administrativos y profesores que en algún momento se toman la guerra a título personal, muy personal. Ese es el punto de inflexión en el que el tema se vuelve crítico y pasa a la condición de leyenda a través del arte. Solo entonces los ciudadanos lograrán hacerse oír –no solo sobre papel o en proclamas de manifestaciones- y tendrán el poder de obligar al Gobierno a finalizar la guerra.

Solo entonces me sentiré lo suficientemente orgullosa para decir, “Somos el poder”.

Porque ahora mismo siento vergüenza e inseguridad al decir esas palabras. ¿Qué poder somos cuando no solo los estudiantes rusos, sino también los europeos y estadounidenses me dicen que no les “interesa la política porque les aburre”? ¿Quién, si no vosotros, podría hacer que fuera más entretenida? Podemos esperar sentados a que Jeb Bush celebre una fiesta de drag queens en una manifestación. Así que, entrad en política, organizad una campaña para luego poder celebrar la victoria con una fiesta con drag queens. Al fin y al cabo, la política no solo se reduce a los Bush y los Clinton. ¿Qué hay de los Harvey Milk y los Hunter S. Thompson?

Una noche estaba en un bar intentando convencer a Quentin Tarantino de que hiciera una película sobre una futura revolución rusa. Una en la que Putin cae del poder y se pone fin al conflicto de Ucrania. Después de Malditos bastardos y Django desencadenado, no tengo ninguna duda de que Tarantino bordaría una cinta sobre la caída del poder de Putin. Y si todos nos involucráramos en la política como en las décadas de 1960 y 1970, con el movimiento contra la guerra, Tarantino podría hacer una película de la hostia sobre unas superheroínas que cavan un túnel hasta el Kremlin y sustituyen a Putin por la momia de Lenin, capturan la torre de televisión y detienen la guerra en Ucrania.

Aunque en EU no tienen a Putin, tienen que preocuparse de otros problemas. Fox News es el canal de noticias más popular del país. Se habla de la muerte de Eric Garner, de las innumerables víctimas de la brutalidad policial. En EU, todavía se cuestiona el aborto –en Rusia, es un derecho fundamental sobre el que no hay discusión posible-. Si alguna vez Dios me echara de Rusia y me dijera que a partir de ahora tendría que hacer arte político en EE. UU., encontraría miles de temas para inspirarme. Si aprendes a amar la política, el sentimiento será recíproco. Provoca una revolución mediante el arte político. Ayuda a las Pussy Riot en nuestra misión contra la guerra.

Maria Vladimirovna Alyokhina y Nadezhda Andreyevna Tolokonnikova, de las Pussy Riot, en una actuación en el festival de Glastonbury el 26 de junio de 2015. Foto por Danny Martindale/WireImage.

El 26 de junio, las Pussy Riot revolucionaron el festival de Glastonbury. Hicieron su entrada en escena subidas en un tanque y se estacionaron junto al escenario. Minutos después de que empezara su actuación, de la escotilla del vehículo apareció un militante con una máscara negra y blandiendo una AK-47: “¡Vamos a fundar la República Popular de Glastonbury! Se acabaron las Pussy Riots y sus creencias liberales que huelen a podrido! strperopwzón acabaron los desfiles de gays en territorio de la república!”, gritaba. “¡Buuuuuu!”, le increpó el público. A continuación, dos de las chicas de Pussy Riot ataron al militante, le pusieron un pasamontañas con los colores del arcoiris, le quitaron el arma y lo amordazaron. Luego proclamaron los “Diez Mandamientos de las Pussy Riots”, entre ellos: “No leerás noticias: harás noticias”, “Te mereces un respiro, te mereces un disturbio”, “Stay Queer” y “Piensa distinto, piensa en feminista”.

“Admiro a Eva”, gritó una mujer desde el tanque, con la cara tapada con un pasamontañas rosa. “Mientras Adán –un tipo no muy brillante- se limitaba a estar por el Paraíso y a obedecer todas las órdenes divinas, Eva estuvo curioseando y encontró una manzana. Según la Biblia, era la manzana del conocimiento, así que debemos dar las gracias a Eva por la ciencia, las lanzaderas espaciales, los iPhones, los estudios de grabación, las máquinas de café y el internet. Nos han dicho que el hombre lo inventó todo, pero sin Eva ni siquiera habría empezado a pensar y a adquirir conocimiento sobre el mundo. ¿No es mejor dar un mordisco al puto Árbol del conocimiento del bien y del mal que estar sentado como un idiota a hombros del Señor? Eva fue la primera feminista y una tía muy guay, en general”.

Charlotte Church hablando con las Pussy Riot Maria Vladimirovna Alyokhina y Nadezhda Andreyevna Tolokonnikova en el festival de Glastonbury el 26 de junio de 2015. Foto por Danny Martindale/WireImage.

La chica del pasamontañas rosa era yo, y estaba en ese tanque porque creo que debemos quitarles las armas a nuestros Gobiernos. Debemos hacernos con el equipamiento militar, porque estoy muy segura de que sabremos darle usos mucho más interesantes que ellos. Para hacer arte, por ejemplo, o como escenarios en festivales de música.

El movimiento antibélico es cosa del pasado, pero lo triste es que la guerra no ha terminado. Nuestra generación ha visto películas y ha crecido con la idea de que nuestros derechos ya están ganados, de que nos vienen dados por defecto. Los conservadores continuarán amasando poder con enorme facilidad. Por eso David Cameron gana las elecciones en Inglaterra y se dedica a hacer recortes en prestaciones sociales. Por eso la derecha es cada vez más popular en Francia. Por eso Viktor Orban está en el poder en Hungría, haciéndole la pelota a Putin.

Si das por sentados tus derechos y tu libertad, se te escaparán por entre los dedos. Amplía tus derechos. Conquista derechos nuevos. A veces, como en Alicia en el país de las maravillas, tenemos que correr con todas nuestras fuerzas para quedarnos donde estamos. Pero nuestra libertad bien merece el esfuerzo.

Las Pussy Riot en el desfile del Orgullo Gay de Toronto. Foto vía Toronto Pride.

El 28 de junio, las Pussy Riot encabezaron la celebración del Orgullo Gay de Toronto, desfilando por la ciudad sobre un enorme cohete (o pene) rojo. El misil era un Topol-M, el mismo que puede verse por las calles de Moscú en los desfiles militares, y simboliza los políticos “apollardados” como Putin, abanderados de la guerra y la destrucción. Las Pussy Riot preferimos usar los penes para el amor, no la guerra. Por eso le hemos robado a Putin uno de sus misiles y lo hemos traído para usarlo en un desfile del orgullo gay. Ahora es el misil queer de las Pussy Riot. Soy mujer, pero también tengo un pene y es más grande que el de Putin. Toda mujer tiene un pene.

Putin le dice al mundo que Rusia es un país conservador y retrógrado que no está preparado para otorgar derechos a los gays. Que es un lugar en el que hay que proteger a los niños de los gays. Pues deje que le diga, señor Putin, que eso es mentira. Rusia es uno de los países más progresistas de la Tierra. Las mujeres rusas lograron el sufragio y otros derechos antes que las estadunidenses. Rusia es la cuna de la vanguardia, no el pantano conservador que Putin pretende que parezca. Mis valores familiares son los derechos de la comunidad LGBTQ, y no los llamados valores tradicionales, que no son más que la opresión y la violencia.

No necesitamos guerras, ni roles de género, ni que nos controlen el pensamiento.

El pueblo ruso quiere más actos de desobediencia, como los de los magníficos Yes Men. No quiero parecer poco modesta, pero después de nuestras actuaciones, la gente se acerca a nosotras y nos dice que nuestro activismo y nuestra expresión artística los inspiran, como a nosotras nos inspiraron una vez las locas, salvajes y sexis riot grrrlz .

¡Quiero que sean mi inspiración!